Imposible competir: Obliga calzado chino a zapateros de Guanajuato a cerrar o cambiar de giro
Varios talleres textiles han tenido que cerrar ante el arribo del calzado chino, generando una competencia desleal con el producto nacional.
Con información de Martín Saldaña
Guanajuato.- Alfredo Sandoval tenía un taller de calzado en el que fabricaba zapatos para dama. Pero la creciente importación de zapatos asiáticos, lo llevó a cerrar tras 22 años de producir en León.
Rivalizar con el calzado chino ha sido imposible, ya no se puede hacer otra cosa”, dijo a AM.
Sandoval comenzó en 2001 fabricando zapato infantil, para luego cambiar a la producción de calzado para dama. Semanalmente manufacturaba 700 pares con un precio promedio de 100 pesos. En su mejor momento, contaba con 12 colaboradores.
Su producto se distribuía en locales del Coecillo y Guadalajara, mientras estuvo en activo. Siempre perteneció a la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG).
Pero todo cambió con la llegada del calzado chino. Recordó que la invasión no es nueva, comenzó desde 1984, con la entrada del Tratado de Libre Comercio, pero se complicó cada vez más.
Lo que no se habla, lo que no se dice, es que la mayoría del calzado que entra es completamente ilegal, las aduanas están coludidas”, acusó.
Como la de Alfredo Sandoval, en la última década han cerrado de mil a mil 200 empresas del sector calzado a nivel nacional, señaló Juan Carlos Cashat Usabiaga, presidente de la CICEG.
Actualmente en el País hay 9 mil 429 empresas de este sector, la mayoría en Guanajuato y Jalisco, según la CICEG y el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) de Inegi.
En 2024, México importó 185 millones de pares de zapatos, un alza anual de 31 %, dijo Juan Carlos Cashat. De esa cifra, alrededor de 90 % provino de Asia.
Este año, a abril, llevamos 69 millones de pares de importaciones", agregó.
“El cierre de empresas del sector calzado no es una posibilidad, es una triste realidad, hemos venido siendo víctimas de una llegada abrumadora de calzado de Asia”, dijo a AM Cashat Usabiaga.
Señaló que hay una gran cantidad de producto que entra en condiciones de competencia desleal por distintos medios. Por ejemplo 40 millones de pares entraron en 2024 bajo el programa IMMEX (Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación), que en teoría es un programa temporal de importación.
"Importan vía IMMEX un producto terminado y no se reexporta. De alguna manera reportan exportaciones ficticias y el producto se queda en el mercado sin pagar impuestos", aseguró Cashat al diario Reforma.
Recordó que en la última década hubo dos grandes olas de importación: la primera, principalmente de China a principios del 2000, y la segunda, desde hace una década, en la que han resentido un aumento constante de las importaciones.
Cashat añadió que gran parte de las importaciones que en años pasados llegaban de China, ahora proceden de Vietnam.
Lo que estamos viendo es una posible elusión de las cuotas compensatorias aplicadas a China, en ese momento vimos un clarísimo movimiento de pares a Vietnam”.
Señaló que si estas importaciones se hacen dentro de un marco legal, no hay mucho que hacer. Sin embargo, lo que es un hecho es que gran parte de esta producción se movió de la noche a la mañana, por lo que presumen que se trata de una triangulación.
La Secretaría de Economía ha tratado de frenar el calzado chino con aranceles de entre 25 y 35 % y cuotas compensatorias de entre 12.13 y 17.99 % a sandalias, tenis y botas chinas, que fueron resultado de una investigación de discriminación de precios.
Actualmente, la industria está a la espera de la resolución final de la investigación antidumping sobre las importaciones provenientes de China. Esta busca determinar si se realizan a precios de dumping y si es necesario aplicar medidas correctivas para proteger a la industria nacional, como por ejemplo, cuotas compensatorias.
Alfredo Sandoval, originario de Ciudad de México y comerciante nato, platicó que decidió venir a Guanajuato para invertir en el sector calzado y ahora no tiene claro qué hacer. El tsunami del calzado asiático, la competencia con la informalidad y la inseguridad terminaron con sus sueños
Cuando decidió cerrar se deshizo de maquinaria para pagar sus deudas, el taller lo tiene como almacén de 15 máquinas que no ha logrado vender, en su momento le costaron 60 mil pesos, ahora ni regaladas las quieren.
Después de un esfuerzo tan grande para poder levantarnos, llegamos aquí pensando que iba a ser fácil, nos encontramos como dejados a la mitad del desierto”.
Tuvo que cerrar tras 12 años
Luego de 12 años de esfuerzo con un taller de fabricación de calzado, Agustín López tuvo que cerrar su negocio debido a las bajas ventas y a la competencia desleal del calzado asiático, en San Francisco del Rincón.
Tuvo que tomar la “difícil decisión” de liquidar a poco más de 15 empleados que trabajaban en su taller.
Agustín López mencionó que decidió emprender su propio negocio, luego de trabajar desde muy joven y por más de 10 años para una empresa de calzado en la ciudad, donde aprendió el oficio de pespuntador.
“Ya cuando aprendí el pespunte, iba viendo los procesos de otras áreas en el tenis y fui aprendiendo, para ese entonces yo iba creciendo y llegué a ser encargado de pespunte. Ahí conocí a quien es hoy mi esposa, ella trabajaba en el área del adorno y luego de casarnos, a los dos años decidimos renunciar y poner en principio una maquila pequeña”, platicó el señor López.
La familia López Martínez consiguió un préstamo en la Cala Popular, compró unas máquinas de pespunte y comenzaron a ofrecer sus servicios de maquila de calzado.
Con el préstamo en la Caja, compramos las primeras máquinas, estábamos en nuestra casita y luego el negocio iba bien, decidimos invertir en un poco más de maquinaria, rentamos una casa que funcionaba como taller en San Antonio y ahí estuvimos hasta que cerramos”.
Señaló que conforme pasaron los años, se animaron a vender sus propios tenis, principalmente en negocios de la zona de la central camionera de León.
Comentó que tras años de esfuerzo, sus ventas crecieron.
“Llegué a tener hasta 25 personas: unos de planta, otros temporales, pero con buena chamba por seis u ocho meses, hasta que llegó la pandemia, ahí empezaron a bajar las ventas, en un 50 % por ciento y para entonces nos quedamos 10 personas nada más”.
Cuenta que hubo un repunte en 2022; en 2024, otra vez bajaron las ventas, “ahora por culpa de los chinos”, comentó.
Los chinos sí nos afectaron, algunos clientes preferían comprarles a ellos; les daban más barato aunque no eran de calidad los productos, y pues, aquí los clientes también tienen que ver, compran barato aunque no les duren.
En noviembre pasado, cerró las puertas de su taller.
“Yo quería cerrar el año sin pendientes, le di su retiro a la gente, vendí un producto que tenía a muy bajo costo, no puedo decir que todo fue malo, de ahí salió mi casa, otra que rento, dos carritos, vendí dos camionetas, pagué mis deudas y ahí me quedó un guardadito, hoy me la llevo tranquilo, tengo por ahí algunos emprendimientos, con los que salen para mis chicles, pero sí, puedo decir el calzado chino y la competencia desleal me dieron en la torre”, finalizó.
AAK
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