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Muralla Roja mediterránea

El arquitecto Ricardo Bonfill reinterpretó las fortalezas árabes en esta edificación en Alicante, España

Escrito en Irapuato el

En la ciudad de Alicante, frente al Peñón de Ifach, hace poco más de medio siglo, en 1962, se comenzó a diseñar un plan maestro para edificar un complejo turístico, similar a otras zonas residenciales de la costa mediterránea española.
La Manzanera, como se conoce al complejo, se engargó en diseño y construcción al Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill.
El plan contemplaba la edificación por etapas, de condominios, apartamentos, viviendas unifamiliares, un pequeño hotel, bar, restaurantes e instalaciones deportivas para un máximo 2 mil 500 a 3 mil personas de población durante la temporada alta.
El escenario para el poyecto es un paisaje formado por terrazas de piedra, en gran parte artificiales, reconstruidas para disfrutar de los períodos vacaciones y del tiempo de ocio.
El objetivo, de acuerdo a la descripción que del proyecto hace el sito de Bofill, podría resumirse en “la intención de crear un Jardín del Edén, cerrado, paradisíaco en cierto sentido, que correspondía a una visión idílica y bucólica del mundo”.
A lo largo de medio siglo las etapas en las que ha sido contruida La Manzanera permiten vivir y experimentar las transformaciones en la historia de la arquitectura contemporánea, empezando por una forma derivada del movimiento Archigram, y pasando por un regionalismo crítico y siguiendo con la recuperación de un estilo clásico mediterráneo.
Por lo anterior existen diferencias obvias y sustanciales entre los primeros edificios y los últimos.
En este contexto fue desarrollado el proyecto conocido como La Muralla Roja un década después, en 1973, que es como una fortaleza, que de forma vertical da continuidad a las paredes rocosas donde fue edificada.
Inspirado en las torres de adobe del norte de África e incorporando elementos de las arquitecturas populares del mundo árabe mediterráneo, el arquitecto Ricardo Bofill quizo reinterpretar la tradición mediterránea de la casbah.
La casbah, eran las fortalezas edificadas por los gobernantes para proteger sus reinos de invaciones.
La Muralla Roja, es la reinterpretación de una de esas fortalezas, y las formas de sus edificios evocan claramente una estética constructivista, creando un conjunto de patios interconectados que permiten acceder a los 50 apartamentos, que incluyen estudios de 60 metros cuadrados, y apartamentos de dos y tres dormitorios de 80 y 120 metros cuadrados respectivamente.
En las terrazas hay solariums, una piscina y un sauna para uso exclusivo de los residentes.
Las fachadas del edificio tienen una variada gama de colores que responde a la intención de dar un relieve a los diferentes elementos arquitectónicos, dependiendo de sus funciones.
Las superficies exteriores, por ejemplo, están pintadas en varios tonos de rojo para acentuar el contraste con el paisaje; los patios y las escaleras, sin embargo, están tratados con tonos azules, como el cielo azul, índigo, violeta, para producir un contraste más o menos pronunciado con el cielo o, por el contrario, un efecto óptico de fusión con el mismo.
La intensidad de los colores también está relacionada con la luz, demostrando cómo la combinación de estos elementos puede ayudar a crear una mayor ilusión del espacio.
El resultado del proyecto es el trabajo de un equipo multidisciplinario encabezado por el artífice Ricardo Bofill, que en 1963 reunió el talento de un grupo de jóvenes para abordar la complejidad de la práctica arquitectónica.
Ingenieros, urbanistas, sociólogos, escritores, directores de cine y filósofos conformaron lo que se conoce hoy como el Taller de Arquitectura.

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