El 21 de abril del 2011, es la fecha que Anayansi Gil Martínez marcó en su calendario como el día que volvió  a nacer.
Fue en marzo del mismo mes, cuando Anayansi al realizarse su autoexploración detectó una bolita extraña, esa alerta la llevó a sacar una cita con el ginecólogo, “Llegue al médico y me dice sabes qué, necesito que te hagas urgente una mastografía y un ultrasonido” recordó Anayansi, quien en ese mismo instante pensó que algo no andaba bien y que quizá podría ser cáncer.
Luego de que le realizaron los estudios, el doctor le dijo que tenía que transferirla a México “Ese lapso de mi llegada a México fue traumatizante, dije qué vamos hacer si es cáncer, ¿me voy a morir?...” recordó Anayansi.
Al llegar a México, la noticia que tanto temía Anayansi y esa que le cambió la vida apareció al escuchar a la doctora decirle “Esto es cáncer y tu tumor tiene diez años”, en ese instante Anayansi pensó que cómo podía ser eso, si ella ya se había hecho la mastografía seis meses antes en el Seguro Social y los resultados no arrogaron nada.
Aun así, con esa noticia a Anayansi le dieron quince días para darle los resultados finales “Los quince días más espantosos de mi vida, porque estás pensando que será, y luego en ese lapso se nos juntó que mi papá se accidentó y lo teníamos hospitalizado”.
Los quince días pasaron, el momento de conocer los resultados llegó, Anayansi llegó con la esperanza de escuchar la frase “No es cáncer”, pero a cambio de eso escuchó a su doctor decirle “Te tengo dos noticias que darte” seguido de aquello que tanto temía “Tienes cáncer y ya eres mi paciente”.
Otra de las noticias más difíciles de asimilar apareció al darse cuenta que en la operación le quitaría su seno, “Empecé a investigar todo lo que es la operación, vi fotografías de mujeres sin su seno, en ese momento fue un shock para mí” compartió Gil Martínez, quien después de su operación comprendió que no era la única mujer que se enfrentaba a esta difícil enfermedad del cáncer de mama, pues en el piso donde estaba internada se encontró con un aproximado de treinta pacientes de todas las edades, pasando por la misma situación.
Mientras estuvo internada, con el pasar de los días Anayansi comenzó a conocer las historias de cada una de las demás pacientes, y fue en ese momento donde se dio cuenta que contar su experiencia y ayudar a las demás, le hacía sentir bien.
Pero esta difícil lucha contra el cáncer de mama, no terminó con la operación, la siguiente batalla fue al comenzar con las quimioterapias.
El cáncer de Anayansi se  encontraba en uno de los rangos más altos, por ello  el médico ordenó cuatro quimioterapias, una cada 21 días, “Se siente horrible, yo no se lo deseo a nadie, es una cosa espantosa, todo te duele, todo te molesta, cuando te pasa el líquido sientes que te quema, te da vómito, no puedes comer” contó Anayansi.
La tercer batalla de esta difícil guerra llegó al escuchar al doctor decirle que seguían 25 días seguidos de radiaciones.
Luego de un año de luchar contra el cáncer de mama, con el tumor fuera de su cuerpo, la vida de Anayansi cambió totalmente “La vida te cambia de ver el panorama en negro,  ya lo ves de colores, y en entonces cuando piensas en el tiempo que desperdicie en tonterías. Hay que disfrutar el hoy, decirle a las personas cuantos las quieres y desechar lo que no te sirve, aprendes a decir esta persona no me sirve en mi vida, ya no tengo tiempo para perder, hoy estoy aquí, mañana no lo sé”, expresó Anayansi, quien además aseguró que el cáncer de ser su enemigo se convirtió en su amigo, porque aunque ahora no está con ella, algún día puede volver a aparecer.
Es así como las batallas por las que se enfrentó esta sobreviviente del cáncer de mama, la llevó a emprender un proyecto pensado en la prevención, en detectar a tiempo la enfermedad, y también en ayuda a las mujeres que se encuentran pasando por esta difícil enfermedad.
Es así como junto con Gabriela Sánchez Reynoso decidí crear la asociación “Tasiwi”, un espacio que brinda el apoyo a diferentes mujeres de que aprendan a autoexplorarse y a quienes ya tienen la enfermedad ayudarlas en ese proceso.
Con el apoyo de amigos y familiares fue cuando Anayansi y Gabriela comenzaron con este proyecto al que en un principio titularon “A tiempo”, porque a tiempo te tienes que autoexplorar.
En noviembre del 2012, cuando firmaron el acta constitutiva ese nombre no lo aceptaron, así que pensaron en uno no tan común, fue así como concluyeron que el ideal era “Tasiwi” que en náhuatl quiere decir “Tiempo de esperanza”, que según informó Gil Martínez, es lo que la asociación da a los pacientes.
“Es muy difícil que la paciente deje entrar a otras personas y es ahí donde nosotros entramos la familia nos dice necesitamos el apoyo, cómo le hacemos para que se atienda, nosotros hablamos con ellas” afirmó Anayansi.
La fundación Tasiwi, está integrado por varios voluntarios, entre ellos dentista, médico, estilista y cada día más gente se va sumando en pro del bienestar de todas las mujeres.
A pesar de todo el apoyo, Tasiwi se ha enfrentado a la falta de recursos económicos, pero ahora ya bien consolidada, el siguiente paso que realizarán es comenzar a pedir patrocinios y así sumar más personas o empresas solidarias, ya que otro de sus planes es poder contar con su propio mastografo y poder ayudar a las mujeres a que detecten a tiempo esta enfermedad.
Con el deseo de dar una mayor difusión, la asociación “Tasiwi” implementó la campaña “Viernes rosas”, donde invitan a los irapuatenses a vestirse de rosa, tomarse una fotografía y subirla a las redes sociales.

Por Redacción AM

Escrito en Celaya el 25/10/2014 · 00:00