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¡Los amamos, México!

Con el sonido de la marimba y otros instrumentos como las percusiones, el bajo, la batería, el saxofón y el teclado Herencia de Timbiquí, expresaron e

Escrito en León el
¡Los amamos, México!<br/>

El sabor y ritmo caribeño se manifestó en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas con la presentación de Herencia de Timbiquí, grupo originario de Colombia, País invitado de honor, que tiene presencia por primera vez en México y en el Festival Internacional Cervantino.
Con el sonido de la marimba y otros instrumentos como las percusiones, el bajo, la batería, el saxofón y el teclado expresaban el amor por su tierra ubicada en el pacífico; también interpretaron canciones de amor, desamor y de las situaciones sociales que ocurren en el mundo.
“¡Guanajuato, buenas noches!”, gritó el vocalista del grupo, originario de un pequeño pueblo colombiano llamado Timbiquí. El público ovacionó el saludo con gritos y peticiones de algunas de sus melodías, lo mejor estaba por venir, pues poco a poco los músicos se adueñaron del escenario con su espectacular ritmo candente.
“Aprendí a soñar y aprendí a sentir (...) aprendí a tocarle el sonido a las noches de luna”, cantó la agrupación. De pronto dejaron de cantar para conocer un poco más a su público, “estamos muy contentos de estar en su ciudad, de que nos hagan partícipes de este gran evento”.
Les preguntaron a los asistentes el significado de Guanajuato, pues antes de partir a la tierra donde se realiza la fiesta del espíritu, sus familiares les preguntaron el significado del nombre de la ciudad colonial.
Varios grupitos en las gradas y en las sillas se pusieron a bailar, entre ellos se veía la bandera colombiana. “Qué rico se goza aquí, estamos en el punto en que hay que ponerse de pie (...) quiero cantar una canción que va a tocar sus corazones”. Todos se levantaron de su lugar para mover su cuerpo al ritmo de la música.
Herencia de Timbiquí invitó al público a levantar las manos de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, “que viva México y que viva Colombia”. Los músicos manifestaron que el Festival Internacional Cervantino es un evento que une las culturas.
“¡La hora de la rumba!”, dijo por el micrófono el vocalista, los solos de marimba y percusiones vibraron en la explanada y pusieron a bailar al público más y más hasta que no dejaron de hacerlo. Antes de finalizar una lluvia de papel de china blanco inundó cada espacio de la sede Cervantina, el público agradeció a Herencia de Timbiquí la noche a su lado con una serie de aplausos, una noche que sin duda dejó un intenso sabor rumbero.

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