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El más "charro" de la zaga

El zamorano Raúl Ramírez brilló en los años noventa cuando representó en vibrantes partidos a los Reboceros de La Piedad

Escrito en León el

Los Reboceros de La Piedad a través de su historia han contado con grandes defensas centrales históricos. Al recordar el nombre de Raúl “El Charro” Ramírez, vendrán a la mente de cientos de aficionados las batallas heroicas que por la década de los 90 protagonizó este personaje.
Originario de Zamora, Raúl Ramírez llegó a los Reboceros de Segunda División por invitación del entrenador Nacho Martínez, luego de que lo dirigió en los Chongueros .
Su primer juego con la playera azul y amarillo, fue en un Torneo Prode ante el Deportivo Jalisco, partido que se ganó para 2-1, siendo ese el principio de una larga trayectoria de Raúl Ramírez con el cuadro piedadense.
Esto ocurrió durante la campaña 88-89 bajo el mando de Nacho Martínez, uno de los técnicos con más años al frente de la escuadra de casa y quien debutó a muchos jóvenes como  Raúl con el equipo La Piedad.
A partir de la temporada 90-91, Raúl Ramírez integró un gran equipo de Segunda División que fue comandado por Antonio Hernández con los que llegaron lejos en ese entonces y fue compañero de grandes ídolos de los seguidores del entonces, equipo del Pueblo.
Ramírez fue también parte del conjunto rebocero que en la campaña 1994 emprendió la travesía en la nueva era del balompié de ascenso pues nació la Primera A, escuadra con la que jugó hasta el 2000 antes de la venta de la franquicia a Valente Aguirre.
Sin embargo, uno de los sueños de Raúl era jugar con Reboceros en Primera División, situación que no le tocó ya que antes de la venta del equipo en 1999, Raúl y otros compañeros piedadenses emigraron al Venados de Yucatán.
Militó en varias plazas
La experiencia de este jugador no era obra de casualidad y es que aparte de Reboceros, jugó también para Chongueros de Zamora en Tercera División, con Real Zamora en Segunda División y también vistió la playera del los Toros del Celaya en los noventa, equipo que dirigió Nacho Martínez; de la misma manera también tuvo un pasó por Yucatán y en Primera Nacional con los Zorros del Atlas.
Ese jugador espigado y fortachón de La Piedad era admirado y en su tierra natal, en el mero barrio de Jardines de Catedral, cada 8 días la gente lo buscaba para ver al ídolo local y pedirle autógrafos; a la fecha sigue recibiendo visitas de fanáticos que reconocen su trayectoria.
“Empecé a jugar por mis hermanos que ya habían jugado profesional, por ellos anduve en ese ambiente desde los 15 años cuando me integré a la escuadra de Tercera División con el equipo Chongueros”, relató Raúl a am express.
Pero, antes tuvo que fajarse en serio en el llano para lograr pertenecer a Selecciones Amateur Juvenil e Infantil que competían en divisiones estatales y nacionales y eran scouteados continuamente por visores de varios equipos.  A Raúl le tocó que en su propia tierra le dieran oportunidad con los Chongueros.
Ramírez recordó que apenas con 21 años se animó a venir a La Piedad, gracias a que sus hermanos conocían a Don Nacho Martínez y él le abrió las puertas.
En esos finales de los 80, el zamorano jugó un Torneo Prode con Reboceros, pero sus cualidades le permitieron que el Atlas de Guadalajara lo viera en esa justa pues lo enfrentó en las eliminatorias y se integró a los tapatíos, para el torneo 89-90.
Sin embargo, durante ese lapso por el máximo circuito, Raúl Ramírez registró una lesión en una rodilla que le impidió sobresalir con el Atlas, viéndose obligado a volver a su tierra natal.
Se le partía el corazon
“A mi regreso me integré de nuevo a Reboceros a inicios de los 90 y fue me tocó enfrentar al Zamora (...) era algo bonito , pero también me partía el corazón porque soy nativo de allá”, relató Raúl en tono melancólico.
En realidad, Raúl es de los pocos que han jugado en estos derbys regionales de La Piedad-Zamora. De estos, muchos se se recuerdan porque terminaron en bronca tanto en la cancha como en tribunas.
“Me animé a venir a La Piedad aún cuando sabía que la gente de Zamora me lo iba a reclamar, lo hice ya que allá el futbol de Segunda División se estaba acabando y aquí nació el proyecto de Primera A”, sostuvo.
El propio Raúl se confesó: “Bueno esto no lo he dicho en muchas partes, pero me siento más piedadense que de Zamora, porque aquí mucha gente me apoyó en mis inicios y en esta tierra me brindaron su respaldo moral”, compartió ante este medio.
La historia detrás de el mote
Durante la campaña 90-91 cuando Reboceros era dirigido por Antonio Hernández, Raúl Ramírez era parte del cuadro titular.
“Los triunfos de ese entonces eran bonitos y los festejábamos con los compañeros, a mí siempre me gustó cantar y aprovechábamos para echarle unas rolas de ese entonces. Un día el profe Covarrubias, me comenzó a decir que aparte de futbolista, era todo un charro cantante y así se me quedó”, narró alegre al hacer memoria.
Picaresco añadió que sobre años maravillosos dejaron en la menta de “El Charro” grandes anécdotas, aunque afirmó que: “pues sí me acuerdo de bastantes, pero aquí no se pueden contar”, aseguró al tiempo que soltó la carcajada.
A sus 33 años , el zamorano decidió retirarse del balompié profesional y fue vistiendo la playera de los Reboceros, dejando una tarea complicada para las nuevas generaciones sobre todo para quienes gustan de jugar en la media cancha y en la línea central.
“Creo que me faltó jugar al menos un par de años, pero ya no se pudo porque no había equipo en la Piedad después del 2000”, finalizó el ídolo de la zaga.

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