A pesar de que el destino guerrerense no vive sus mejores días, es innegable que hoteleros, guías de turistas, taxistas o lancheros están más que dispuestos a consentir a los viajeros que optan por no dejar que nadie les cuente y deciden experimentar los placeres acapulqueños en primera persona.
Como recompensa, el destino les muestra una cara fresca de sus rincones más clásicos.

Las brisas
Spa en el paraíso

Mientras los años pasan por el puerto y nuevos resorts presumen lujos frente al mar, Las Brisas Acapulco se mantiene en la mente turística como el hotel más coqueto para el romance, el que se mueve gracias a sus jeeps y el frecuentado por los famosos.
Sus 251 habitaciones, llamadas “casitas”, son la clave de una experiencia exclusiva: cada una tiene alberca privada con vista a la Bahía de Santa Lucía o al Océano Pacífico y una terraza perfecta para cenar en pareja bajo las estrellas.
Las mañanas comienzan con una ración de fruta, pan y café recién hecho, la cual aparece en las habitaciones gracias a las “cajitas mágicas”, como se llama a los compartimentos donde el staff deja los alimentos temprano, sin hacer ruido.
Apenas, en diciembre, se estrenó Las Brisas Boutique Spa, un espacio para tratamientos faciales, masajes, envolturas corporales, o rituales de pies y manos. Algunos servicios de spa ya estaban disponibles (y siguen) en la privacidad de las casitas; una ventaja de esta nueva área es que abre no sólo para huéspedes.
El spa tiene tres cabinas, dos individuales y una para parejas, donde todos los tratamientos se hacen con productos de la marca británica ESPA, elaborados con 90% de ingredientes naturales.
Junto al gimnasio (recién mejorado con nuevos aparatos), el spa abre todos los días, la primera cita a partir de las 9:00 y la última a las 21:00 horas.

La quebrada
Caída espectacular

Desde hace 80 años los acapulqueños más intrépidos se lanzan al océano desde La Quebrada, un escenario natural conformado por acantilados ubicado a unas cuantas cuadras del Centro Histórico, en la parte tradicional del puerto.
Desde embarcaciones en el mar o desde los miradores en tierra, los turistas aguardan con emoción el momento en el que algún temerario abra los brazos y se deje caer desde 35 metros de altura.
En el segundo semestre de 2015 se estrenará un auditorio con capacidad para 250 personas, como parte del proyecto de rehabilitación de la zona tradicional, de acuerdo con el Fideicomiso para la Promoción Turística de Acapulco.
Los clavadistas desafían la fuerza del viento entre los riscos. En la caída, los cuerpos alcanzan una velocidad de entre 80 y 90 kilómetros por hora. Para evitar un accidente, deben esperar la ola justa para tirarse al agua.
Lo que comenzó como una prueba de valentía entre los pescadores, en 1934 se convirtió en sello del puerto y un espectáculo formal que ocurre todos los días del año, cuatro veces al días. Para algunos, lo mejor es ir de noche, cuando los clavadistas se lanzan sujetando antorchas.
El costo de entrada es de 40 pesos para adultos y 15 pesos para niños de 5 a 10 años.

Isla Roqueta
Mar adentro

Hasta quienes no conocen el puerto pero saben de las playas Caleta y Caletilla. Son las más populares del Acapulco Viejo, a donde va la mayoría de los acapulqueños y donde realmente se vive el saborcito local del destino junto a los pescadores, las chavas que ofrecen trencitas y los vendedores de aceite de coco.
Desde estas playas, los turistas se embarcan a bordo de las muy clásicas lanchas de fondo de cristal hacia la Isla Roqueta. Durante el trayecto, los botes hacen un alto para ver la figura de la Virgen de Guadalupe, patrona de los pescadores. Tras media hora de recorrido se llega a la isla, donde algunos optan por practicar esnorquel o buceo sobre sus arrecifes y otros se suman a la moda del stand up paddle.
Otro recorrido que se ha hecho popular en los últimos años es Eco-Tour El Faro, que destaca por su perfil ecológico. En él, los viajeros son guiados a través de los senderos de la isla y se les da información sobre la naturaleza y la historia del lugar.
Es imprescindible subir al punto más alto de la isla, donde está el faro que regala una vista única de la Bahía de Santa Lucía, o comer en alguno de los restaurantes sobre la playa, pescados y mariscos frescos.

Guía práctica

CÓMO LLEGAR
Aeromar, Aeroméxico, Interjet y Volaris vuelan sin escalas desde la Ciudad de México hacia Acapulco. En automóvil desde el DF se toma la carretera federal 95D, de cuota. El tiempo aproximado de recorrido es de cuatro horas.

DÓNDE DORMIR
Las Brisas Acapulco recientemente remodeló sus casitas. El hotel conserva la vibra de antaño que ha seducido a famosos como Catherine Deneuve, Goldie Hawn o Rod Stewart. El resort presume nuevo spa y un gimnasio renovado. Tiene varios restaurantes y bares con vista a la bahía para contemplar el atardecer.
Desde 2 mil 242 pesos por noche, para dos adultos, con desayuno incluido.

MÁS INFORMACIÓN
www.lasbrisascollection.com
www.triangulodelsol.travel

Por Reforma

Escrito en León el 22/3/2015 · 00:00