Buscar

Guanajuato, desde otra perspectiva

A bordo de una cuatrimoto se reconoce esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Escrito en León el

Recorrer en cuatrimoto esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, genera un sentimiento de libertad y ofrece una nueva óptica.
En un paseo, que puede abarcar 20 kilómetros o un promedio de hasta tres horas, se conocen distintos ángulos de esta capital edificada en una cañada hacia el siglo 16, desde la Calle Subterránea que antaño era el cauce del río Guanajuato hasta una vista poco conocida desde el cerro de Las Comadres hasta la calle.
Con cascos, guantes y gafas se abordan las cuatrimotos en parejas. La velocidad, dentro del Centro Histórico, deberá oscilar entre los 20 y 40 kilómetros por hora, así que cualquier espíritu “furioso” tendrá que esperar.
La aventura inicia en la Plaza de la Paz, a un costado de la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato.
Se elige la calle Benito Juárez para llegar al Palacio Legislativo, inconfundible por su fachada neoclásica, data de 1753. El descenso por esta arteria logra que el viento acaricie el rostro y la vibración de la cuatrimoto, sobre el empedrado, ejercite los músculos.
No hace calor. Por la tarde, el recorrido suele resultar más placentero, el ocaso y las largas sombras que crean los edificios históricos pronto comenzará a envolver la ciudad.
Se arriba luego al Mercado Miguel Hidalgo, inaugurado el 16 de septiembre de 1910 por el entonces Presidente de México, Porfirio Díaz, dentro de la celebración por el primer centenario de la lucha de Independencia. Uno de los sitios emblemáticos de la ciudad y la última oportunidad de tomarse fotografías antes de descender a la Calle Subterránea, donde la oscuridad y el olor a humedad, por las filtraciones, hacen recordar aquella película que protagonizó El Santo contra Las Momias de Guanajuato (Federico Curiel, 1972).
Obligado detenerse unos minutos para admirar la belleza de la subterránea, que plasmó el pintor Diego Rivera en uno de sus cuadros.
Esa vialidad desemboca en la Plaza Allende, donde está el Teatro Cervantes, abierto en 1979 y diseñado por el arquitecto José Luis Martínez.
En el lugar se encuentra la escultura de Don Quijote y Sancho Panza, obviamente la selfie no puede faltar.
El transitar lento en la zona permite apreciar con calma los callejones de Guanajuato hasta arribar al Mercado Embajadoras, que se caracteriza por la venta de antojitos.
En el trayecto se alcanza observar la Benemérita y Centenaria Escuela Normal Oficial, fundada en 1827.
Un acelerón a la cuatrimoto, en pleno ascenso al Parque Florencio Antillón, donde se encuentran los restos del escritor Jorge Ibargüengoitia, alerta los sentidos.
Desde la avenida Paseo de la Presa se observa la Presa de la Olla y en lo alto, a más de 2 mil 800 metros sobre el nivel del mar, un faro, el único instalado en una ciudad donde no hay mar.
“Se colocó como guía para los mineros que salían de trabajar por las noches o de madrugada y así se evitaba que se perdieran en la sierra. Es el único faro en una ciudad que no sirvió para guiar a barcos”, cuenta Israel Ferro, miembro de Turismo Alternativo en Guanajuato.
La primera parte del paseo está por terminar y la primera emoción por llegar. Por una brecha de terracería, los vehículos todo terreno aceleran hasta 70 kilómetros por hora.
La finalidad es llegar a la comunidad de Calderones, donde opera la mina Las Torres. La adrenalina se combina con un poco de temor.
En el trayecto, los charcos se atraviesan con velocidad, generando que el agua se esparza.
Es el sitio para subir pequeños montículos de arena y generar brincos espectaculares. No se está en competencia, pero parece.
El recorrido termina en la cima del cerro de Las Comadres donde hay dos piedras que, según una leyenda, representa a dos amigas que se hicieron comadres y quedaron petrificadas al pelear.
La vista desconocida
Una densa capa de niebla, a causa de las lluvias, cubre la zona.
A la distancia, se observa de espaldas la ciudad de Guanajuato al fondo de una cañada. Se respira libertad.
El silencio se rompe con las expresiones de sorpresa que causa contemplar una vista única.
“¡Es increíble! La ciudad vista de espaldas...”, exclama Ferro, quien a pesar de venir constantemente, siempre se sorprende.
La tarde cae. Un ligero frío recorre el cuerpo, pero nada que impida posar para las fotografías encima de las cuatrimotos. Distintos ángulos, pero siempre como fondo la cañada y la ciudad.
Es hora de continuar. El descenso se hace por la carretera panorámica, donde las curvas pueden ser muy peligrosas si se toman a mucha velocidad.
A través de los callejones se arriba a la Universidad de Guanajuato, inmueble de 1732 famoso por su escalinata, que consta de 82 escalones. Ahí, todos quieren una foto.
Unos cuantos minutos de estancia y el recorrido sigue hasta la Alhóndiga de Granaditas, edificada a finales del siglo 18 y tomada, durante la Independencia, por Miguel Hidalgo.
Por una pendiente empedrada, que recorre 75 metros de largo, se puede apreciar el inmueble y los rastros de piedras que se impactaron contra paredes y que rememoran aquella gesta heroica.
Por otro tramo de la carretera panorámica se llega al monumento a El Pípila, fácilmente identificable por el tono rosado de la piedra. La obra fue inaugurada en septiembre de 1939 en honor a Juan José de los Reyes Martínez Amaro, nacido en San Miguel de Allende y quien era barretero en la mina de Mellado.
Esplendor de frente
Desde este punto se obtiene otra magnífica vista de la ciudad, pero esta vez de frente.
A pesar de la lejanía se admira la Universidad de Guanajuato, la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, el Jardín de la Unión, la Mina de San Juan de Rayas y la Alhóndiga de Granaditas.
Una gran postal para fotografías de familia o grupos de amigos.
El recorrido lleva a la última escala: el Teatro Juárez, inaugurado en octubre de 1910 por el Presidente Porfirio Díaz. Entonces, presenció la ópera Aída, de Giuseppe Verdi.
Tiempo de entregar el equipo de seguridad y las llaves de la cuatrimoto. No sin antes compartir la emoción de admirar el rostro siempre hermoso de Guanajuato desde otros ángulos, revivir la historia y gozar el presente a toda velocidad.

Al detalle

Dónde dormir
El Hotel Boutique Edelmira cuenta con piscina y bañera de hidromasaje cubiertas, así como una terraza con magnífica vista a la ciudad. Desde mil 284 pesos por habitación por noche.

Hotel Villa María Cristina es un lujoso alojamiento de 13 suites con piso de duela, baño de mármol, mobiliario francés. Tiene un spa con alberca estilo romana.
Desde 3 mil 972 pesos por habitación por noche.

Hotel Boutique 1850. Instalado en un edificio neoclásico que data de 1850, cuenta con amplias habitaciones con diseño moderno, francés o clásico. Tiene un sky bar con vista a la ciudad. Desde 2 mil 820 pesos por habitación por noche. 

Dónde COMER
En La Virgen de la Cueva se debe ordenar un Plato de la Sierra, que consiste consiste en un guacamole guayaba, cecina crujiente y quesadilla con queso y epazote.
 
En Casa Mercedes hay que pedir un atún con costra de chapulines, gallo de xoconostle y chile morita.

En Casa Colorada, el mole de olores llama a los comensales. Es un platillo con pollo acompañado de mole elaborado con distintos chiles, cacahuates, almendras y chocolate, con timbal de arroz y frijoles refritos.

Con quién contratar
Turismo Alternativo en Guanajuato ofrece recorridos a caballo, en bicicletas o  cuatrimotos, además de vuelos en globo. Raúl Jaramillo es el propietario. Tel. + (477) 1479-581 y + (473) 7322-591.
 
Más información
www.edelmirahotel.com
www.villamariacristina.net
www.hotel1850.com
www.restaurantelavirgendelacueva.com
www.guanajuatoesparati.com/lasmercedes
www.quanaxhuato.com/hoteles/hotel-mision-boutique-casa-colorada.com
www.turismoalternativoenguanajuato.com
guanajuato.mx

Escrito en León el

AManece León

Mantente al día con las últimas noticias de León, suscríbete gratis con tu correo

Amanece Le�n