León, Guanajuato.- Aunque su trabajo de barrer los paraderos de la oruga representa cierto riesgo cuando debe bajar al paso vehicular, Roberto Carlos Calvillo, quien desde hace cinco años trabaja en el Sistema Integral de Aseo Público (SIAP) compartió que le gusta mucho su empleo. 

Cuando viene la oruga nos hacemos a las boyas o nos metemos a la rampa, pero sí corremos riesgo más que nada cuando pasan los carros y las ambulancias, debemos cuidarnos, corremos peligro, pero me gusta mi trabajo", confesó en entrevista con AM. 

Este miércoles, Roberto fue uno de los trabajadores del SIAP que recibió un reconocimiento durante la celebración de los 15 años del Sistema Integral de Aseo Público; contó que su tarea consiste en mantener limpios los paraderos para que los usuarios del transporte público tengan un mejor servicio.

"Para que estén limpios desde los botes, los torniquetes y los vidrios y dar buena imagen a la ciudad. Hago mi mayor esfuerzo, el riesgo que corro a diario es cuidarme de las orugas porque barremos en la parte de abajo por donde pasan y se detienen para abordar a los usuarios. 

"Este reconocimiento se lo debo a la empresa y agradezco que en tiempos de pandemia nunca me descansaron, siempre salí adelante. Estoy orgulloso de mi trabajo, del personal y de amigos y a seguir adelante", expresó. 

Consideró que los paraderos más peligrosos para trabajar son los de San Juan Bosco, de La Soledad y en López Mateos que son vialidades muy transitadas. 

‘Me daba mucha pena’ 

Cuando empezó a trabajar en el aseo público, Graciela Andrade Pérez confesó que le daba pena, pero ahora dijo sentirse orgullosa de limpiar la zona peatonal del Centro y sus alrededores. 

"Me enteré de este trabajo cuando una compañera estaba trabajando aquí y empecé en la Central Camionera a barrer, a juntar la basura y a llenarme de todo porque en la basura juntas de todo. 

A veces decía que este no era mi trabajo, me daba mucha pena porque hay mucha gente que te humilla, pero me dije es un trabajo y me va a gustar y gracias a Dios salí adelante", platicó. 

Graciela tiene siete años trabajando en el SIAP y al igual que Roberto recibió un reconocimiento por su dedicación, antes de este empleo compartió que trabajó en fábricas de calzado. 

Comentó que para su labor recibe cubrebocas, guantes y herramientas para cortar ramas. 

"Me gusta mucho mi trabajo, día con día nos dedicamos al barrido y a atender los reportes ciudadanos. Estoy contenta por este reconocimiento que me dieron, la verdad no me lo esperaba", expresó. 

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