Bastó que se apagaran las luces para que el público se adentrara en un sueño surrealista.
Manos rojas de tanto aplaudir, ojos asombrados y una que otra boca abierta, es lo que dejó La Verità en un Teatro del Bicentenario que lució lleno.
El espectáculo de la compañía suiza Finzi Pasca, encantó durante este fin de semana no sólo a los asistentes, sino al mismo lugar que pareció convertirse uno de los lienzos del artista español Salvador Dalí.
Este domingo será la última presentación de la obra escrita y dirigida por Daniel Finzi Pasca, creador de ‘Corteo’ para Cirque du Soleil, y cabeza detrás de la dirección de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos y la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos de Sochi, Rusia, por mencionar algunos.
La obra sorprendió desde el inicio, tan pronto apareció el gran telón pintado por Salvador Dalí, y los ojos no se despegaron del escenario. Este manto fue creado por el genio español en los años cuarenta en Nueva York, para su versión de Tristán e Isolda.
Una mezcla de actos de acrobacia, finos cantos, bailes, actuaciones cómicas y la presencia de la obra de Dalí, fueron lo que cautivó al público por más de dos horas. La Verità, coincidieron asistentes, fue una explosión de disciplinas que se gozó con todos los sentidos.
Antes de la presentación, Daniel Finzi Pasca prometió que sería mágico y cumplió. La verità (La verdad), la vivió cada uno de los asistentes con todos los sentidos, incluso, al principio de ésta, pudieron ‘formar parte’ del elenco, cuando se les apuntó con la luz que -en broma- evidenció su afán de tomar fotos.
Figuras alusivas al pintor español enriquecieron los diversos movimientos. Desde los dientes de león, hasta cabezas de rinoceronte que recordaban a la escultura ‘Rinoceronte vestido con puntillas’.
Tanto la música como las actuaciones interpretadas entre el italiano y el español, transportaron hasta la década de los cuarenta.
Un vuelo con enormes dientes de león como ‘testigos’, una ‘lluvia’ al interior, trajes de plumas, increíbles actos de flexibilidad, acrobacias en patines o sobre un piano, y hasta varios ‘Dalís’ en tutú, y un baile de can can, fueron parte del show.
Luego de poco más de dos horas de impresionantes actos, el público ‘despertó’ del sueño surrealista y se puso de pie para aplaudir a los 13 artistas y personal de producción, que de la mano del creador Daniele Finzi, los hizo viajar.

Por Diana Delgado

Escrito en Celaya el 19/4/2015 · 00:00