“Yo le preguntaba, al verla en el comedor de casa vestida con unniqab negro (velo musulmán que deja solo los ojos al descubierto): ‘Pero, hija, ¿qué estás haciendo?’ Ella me decía que debía entenderlo. Que él, un yihadista con el que hablaba por Internet, luchaba por los niños y las mujeres de Siria”.
El portal de El País habla de Monique, la madre holandesa que vio cómo Aicha, una adolescente de 19 años, “rubia y de ojos azules”, cambió de nombre al unirse al islam. El hombre del que se enamoró por internet es Omar Yilmaz, soldado holandés de origen turco que lucha desde 2012 contra el régimen de Bachar el Asad de Siria.
“A veces hay que actuar para conseguir lo que crees justo”, dijo Monique, quien fue a Siria dos veces para rescatar a Aicha, casada y separada de Yilmaz. En octubre, Monique no pudo atravesar la frontera turca. Hace unos días, tras citarse con su hija y cubierta por un burka, llegó a Raqa (zona controlada por el Estado Islámico) y logró sacar a Aicha de allí. El Ministerio de Justicia confirmó que Aicha al fin llegó a Holanda.
En 2013, el ministerio tunecino de Interior dijo que muchas de las mujeres en esta situación"acababan satisfaciendo en Siria las necesidades sexuales de decenas de hombres".