Ante el problema del alto grado de flúor en el agua potable suministrada en Lagos, la investigadora de Centro Universitario de Lagos de Moreno (CULagos), María Isabel Pérez Vega, propone mayor interés y apoyo a la investigación por parte de las autoridades municipales, así como el etiquetado obligatorio en el embotellado.
“Se les podría solicitar mayor interés en el problema, que reglamenten todo el etiquetado en las embotelladoras que informen sobre la cantidad de elementos que contienen”, dijo.
Además del desarrollo de herramientas que filtren el agua en zonas rurales donde consumen agua ‘dura’, directamente de los pozos, señaló.
La investigadora comunicó en conferencia que el agua potable de Lagos tiene concentración de flúor en 3.2 partes por millón (ppm) y es el tercer municipio de la zona de Los Altos de Jalisco donde se tiene registro de aguas termales las cuales incrementan la existencia de flúor, encabezando la lista Teocaltiche con 7.8 ppm y seguido por Mezcatitán con 6.6.
“Es grave, porque una vez que sobrepasemos los límites permitidos por las normas nacionales (1.5 ppm) e internacionales (0.7ppm) va a afectar el metabolismo y funcionamiento del organismo hasta el sistema cerebral”, comentó.
Precisó que los efectos físicos son fluorosis esquelética o deformación de huesos y moteado dental (manchas en los dientes). Mientras que los daños internos van desde desórdenes de atención en adultos, infertilidad en hombres, daño cerebral, trastorno por déficit de atención con hiperactividad en niños, hasta la afectación en la lectura y escritura.
De acuerdo con resultados arrojados por una serie de pruebas denominadas Beta III, realizadas a una muestra de estudiantes, las aguas potables con mayor concentración de flúor son Santorini con 1.1%, Bonafont, 0.164%, y Ciel con 0.132 por ciento.
Explicó que el proceso de separación del elemento es caro y no garantiza que desaparezca totalmente. Es por eso que su eliminación del agua resulta casi imposible, aunque en el agua se pueden contrarrestar los efectos del flúor, los cuales se concentran en un cuerpo que ha consumido el agua por más de 10 años, con el consumo de antioxidantes, encontrados en hortalizas y frutas frescas como el berro, rábano, coliflor, uvas y sandías.

Por Redacción AM

Escrito en León el 5/2/2015 · 00:00