Noche única entre música y diversión absurda ofrecen Los Espantasuegras con Insulini y El Chispas
Entre Chachitos, parodias, 'abducción alienígena' y hasta 'La víbora de la mar', pero sobre todo con una gran actitud, Los Espantasuegras, acompañados de Insulini y El Chispas, ofrecieron una noche única en León
León, Guanajuato.- La banda leonesa Los Espantasuegras regresó a su ciudad junto a dos fenómenos virales con los que ha hecho mancuerna para una serie de conciertos: Insulini y El Chispas y la presentación fue una muestra de lo que este ‘combo’ puede lograr.
Sábado por la noche, monas chinas en la espalda de algunos, jerseys de futbol americano con números y nombres en el cuerpo de otros, también hay camisas vaqueras con sombrero y suéteres de cuello de tortuga azules.
Pero sobre todo hay playeras con un rostro de expresión nula y ojos negros, es El Chispas, un personaje/persona que desde las redes se catapultó a la fama por su autenticidad al mostrar su singular personalidad.
Hace unas semanas que Los Espantasuegras anunciaron su visita a León junto a Insulini, otro creador de contenido que desde unos 4 años atrás ha ganado adeptos con su música totalmente apegada al “hágalo usted mismo”, con incursión en varios géneros musicales, desde reguetón hasta los corridos.
Los dos creadores de contenido viajaron a León junto con Los Espantasuegras, una banda leonesa que tras varios años de picar piedra en la ciudad, tomó la decisión de intentar ‘el sueño chilango’, como lo hacen muchos otros creadores panzas verdes.
El intento les ha funcionado a partir de su colaboración con Insulini, que a su vez “jaló” al Chispas para un concierto en el Metro Hidalgo, que terminó con cientos de jóvenes enloquecidos, lo que animó a este equipo al grado de iniciar una gira en varios estados de la República.
Así fue como esta combinación trajo a Los Espantasuegras a ser profetas en su tierra en la noche de este sábado junto a sus dos invitados frente a un nutrido grupo de adolescentes que quién sabe si tengan INE, jóvenes que ya se pagan su plan de datos para el celular, y uno que otro adulto que sí alcanza a conectarse con estos ambientes.
Un amplio jardín de una pozolería vegetariana ubicada en medio de la casi siempre silenciosa Arbide se convirtió en el escenario para esta mezcla de personajes detonaran a un montón de sus seguidores.
Rock, rap, cumbia, parodia, todo en una sola noche
Primero, una sesión de víveres de rock a piano, mientras Los Espantasuegras, Insulini y El Chispas conviven con sus fans que pagaron por esa experiencia.
Los últimos asistentes entran al lugar y finalmente suben Los Espantasuegras al escenario; rap, rock se combinan con cumbias de la mano de uno de los personajes que han creado: el Dios de la Cumbia. Pero luego un alien sube, y abduce la atención de los ya enardecidos adolescentes.
Entre la “Rumba alienígena” y el “Reggaeton políglota” el poderío de difusión de estos artistas queda más que claro, los asistentes las corean perfectamente.
En el sencillo escenario no hay solo música y luces; también la parodia y actuaciones exageradas que vagan entre el sarcasmo y el absurdo para escenificar las letras que cantan.
Finalmente sale El Chispas y la locura se desata, baja del escenario junto a Insulini y empiezan “La víbora de la mar”, alguna fan del Chiapas aprovecha para regalarle una bolsa de Chachitos (sí, el cereal de trigo inflado).
“Bueno ¿de quién es una camioneta blanca que está por aquí junto a la entrada para que la muevan por favor”, pregunta en el micrófono Luis, vocal de Los Espantasuegras, confirmando que más que un concierto, esta es una auténtica fiesta.
Citas fallidas, amigos que se dicen verdades y hasta encuentros con Dios que no esconden la burla a la iglesia católica a ritmo de cumbia, se personifican al sonar de batería, guitarra, teclados y bajo.
El dolor de cabeza de millones de estudiantes, la tabla periódica, en este lugar irónicamente hace gritar de júbilo a decenas de estudiantes porque a Insulini se le ocurrió ponerla en una canción (“Rap de los elementos”).
Canciones de cuna con predicciones de las consecuencias capitalistas (“Duerme bebito”), boleros dedicados a las mascotas (“Bolero perrón”).
Una caja de secuencias les falla y la improvisación de Chispas e Insulini hacen el rato para sus fanáticos que no se dan cuenta del problema técnico.
Después de sudar frío un rato, “La tengo chiquita” y “La cumbia psicópata” rompen el momento tenso.
Una pausa y la mánager de la mañana sube al escenario para pedirle a la gente que “cuiden sus carteras y celulares, y que ayuden a difundir la próxima visita de la banda a Toluca porque ‘solo se han vendido 17 entradas y si no se vende más tendremos que cancelar/posponer’”.
Los Espantasuegras regresaron con “Tequila con limón” y al acabar el silencio es raro, incómodo, “¿qué pasó?, están muy callados, ¿están asustados?”, pero logran las risas poco a poco.
La “Letanía 13”, el albur hecho rap, rompe el extraño momento, y desata los gritos cuando Insulini se quita la playera.
Una melodía se lanza para invocar a El Chispas, Luis e Insulini danzan juntos, la química entre ellos se hace más que evidente mientras Chispas lanza Chachitos y Chips a sus fans.
El momento cumbre del concierto: Chispas cantando “Tu me quieres lastimar” a todo pulmón. Sus capacidades en el canto son inversamente proporcionales a su gran actitud, pero eso es lo que menos le interesa a su fanaticada, su carisma es la que los engancha.
La última canción es la más reciente que han creado pero también la más coreada “Espanto”, y el asunto se sale de control, con mujeres con bolsas de papel en la cabeza que bailan con ellos, gritos y brincos entre el público, chocolate en polvo volando, martinetes y bailes.
El ritual final de la foto del recuerdo “arriba Leoooón!”, casi es la media noche, pero esta gira apenas empieza.
LCCR
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