De Guanajuato a Francisco con el corazón: músicos y artesanos que le entregaron su talento
En el 2019, la Estudiantina de Guanajuato tuvo la oportunidad de tocar para el papa Francisco en el Vaticano. Hoy tras su muerte, recordaron esa experiencia única que les llenó el alma.
Manuel Amézquita integrante de la estudiantina relató a AM Express que en el 2018 se organizaron y con el consul en el Vaticano partieron nueve personas. Sin embargo, el destino fue caprichoso y nada salió como los planearon.
Pues terminaron varados, luego repartidos en vuelos de diferentes aerolíneas y otros problemas, además tenían una invitación para ir a Canadá, así que cancelaron el viaje. La espinita no se fue y en el 2019 lograron llegar a Roma para una audiencia para el 18 de septiembre. Aunque tuvieron que llegar desde el 12.

Amézquita contó que la instrucción para la audiencia fue que solamente podían tocar 60 segundos de una canción en la primer valla junto a miles de personas y tras debatir mucho, ensayaron el “Cielito lindo” por ser un ícono de la música mexicana.
Sin dormir nada, pero muy emocionados arribaron a las puertas del Vaticano, su sorpresa fue que al final el papa Francisco ordenó que los instalaran por donde él iba a pasar en el papamóvil. Ahí se llevaron la sorpresa de que no solamente pudieron cantar el Cielito Lindo, sino que el Santo Padre pidió más canciones.
“Cuando llega a puerta nos dicen el santo padre cambió el protocolo y quiere que entren por donde él entra. Entramos por el portón principal del Vaticano…Se empieza la audiencia y 12 del día fue cuando pudimos interpretar la primera pieza, el Cielito Lindo, pero nos dicen que podemos cantarla completa, le gustó tanto (al papa) que pidió que cantáramos otra y escogimos Caminos de Guanajuato, le gustó tanto que pidió que cantáramos hacia él y cantamos Si nos dejan”, dijo Manuel.
Luego de deleitarlo con “Caminos de Guanajuato” y “Si nos dejan”, el papa Francisco descendió de la asamblea para saludar a los músicos guanajuatenses, “cuando va llegando la emoción es tanta que le pedimos permiso para tomarnos una foto con él, lo cual accedió inmediatamente con una sonrisa pues muy carismática, muy llena de jovialidad”.

“Nos expresa oigan son poquito y cantan muy bonito, se oye bastante bien. Lo cual agradecimos como pudimos porque nos sorprendió el comentario, no lo esperábamos que tuviera tantas atenciones con nosotros. Él nos dijo grazie. Sentimos cómo había una gran energía espiritual en él”, mencionó el músico.
El papa además de darles la bendición, les dijo que nunca dejaran de tocar porque lo hacían muy bien. Manuel Amézquita recordó la alegría que les provocó las humildes palabras del sumo pontífice.
Una experiencia sin duda que nunca olvidarán y que ahora los motiva a ser mejores tanto en su profesión como de manera personal, en especial ahora que el Santo Padre falleció.
“Nos conectamos tanto con su sonrisa, con su agradecimiento cuando los agradecidos éramos nosotros. Nos conmovió, no parábamos de sonreír, de estar nerviosos, sobre todo de estar temblorines”, comentó el tuno.
Sombreros de charro

Con una tradición de 70 años, la sombrerera francorrinconense Salazar-Yépez ha tenido la oportunidad de entregarle a diferentes papas sombreros de charro, en diferentes ocasiones, y Francisco I no fue la excepción.
“A Francisco le hicimos cuatro sombreros diferentes, que intentamos hacerle llegar, aunque solamente uno tenemos la certeza de que sí le llegó y portó”, relata María de la Luz Yépez, propietaria del negocio.
Con la muerte de Francisco I, el pasado lunes, católicos mexicanos han recordado a su santidad en su visita a México, en el año 2016 y se ha viralizado la imagen del Santo Padre portando un sombrero charro dentro de un avión.
“El sombrero que el papa tiene en la imagen es el tercero que nosotros le hicimos llegar. Antes habíamos intentado con otros dos y después un cuarto, dándoselo a personas allegadas a él, pero nunca supimos si los usó o sí le llegaron”, comenta la fabricante.
El sombrero charro en cuestión, está adornado con la imagen de la Virgen de Guadalupe, unas rosas bordadas en la falda del mismo, el escudo de la Santa Sede, simbolizado por las llaves cruzadas de San Pedro, además de una imagen del pontífice y del continente americano.
“Cada sombrero que le hicimos estuvo adornado de diferente manera, pero lo que nunca debería faltar era el símbolo del Vaticano y la Virgen de Guadalupe, pues él era un proclamado guadalupano”, comparte la señora Yépez.
Los materiales de los sombreros de charro papales son de palma, en específico de hoja de trigo, además de utilizar materiales de la más alta calidad para el adorno y sus detalles, como hilos metálicos.
En sus 70 años de existencia, los sombreros Salazar-Yépez han sido entregados a cuatro papas diferentes, incluyendo a Francisco I. Los demás Santos Padres que han recibido este regalo francorrinconés son Pablo VI, Juan Pablo II en sus cinco visitas y Benedicto XVI a quien se le entregó un par de ellos.
“El entregarle estos obsequios a cada papa es la forma de entregarle un pedazo de nuestro país para que siempre nos lleven, como pueblo, en sus rezos y un sombrero de charro es una de las cosas más características que tenemos como mexicanos”, finalizó María de la Luz.
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