Aerosoles -tantos como 200-, escaleras, válvulas, varios litros de pintura básica de variados colores y mucha inspiración es lo que necesita Nickis “Manos Pintadas” para expresar su arte urbano y conectarse con la vida.
Su nombre es Edgar Eduardo Martínez Hernández, tiene 33 años pero comenzó a involucrarse en el mundo del graffiti desde los 17.
Sus manos y su percepción del mundo lo han llevado a que su trabajo sea reconocido nacionalmente.
Le enorgullece que administraciones municipales le hayan dado la oportunidad de pintar paredes que ningún graffitero podría imaginar.
“El graffitero es el dueño de la ciudad, pero en su mayor tiempo es ilegal; para que alguien nos diera permiso de ‘rayar’, de rayar su paredes... ¡uuyyy, era muy difícil! Un día me invitó la Administración pasada a pintar algo por el Día de la Independencia en una barda larga del Malecón del Río, en el bulevar López Mateos, pero no sabía que hacer”, dijo Nickis.
Se le ocurrió representar la época de oro del cine mexicano, con Cantinflas, Tin Tan, Pedro Infante, Vitola, “La Guayaba y La Tostada”, Clavillazo, El Santo y María Félix, entre otros.
“Tenía que hacer algo chido para cambiar la perspectiva que la gente tiene de nosotros, los graffiteros, y esa idea ha evolucionado desde nuestros padres, las autoridades, la Iglesia. Ahora, el graffiti desde mi punto de vista ha tenido una evolución muy importante; la gente ya nos voltea a ver”, comentó entusiasmado.
Agregó que aunque se siguen viendo dibujos sucios en la calle, el movimiento del graffiti está en proceso y va en buen camino, tanto que ve a León como la ciudad del “dibujo libre en la calle”.
“Después de esa barda me dieron la pinta del Panteón San Nicolás, allí hice Catrinas y papel picado en la parte de arriba; cada día me enamoro más del graffiti”, aseveró.
Con una licenciatura en diseño gráfico, cambió el mouse por la lata de aerosol, y por dos años lo han invitado a plasmar sus creaciones en “Meeting of styles”, un evento para graffiti de los más importantes a nivel mundial.
“He visitado muchos estados y me he dado cuenta de que poca gente tiene la técnica que tenemos en León. No cambiaría esta profesión por otra; es un trabajo cansado, tan solo pintar bajo el sol y todas las técnicas que tenemos que aprender para poder realizar y plasmar... todas esas condiciones que rodean la técnica de la calle son pesadas”, aseguró.
Nickis ha pintado 60 murales en la ciudad, todos con permiso, y ha trabajado por lo menos una semana en terminar cada uno.
De un tiempo para acá todos sus dibujos están llenos de propuestas, conceptos y significado, por ejemplo los del mural que realiza en Las Arboledas, que contiene una mención a los 43 normalistas desaparecidos en Guerrero.
“Abarco temas de los problemas de identidad; como seres humanos nos falta mucho por conocernos y trato de abarcar tema de la problemática de la ciudad y del país. Si un día todos vivimos en esencia todos nos vamos a conectar, me interesa que nos conozcamos; hay mucha ignorancia y eso que tenemos millones de años existiendo aquí”, comentó.
El mural, según él, representa un mal Gobierno, muertes por abuso de poder e incluso hasta la pelea por falta de alimento.
“Tenemos que abrir los ojos y darnos cuenta de que lo que nos rodea es un olor gacho, esto es para hacer conciencia de la cruda realidad y darnos cuenta de que el mundo huele gacho y tenemos que hacer algo para de alguna forma solucionarlo”, finalizó el artista urbano.

Por Redacción AM

Escrito en León el 12/1/2015 · 00:00