Un moño negro colgaba del muro, como un augurio de la masacre.
 “El que mal anda, mal acaba”, comentó un policía de Tlajomulco a su pareja, mientras contemplaban la escena de unos jóvenes que sufrieron ese destino.
Eran casi las 23:00 horas del martes cuando unos patrulleros fueron llamados a controlar una riña por la zona de Santa Cruz del Valle.
Los uniformados tomaron la Avenida Adolf B. Horn y cuando iban a cruzar el boulevar del Fraccionamiento Paseos del Valle hicieron una parada.
Los agentes notaron, a un costado del camino, una camioneta abandonada y con las puertas abiertas, además de un cuerpo tendido sobre el suelo.
Tras acercarse descubrieron que la escena era más sangrienta: había otros dos cadáveres, uno dentro de la Jeep Cherokee café y otro a un costado del automotor, describieron oficiales.
Las unidades policiales y los vehículos de la Fiscalía General del Estado comenzaron a llegar después y estacionarse sobre la terracería, mientras los automovilistas que circulaban por esa vía pisaban el freno y torcían su cuello para saber qué sucedía.
Las víctimas eran tres jóvenes, que aparentaban una edad aproximada entre los 20 y 25 años, aunque su identidad quedó desconocida.
Los dos más cercanos al automóvil tenían impactos de bala en el cráneo, informaron elementos de la Comisaría local.
Mientras el tercer caído, aparentemente trató de correr de los agresores, fue acribillado por la espalda y rematado con un balazo en la cabeza, agregaron agentes de Tlajomulco.
No hubo testigos del homicidio, pues pareciera que los asesinos calcularon el punto exacto donde las penumbras fueron sus cómplices, a espaldas de una fábrica, sin cámaras de vigilancia o más negocios cercanos.
Los “gatilleros” sólo dejaron atrás un revólver y 15 casquillos, al menos, de tres armas diferentes que correspondían a los calibres 10 milímetros, 45 y 38.
Las autoridades hallaron, además, latas de cerveza y un par de botellas en el interior del Jeep, y una dosis de mariguana.
Durante las primeras indagatorias, el personal ministerial supo del reporte inicial que recibió la Policía de Tlajomulco, sobre un pleito afuera de una licorería entre un grupo de muchachos y también coincidía con las características del vehículo.
Con esas pistas, los policías dedujeron que los homicidas -al menos tres- estuvieron conviviendo con las víctimas y habrían huido a pie, pues no se notaban más marcas de neumáticos sobre el terreno.

Por Reforma

Escrito en León el 28/1/2016 · 00:00