El infierno se llenó de leones, porque miles de aficionados leoneses viajaron a Toluca y sin planearlo demasiado, invadieron una buena parte de la “Bombonera”.
El dicho popular es que el León no es como lo pintan, pero ayer bien se pudo aplicar al infierno, porque lejos de ser el calor abrazador, el termómetro marcaba 16 grados a las 12 del día y se sentía un frío de esos que ameritan un buen abrigo.
Juan Antonio Pizzi volvió a Toluca, de la que alguna vez, dicen, comentó que era la ciudad más fea del mundo, porque la gente desayunaba hasta las tres de la tarde.
Aún así, el técnico esmeralda lució sus mejores galas para enfrentar al equipo con el que jugó hace 20 años en la Primera División y demostró lo poco acostumbrado que está al clima de la ciudad “chorizera”, porque nunca se quitó el saco.
Mientras que su rival en el banquillo, José Saturnino Cardozo, para quien la tierra de Diablos fue un paraíso, se quitó el saco, se arremangó la camisa y se tomó por lo menos unas tres botellas de agua, mientras daba instrucciones a sus jugadores.
Los aficionados leoneses que llenaron la mitad de la tribuna de Sombra General, le pusieron el color verde como de costumbre al estadio rival y hasta compitieron con la porra “Perra Brava” en eso de quitarse las playeras, porque si de pieles se trata, en León se hacen las mejores y había que demostrarlo.

Por Redacción AM

Escrito en León el 31/8/2015 · 00:00