Sacerdotes católicos aseguran que los homosexuales no son excluidos de la Iglesia, sino bienvenidos, pero rechazan que haya cabida para los matrimonios entre personas del mismo sexo, luego de que la Suprema Corte declarara ayer como inconstitucionales los artículos del Código Civil de Jalisco que impedían las bodas gay.
“Dios formó hombre y mujer y sólo ellos pueden ser considerados como matrimonio, como institución, fuera de eso en la Iglesia no hay cabida para otra concepción de matrimonios, es hombre y mujer”, aseguró el sacerdote católico Mauro Noriega Limón, quien forma parte de la Parroquia del Señor del Calvario, en Lagos de Moreno.
Respecto a la posibilidad legal de que parejas homosexuales adopten niños y formen una familia, el joven sacerdote, de 32 años de edad, consideró que es un tema muy delicado.
“Creo que un niño alcanza su madurez más plena cuando crece en medio de un hombre y una mujer”, dijo en entrevista con AM el padre Noriega, quien está por cumplir tres años desde que fue ordenado sacerdote.
“La mujer aporta muchas cosas al hijo y el hombre también tiene muchas cosas qué aportar; creo que en este caso quedaría privado, el que está creciendo, de una formación integral, una formación más plena y creo que quedaría con muchos vacíos, es un tema muy complicado”, enfatizó.
Sin embargo, el sacerdote aclaró que los homosexuales son bienvenidos en la Iglesia, de la que también forman parte.
“No es excluido en la Iglesia, ni es rechazado, ni es juzgado, también es parte de la Iglesia”, ya que aclaró que “para una persona con atracción hacia el mismo sexo, Dios también tiene un proyecto de santidad. También es bienvenido, no es excluido, Dios le propone también un estilo de vida, tal vez que sería el de ofrecerse en castidad a Dios, vivir su vida como una ofrenda hacia Dios, con todo lo que siente, con todo lo que piensa”.
El sacerdote recordó que luego del Sínodo de los Obispos, celebrado en el Vaticano en octubre de 2015, la Iglesia emitió un documento final donde, en el numeral 76, habla del acompañamiento que puede realizar la Iglesia Católica a las familias en donde alguno de sus miembros tiene la tendencia homosexual.
En el mismo párrafo, se precisa que “no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
“En la Iglesia hay doctrina que no va a cambiar nunca y en la Iglesia siempre el matrimonio será considerado así, entre un hombre y una mujer, y creemos que Dios lo ha instituido para la perpetuidad”, concluyó el sacerdote Mauro Noriega Limón.