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Marcan vanguardia

Para emprender con éxito en sectores tradicionales como es la marroquinería, es necesario ofrecer un diferenciador en el producto o servicio.

Escrito en León el

Enamorana clientes

Tomar el riesgo de proponer una nueva idea en el sector de la marroquinería y aceptar que su producto no sería para todos, es parte del éxito de Corazón de Melón.
Apostar por algo nuevo y lograr su aceptación, no es una labor sencilla. Inclusive puede ocasionar una serie de intentos fallidos o la desaprobación de posibles clientes al producto, serie de situaciones que superaron los creadores de Corazón de Melón.
El matrimonio compuesto por la diseñadora colombiana Verónica Palacios y el emprendedor mexicano Rodrigo Jiménez, decidió invertir mayor tiempo en la creación de su empresa en busca de encontrar su ADN, mismo que una década después les permite ser una marca con un alto valor agregado en su diseño y materiales.
España, Francia, Puerto Rico, Chile, Perú, Canadá y Estados Unidos son los países que por medio de una red oficial de distribuidoras; Corazón de Melón hace presencia en tiendas multimarcas.
La dulce empresa nacida hace una década en León, ha generado un interesante posicionamiento de su marca y diseños, que hoy les permite comercializar la licencia de sus propuestas a empresas de muebles, accesorios para celulares, calzado, papelería, dispositivos de audio y maletas de viaje.
“Comenzaron los primeros acercamientos y decidimos que el trabajo, las ideas eran muchas como para agotarlas en nuestras bolsas. Hoy también son el rostro de muebles o maletas por ejemplo”.
Uno más de sus distintivos es bautizar con un nombre femenino a sus colecciones y bolsos para que luego sus propias clientas construyan una historia entorno a ellas.
“El primer modelo se llamó Carlota, nombre representativo para la familia, y así comienza una amplia lista de nombres que surgen por antecedente personal, familiar y de nuestras consumidoras que nos los sugieren”.
Verónica es la autora de los diseños, Ricardo la parte práctica encargado de la operación de la empresa junto con un grupo de compañeros de trabajo considerados una familia que a diario además de cumplir con sus actividades participan en ideas para nuevas propuestas.
“En realidad todos tenemos oportunidad de hacer un poco de todo, cada uno somos parte de la historia de la empresa y nos sentimos como una familia, se disfruta tanto que se tiene una multa para aquéllos que se queden después de su hora de salida. Es necesario que disfruten de su vida”.

Diseños con pasión

En 10 años han confeccionado más de 20 colecciones diferentes compuestas por 60 diseños, además de ediciones especiales que acostumbran presentar un par de veces al año y la pregunta obligada es de ¿Dónde surgen los trazos y colores que plasman en cada bolso?.
“Recuerdos de mi infancia, vestidos de madre y abuela, antiguas fotos, en los colores de la alegría que tenemos los latinoamericanos, la nostalgia, en las películas infantiles, libros. Todo se convierte en musa y desde su primera colección la empresa generó opinión encontradas y con ello su primer impacto como marca”, recuerda Verónica.
Para la diseñadora Palacios el diseño es parte de la filosofía de la empresa y el objetivo es todo el tiempo proponer.
“Se requiere de estar en paz conmigo misma, con la gente, vivir la vida, porque el lado obscuro no inspira lo que buscamos compartir en nuestros productos”.

Van por consolidación

Aunque no descartan la posibilidad de abrir sus propios canales de ventas, por ahora el reto que tienen en Corazón de Melón es encontrar un gran distribuidor que les permita consolidar su presencia en los Estados Unidos.
“No hemos encontrado a la persona idónea y esperamos este año suceda, en el resto de los países la gente ha hecho un buen trabajo con el manejo de la marca, con la atención al cliente y estamos en continua comunicación”.

Con rastrosde guerra

La materia prima de las mochilas que fabrica Tanus destaca por su resistencia y que es repelente al agua y al fuego.
También tienen un poco de la esencia el ejército americano, debido a que su materia principal es lona reciclada, que obtienen de los retazos que le comercializa una empresa americana dedicada a fabricar hangares y componentes de la vestimenta de los soldados.
“La lona que tengo es reciclada, una empresa de Estados Unidos que le fabrica al Ejercito…produce demasiado retaso. Me imagino que por el sistema de calidad que tiene no se pone a pensar qué van ha hacer con los restos de lona, que son ahora sí, tamaños totalmente indistintos”, explica Leonel Salceda, diseñador y propietario de la marca guanajuatense.
Explica que el material le llega en pacas y es trabajo de Salceda limpiar y poner el material lo mejor posible para su utilización posterior en las mochilas.
“Hay que plancharlos para que sea un material más presentable, siguen manteniendo ciertas marcas pero esas ya son referentes a la historia que viene con el material, porque este no es un material virgen, lo estoy reutilizando, dándole una segunda oportunidad de vida útil al material que bien pudo haber terminado en la basura”, comenta.
Agrega que este material ofrece varias cualidades físicas que le dan un diferenciador a otras mochilas en el mercado: resistencia, con una vida útil de cinco años, opacidad del material, lo que ayuda a que la luz no traspase la lona, impermeabilidad, tiene resistencia a la elongación y al rasgado, y un retardante de fuego, propio del material.
Y ya como producto terminado ofrece todas las cualidades de una mochila y los materiales adicionales, como las cintas y los herrajes plásticos que surte con proveeduría local.
La idea nació luego de que Leonel terminara su licenciatura y regresara a su tierra; Michoacán para ayudar en la pequeña fábrica de marroquinería que tienen sus padres.
“Conocía el tema de la fabricación, pero la idea era ofrecer un valor agregado, la idea toma fuerza cuando comienza a incubar mi proyecto de negocio con un proyecto de lonas en el Parque de Innovación De la Salle”.
El concepto que maneja la línea Tanus, su creador lo define como “Aventura al aire libre”, con mochilas de tipo campismo o hiking, aunque Leonel dice fue todo un reto, ya que él no es un aficionado a estas actividades, por lo que tuvo que adentrarse en ella para entender la necesidad de su mercado.
“Una vez que obtuve el concepto de la marca, empiezas a trabajar ¿Qué es lo que le gusta a la gente?, debes conocer un poco más a tu mercado, por ejemplo, yo no me considero una persona que sea practicante del campismo”.
La historia de Tanus tiene un par de años y pese a ello el crear nuevos diseños y pruebas de resistencia y seguridad sigue siendo el reto de cada día, comparte Leonel Salceda.
“Son diseños que van funcionando a través de prueba y error, haces un prototipo, lo pruebas, lo enseñas a la gente, regresas, haces modificaciones y de hecho eso es un concepto que ves en Desing thinking (metodología para desarrollar la innovación centrada en las personas, ofreciendo una lente a través de la cual se pueden observar los retos, detectar necesidades y, finalmente, solucionarlas) y ahora sí que lo puse en práctica”, explica.
Su principal valor, además de la materia prima con la que están hechas sus mochilas, es la exclusividad que maneja Tanus, ya que hasta ahora no existe otro fabricante que maneje el mismo material.
Tanus, actualmente está siendo comercializado por internet, aunque se tienen pláticas para empezar a distribuirse en las tiendas Berrendo en Factory Outlet, además de que varios diseñadores, amigos de Leonel Salceda, están en preparando abrir una tienda en conjunto.

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