Expertos en nutrición cuentan que el cuerpo activo y en forma durante el embarazo ayuda a mejorar la salud de la madre, evita dolores de espalda, incrementar energía, fortalecer músculos e incluso a dormir mejor.
Una dosis adecuada para las mujeres embarazadas es de 00-300 mg de omega-3 DHA.
Naturalmente, este ácido graso se encuentra en los pescados grasos o azules, como salmón, atún, arenque o sardina y en las algas de las que se alimentan estos pescados, pero para aquellas mujeres que comúnmente no comen pescado, por temor a una posible contaminación o algún tipo de alergia, existen suplementos alimenticios o alimentos fortalecidos con omega-3 DHA.
Pero no basta la dieta y la combinación de actividad física y alimentación adecuada hacen el balance para un embarazo saludable y una buena calidad de vida.

Lo que no hay que olvidar

1. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos asegura que las hormonas producidas durante el embarazo pueden causar que los ligamentos y articulaciones se relajen, lo que incrementa el riesgo de sufrir heridas, por esto, es importante realizar el ejercicio adecuado y evitar riesgos para la salud de la madre y el bebé.
2. Uno de los ejercicios grandes benéficos es yoga, es una actividad física completa que ayuda a las madres a mantener la concentración, meditación, mejor conocimiento del cuerpo y mente, que en el momento del parto serán de gran ayuda y transmite de serenidad al desarrollo del bebé.
3. Otros ejercicios para esta etapa son caminar, nadar, ciclismo estático, e incluso, si la madre era corredora antes de embarazarse, es posible que siga corriendo durante la gestación, siempre y cuando modifique su rutina para no ponerse en riesgo.
4. Asegurarse que la madre y el feto reciban la cantidad adecuada de omega-3 DHA, ayudará prevenir la aparición de defectos del tubo neuronal del bebé, evitando así enfermedades como espina bífida, parálisis cerebral o bajo peso al nacer.
5. Los beneficios de la ingesta de omega-3 DHA y el ejercicio deben continuar aún después del embarazo, estudios aseguran que los niveles más altos de DHA en la leche materna se asocian con la capacidad del lactante de ajustarse de manera fácil a los cambios de su entorno, de acuerdo con la escala de Evaluación de conductas neonatales de Brazelton.

Por Redacción AM

Escrito en Irapuato el 14/2/2015 · 00:00