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Acaban el gobierno todos contra todos

Eugenio Martínez reclama a panistas por votar en contra de programa de inversión y aprobar $30 millones en liquidaciones.

Escrito en León el
Acaban el gobierno todos contra todos

Los miembros del Ayuntamiento de León no pudieron acabar la última sesión en paz y sacaron todos los reclamos, críticas y reproches acumulados en tres años de gobierno, y terminaron agradeciendo.
Ayer la sesión empezó tarde, característica de esta Administración, y al parecer se tratarían temas de requisito para cerrar, pero el voto en contra de la fracción panista al programa de inversión detonó la bomba.
Y es que los cuatro regidores panistas aprobaron la modificación presupuestal, en la que se incluyeron 30 millones de pesos para liquidaciones de funcionarios municipales, dinero que pidió el alcalde entrante Héctor López Santillana.
“Lo que acabamos de votar para finiquitos del personal que hoy labora, con ese dinero podríamos hacer una Escuela de Vanguardia, es una petición de la nueva Administración para liquidar; esos 30 millones no son liquidaciones de esta Administración, sino es una cortesía que está pidiendo (...) es una cortesía que estamos dando”, aclaró el regidor priísta Aurelio Martínez Velázquez.
Cuando tocó aprobar el programa de inversión, con el voto negativo de los azules, el síndico Eugenio Martínez Vega se fue contra ellos y les adelantó que no debían ser invitados a ninguna inauguración de obra del siguiente gobierno, pues se harían con el dinero ayer aprobado.
“El PAN vota sistemáticamente en contra y hoy votan a favor de 30 millones que nos solicitan para liquidar funcionarios actuales y meter a la gente de confianza de Héctor; votan en contra de obras, que por cierto se van a inaugurar hasta el próximo Ayuntamiento. Espero no se aparezcan en las inauguraciones, sería algo contradictorio y, desenmascarados, que no iba a ver revanchas”, les dijo.
Alejandra López Zavala respondió que la obra pública en la Administración estuvo mal hecha y con licitaciones infladas. Además, señaló que él no era el indicado para desinvitarlos de las inauguraciones.
Los reclamos no pararon ahí. El síndico Leonel Charnichart Celis pidió la palabra y se fue contra los medios de comunicación por criticar las obras sin sustento, según dijo.
“Algunos medios dijeron eso al aire Yo confío en el Contralor y creo que hizo un trabajo exhaustivo de auditorías. Siempre creeré en un funcionario, sobre todo un contralor, que cualquier medio”, recalcó, para darle paso a la defensa del regidor panista Alejandro Arena Barroso, quien lo tachó de dictador.
“Es digno de una dictadura atacar a los medios, son por ellos que los ciudadanos se enteran del bien y del mal, deberíamos estar muy agradecidos. Hago un reclamo para que un funcionario y siendo síndico no descalifique su labor”, dijo firme el edil del blanquiazul.
Del odio al amor

La sesión siguió su curso y en asuntos generales siete regidores pidieron intervenir, todos con un posicionamiento político y “amoroso” de despedida.
Coincidieron en el agradecimiento para Octavio Villasana, quien por siete meses fue alcalde, cargo que desempeñó, según los ediles, con calidad, cercanía y diálogo.
“Agradecerle a usted sacar las cosas siempre tendiendo la mano y no dando un puñetazo, para mí fue un cambio de estilo”, dijo el priísta Alejandro Kornhauser.
Eugenio Martínez confesó que “aguantó vara” por los señalamientos a su persona y aceptó la deuda que dejaron con la ciudadanía. Y, casi como indirecta, dijo que después del 10 de octubre y sin cargo político, el que se la deba la pagaría.
“Como autoridad respeté la crítica externa a pesar de las consecuencias, a partir del 10 de octubre seré un ciudadano más que puede seguir opinando, pero no que cualquiera venga a señalar cosas sin pruebas”, adelantó con tono melancólico.
El nombre de Bárbara Botello Santibáñez salió del discurso escrito por Verónica García Barrios, quien como “mini-informe”, mencionó lo que sí se hizo y el orgullo que sentía de su trabajo y de sus compañeros.
Los que pocas veces tomaron el micrófono para proponer o reclamar, ayer lo hicieron.
María Esther Zúñiga aceptó que su trabajo poco se vio, pero aseguró que estuvo en la calle “chambeando”
Jacobo Cabrera no tardó ni un minuto y solo agradeció; Alejandra López dijo no arrepentirse de haber elegido como presidente interino a Villasana y después se “aventó” minutos y minutos de agradecimientos. Y el edil que entró gracias al PAN, José Luis Zúñiga, terminó dando gracias a la “institucionalidad del PRI”.
El Alcalde tenía tres asuntos que tratar: cambiar de nombre un bulevar, aprobar el acta de sesión y agradecer a todos y a su esposa Griselle Ramos, ahí presente. Antes del último gracias, repartió regalos, una botella de vino tinto para celebrar o llorar con una copa que el trienio se acabó.

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