León, Guanajuato.- Se cumplen esta semana 21 años de las más graves inundaciones que han sufrido los guanajuatenses en su historia reciente.

Aunque los aguaceros de 2023 comenzaron desde julio, el panorama se complicó en agosto e hizo crisis a mediados de septiembre.

El desbordamiento del río Lerma, que afectó a Salamanca, y del río Laja, que trastornó a Celaya, causaron daños que obligaron a una respuesta inmediata del Gobierno federal.

Luego de las constantes lluvias, la situación comenzó a complicarse en gran parte del estado, al grado de que el gobernador Juan Carlos Romero urgió el 11 de septiembre a que se declarara a 12 municipios zona de desastre.

Los desbordamientos provocaron situaciones de pánico, como ocurrió en Apaseo el Alto, donde miles de habitantes sufrieron en la comunidad San Juan del Llanito, ante el temor de que las crecientes sumergieran sus casas.

El mismo día, el desbordamiento del canal La Charca obligó a la ahora extinta Policía Federal de Caminos a cerrar el tránsito en la carretera Panamericana, mientras que los encharcamientos comenzaron a complicar la circulación en la autopista de cuota.

Por la tarde, los escurrimientos del río La Laja comenzaron a amenazar a los habitantes de Celaya. Al día siguiente, las autoridades resolvieron desviar el cauce e inundar sembradíos, con el propósito de salvar a la ciudad, aunque por precaución evacuaron a casi 2 mil 500 habitantes de la zona suroeste de Celaya.

Aquel viernes 12, Caminos y Puentes Federales de Ingreso cerró a las 17:35 horas la autopista Querétaro-Salamanca, por considerar que las inundaciones que había en los kilómetros 15.5, 23 y 30 amenazaban la integridad de los viajeros. 

 

Apoyo presidencial

Acompañado de los principales funcionarios de su gabinete, el presidente Vicente Fox visitó el estado el 13 de septiembre y comprometió todo su apoyo a los guanajuatenses.

De acuerdo con los balances provisionales, en Celaya estaban inundadas 20 colonias y 10 comunidades rurales, con un total de 20 mil damnificados; mientras que en Salamanca eran siete colonias y 12 comunidades las afectadas por el Lerma.

La víspera, la presa Allende casi llegó a su máxima capacidad, 250 millones de metros cúbicos, y ante el peligro de que el volumen se hiciera inmanejable, las autoridades resolvieron inundar sembradíos para conjurar la amenaza sobre Celaya.

Sin poder calcular todavía las pérdidas económicas, la Secretaría de Agricultura informó que había 52 mil hectáreas de cultivos inundadas en Guanajuato.

Pero las lluvias no dieron tregua y al día siguiente orillaron a evacuar a unas 900 familias de 22 colonias de Salamanca, amenazadas por las inundaciones.

La situación se complicó también en la autopista Querétaro-Irapuato, y el 16 de septiembre, las autoridades informaron que se mantendría cerrada al menos 10 días más, para drenar el agua que anegaba sus márgenes y también para garantizar que el tramo de dos kilómetros afectado no quedara dañado.

En León, los aguaceros causaron daños menores. Pero el impacto en el estado fue rotundo. En un vuelo por la zona afectada, AM comprobó que el cauce del río Lerma se borró por completo en varios kilómetros, inundó miles de cultivos, cerró cinco carreteras y mantenía bajo el agua cientos de ranchos.

 

‘Máxima seguridad’

 

En el momento más grave de las inundaciones, la madrugada del 17 de septiembre, la posibilidad de que se inundara el Cereso Mil de Valle de Santiago obligó a evacuar a 1047 del penal de máxima seguridad.

Cuatrocientos efectivos de distintas dependencias participaron en el traslado de los internos, que fueron esposados por partida doble, según pudo comprobar AM.

Más tarde, el penal terminó inundándose y el agua alcanzó un metro en el interior. Los reos fueron trasladados a distintos penales.

Los daños en números:

• 6 fallecimientos
• 18,000 damnificados 
• 900 millones de pesos, los daños
• 37.7% del estado permaneció inundado durante más de 15 días
• 308 comunidades y colonias inundadas
• 10,900 casas afectadas
• 22 albergues con damnificados

LALC