Guanajuato es una de las entidades del País con mayor población remunerada con el salario mínimo.
Hasta septiembre de 2015 este estado ocupa el séptimo lugar con 337 mil asalariados con el mínimo, de los más de cinco millones de habitantes, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). 
El Estado de México encabeza la lista con 852 mil empleados, seguido de Chiapas con 628 mil, Veracruz con 549 mil, Puebla con 529 mil, Distrito Federal con 454 mil y Oaxaca con 356 mil.
Y el estado con menos trabajadores con salario mínimo es Baja California con 30 mil, seguido de Aguascalientes con 34 mil, Colima con 38 mil y Querétaro con 41 mil.
En Guanajuato, en los últimos ocho años se registró un incremento de 114 mil personas que perciben el salario mínimo, pues en 2007 se reportaron 223 mil trabajadores en el estado.
De los 337 mil trabajadores con el mínimo de paga, 207 mil son mujeres y 130 mil hombres.
Entre 2007 y 2011 Guanajuato reportaba menos de 300 mil personas con este salario, pero a partir de 2012 la cifra superó los 345 mil y  bajó en 2014 con 276 mil personas.
Actualmente, el salario mínimo para Guanajuato subió y quedó en 70 pesos con 10 centavos, tres pesos más que en la última modificación.  

Está  ‘al ras’

Con una carrera, una marca propia y ganas de exportar su producto, pero con unos cuántos pesos en la bolsa, vive Claudia Galván, una joven de 28 años que pidió que se le identificara con ese nombre aunque no es el suyo.
Su marca ha crecido, pero no por eso los gastos diarios y comprar los insumos ha sido sencillo.
“Yo trabajo accesorios de diseño con materiales como arcilla polimérica, actualmente implementamos la marca, ya jalé más gente, somos tres personas. Trabajo técnicas pop, cultura popular, diferentes caricaturas, personajes de cómics”, explicó mientras armaba un collar.
Aunque su marca es una empresa de la que es dueña, habló del sacrificio que es mantenerla porque más que ganancia, siempre está invirtiendo para no dejar de generar.
“Si hoy tengo 15 pesos y debo 30, me endeudo con los otros 15, entonces ya traigo nada, entonces es invertir, tiempo, ideas, promoción, dinero, totalmente. Entonces es difícil”, contó.
Sus productos van de 40 hasta 100 pesos. Un día puede tener más de esa cantidad, también menos o hasta nada.
“Ando al ras”, dijo con tono de preocupación, pues no quiere que sea una costumbre. Ella en realidad quiere ir más lejos hasta intentar la exportación de su marca, pero viviendo al día no se puede.
‘Ni cómo ahorrar’

Una semana buena se resume a la venta de 225 empanadas, pero una mala es cuando no se vende ninguna.
Rimar es una pequeña empresa de empanadas con más de 20 años de existencia pero poco crecimiento al carecer de dinero  para invertir.
“Los lunes soy yo el que va a comprar las cosas que se necesitan, desde jitomate, chile, piña, todo lo que ocupamos para hacerlas.
“Pero hacemos las empanadas, aproximadamente 225, panquecitos y las pizzas de hojaldre”, contó Ricardo Silva, quien se hace cargo mayormente del negocio, pues su mamá María Ortega ya no puede realizarlo.
Las empanadas se venden en la Zona Centro, en una iglesia, a través de redes sociales o por pedido, cada una por 13 pesos, mismos que después pagan el recibo de luz, agua y les dan de comer.
El horno demuestra que trabajan diario, que buscan tener un ingreso mayor, pero también muestra que necesitan renovar la herramienta de trabajo. Sin embargo el problema es que viven al día... ni para ahorrar alcanza.
“La entrada no alcanza, antes sí, pero tengo otros negocitos.
“Los insumos han ido subiendo y, por ejemplo, necesitamos nuevos hornos, sería comprar el horno como de 25 mil pesos y una máquina de hojaldre, pedir un préstamo, pero no tengo la certeza de salir del préstamo. No podemos ni ahorrar”, finalizó Ricardo.

Por Vaniaja Ramillo

Escrito en León el 26/10/2015 · 00:00