Al comienzo del nuevo milenio la Ciudad de las Artes y las Ciencias reforzó la presencia de Valencia en el mapa turístico europeo, pero lo cierto es que esta urbe junto al Mediterráneo goza de un encanto arquitectónico centenario. Para constatarlo basta calzarse el par de zapatos más cómodos que se tenga y caminar por las calles y plazas de la Ciudad Vieja.
Para abrir boca
Los sentidos despiertan al recorrer el Mercat Central de València, entre los colores, texturas y aromas de pescados y mariscos fresquísimos, frutas, jamones, especias, encurtidos, panes y otras delicias que luego darán vida a las mesas valencianas. Pasear entre centenares de puestos, mientras la luz del día se cuela a través de los vitrales y bóvedas de su edificio modernista, es una de las maneras más ricas de involucrarse en la vida cotidiana de la ciudad.
Toma nota: dentro del mercado hay locales donde desayunar. Está abierto de lunes a sábado de 8:00 a 15:00 horas.
Lujo arquitectónico
Los gestos desquiciados de las gárgolas labradas acompañan a los visitantes en su recorrido por la Lonja de la Seda, una representación espectacular del gótico civil mediterráneo. Sus techos altos, columnas y candelabros remiten a una catedral, sin embargo el edificio fue construido con fines laicos por el arquitecto valenciano Pere Compte a partir de 1483. Desde 1996 forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Toma nota: abre de lunes a sábado de 9:30 a 19:00 horas; domingos y festivos de 9:30 a 15:00. El costo de entrada es de 2 euros (36 pesos) por persona.
Vuelta al barrio
La sugerencia es partir de las Torres de Serrano, puerta principal de la antigua muralla árabe, e internarse sin prisas en el Barrio del Carmen. En la ruta de calles adoquinadas hacia la Plaza de la Virgen, donde está la Basílica de la Virgen de los Desamparados, abundan tiendas de recuerditos y terrazas.
Es imperdible visitar la Catedral y la capilla del Santo Cáliz de Valencia, que resguarda el vaso que fuera usado por Jesús durante la Última Cena.
Toma nota: el barrio está flanqueado en otro extremo por las Torres de Quart; tanto las de Serrano como éstas, tienen miradores abiertos al público.
En busca del tiempo
Muy cerquita de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, justo en el corazón del Barrio del Carmen, el Café de las Horas abrió a mediados de los 90 como una alternativa para pasar un rato a solas sin sentirse como un “bicho raro”, cuenta su propietario Marc Insanally, de origen guyanés.
Su decoración teatral y neobarroca, que lo mismo remite a una cafetería parisina que a un salón de té inglés, invita a la fantasía. Además de café, sirven coctelescomo el “Agua de Valencia”: cava, jugo de naranja, vodka y ginebra.
Toma nota: a partir de septiembre está abierto por las mañanas, cuando se antoja sentarse a leer o escribir una postal dando sorbos a un té.

Más información
www.turisvalencia.es
www.mercadocentralvalencia.es
whc.unesco.org
www.catedraldevalencia.es
www.cafedelashoras.com

Por Reforma

Escrito en Celaya el 22/3/2015 · 00:00