Buscar

Dueños del aire en Quebec

Para volar un avión no hay que acudir a una escuela de aviación. O al menos, no para volar el Boeing 737 que está en un segundo piso de una zona de co

Escrito en León el

Para volar un avión no hay que acudir a una escuela de aviación. O al menos, no para volar el Boeing 737 que está en un segundo piso de una zona de comercios en Laval.
En honor a la verdad, no se trata de un avión completo. Es, tan sólo, una réplica exacta de su cabina, llena de controles, de palancas, botones y luces.
Propiedad de Aerosim Experience, es el primer simulador de vuelo en Canadá abierto al público y una de las joyas de esta ciudad quebequense que muchos consideran el “laboratorio de Montreal” por su cercanía y atracciones de corte científico y aventurero.
Aquí, también, está el Cosmodome, que cuenta con el Centro de la Ciencia Espacial, y el SkyVenture, un simulador de caída libre que pone los pelos de punta a los usuarios.
“En nuestro simulador puedes despegar y aterrizar en aeropuertos de los cinco continentes. Durante el vuelo, se pueden elegir condiciones climáticas y pilotar con lluvia o nieve”, dice Pierre-Lou Costerg, el fundador, quien nos recibe con uniforme de piloto.
Frederick, piloto profesional e instructor del sitio, nos llama uno por uno a sentarnos junto a él en la cabina. Aunque esto no es real, las manos sudan, el corazón retumba.
Recibimos una breve explicación.
Luego, elegimos nuestra locación, ajustamos el asiento, nos colocamos el cinturón de seguridad y... ¿qué? ¿Ya estamos listos? Frederick así lo cree pues nos pide liberar el freno y comenzar a acelerar.
Jalamos el mando y el Boeing comienza a elevarse. El cuerpo está completamente engañado. Tenso.
Se siente como un despegue real.
La proyección en la pantalla nos indica que el cielo está libre de turbulencias.
El vuelo es placentero, pero los nervios regresan cuando se ve la ciudad destino y unas luces que señalan la pista del aeropuerto donde hay que aterrizar. No podemos equivocarnos. Unos 120 pasajeros dependen de nosotros. Bajamos el tren de aterrizaje.
Frederick nos pide corregir la dirección, no descender tan deprisa, enfocar correctamente el centro de la pista. El avión toca suelo y... al parecer todo salió bien. “¿Quién es la siguiente víctima?”, pregunta nuestro instructor.
Además de atender al público en general, desde que abrió sus puertas, este año, Aerosim Experience ha servido como “repaso” para estudiantes de aviación que creen que necesitan más horas de vuelo para sentirse seguros.
También, dice Pierre-Lou, el simulador ha ayudado a que algunas personas venzan sus fobias y liberen su mente de ansiedad.
“Tenemos socios que son psicólogos y nos ayudan. Mucha gente le tiene miedo al avión porque no saben cómo funciona. O le temen al ‘encierro’. Aquí ayudamos a los agorafóbicos y claustrofóbicos”.
Pronto, para aumentar las emociones, la empresa también ofrecerá simuladores de aviones de combate F-16.

Escrito en León el

AManece León

Mantente al día con las últimas noticias de León, suscríbete gratis con tu correo

Amanece Le�n