Las motos y el hombre se vuelven uno en el Campeonato Mundial de Motocross.
En el segundo día de evento los fanáticos no conocen edad y son llamados por el rugido de un motor en dos llantas.
Desde una tribuna la gente aglomerada revisa la pista, se tensa sobre el acero de su asiento y una ráfaga de sonido retumba por 30 minutos que dura la carrera, entonces para dejar escapar esa adrenalina los aplausos y gritos se alzan al cielo nublado.
“León ya está teniendo nivel para estos eventos, ya hacía falta que se pueda tener adrenalina pura”, explicó Aurelio Ramírez, quien llegó acompañado de su familia y es fanático desde pequeño.
Miguel de 6 años toma como vacaiones una de sus primeras experiencias en las motos: “Desde Torreón, venir por las motos con la familia es como unas buenas vacaciones aunque ya no esté”. Las tribunas y las rejas de la pista estaban forradas de personas que se cubrían de la tierra que saltaba al paso de los pilotos y sus motos.
Antonio Cairoli (MXGP) y Tixier (MX2) fueron aplaudidas por igual al coronarse campeones, en dos días de emoción y competencia en el Parque Metropolitano.
Cuando nadie corría en la pista, la fiesta continuaba, algunos pilotes se daban el lujo de tomarse fotos con niños y hacer piruetas en estructuras de madera.
El Campeonato Mundial de Motocross sacó al temerario que todos llevan dentro y se consumó como una de las mejores fiesta de velocidad del país.

Por Redacción AM

Escrito en León el 15/9/2014 · 00:00