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Don Daniel Tavarez Villa, Testimonio de Vida

Despiden familiares y amigos al "pequeño gran curtidor" de León, a quien siempre recordarán como luchador nato, amoroso padre y sabio consejero.

Escrito en León el
Don Daniel Tavarez Villa, Testimonio de Vida

Luto en el gremio curtidor por la muerte de don Daniel Tavarez Villa, uno de los pioneros de la industria en León.
Una despedida muy emotiva fue la que le rindieron familiares y amigos en la capilla de Eternity, en Jardines del Moral, al fundador (junto con su hermano Arturo) de la empresa curtidora denominada Curtiembres de México, S.A. de C.V. y del “Pequeño Curtidor”, una empresa dedicada a la proveeduría de la industria curtidora.
Don Daniel Tavarez nació el 3 de enero de 1940 en León, por el rumbo de la calle Rivera.
Su hijo Francisco Javier reveló que fue un hombre incansable, luchador, desde que quedó huérfano siendo muy pequeño.
Sus papás, Macario Tavarez Ascencio y Ramona Villa Asencio, eran oriundos de Arandas, Jalisco y llegaron a esta ciudad en busca de un mejor destino para su familia.
“Desde muy pequeño, al quedar huérfano, se dedicó a vender dulces en la calle. Siempre fue un luchador. Ya más grande se unió a su hermano Arturo, que ya se dedicada a la curtiduría y allí comenzó a progresar a base de trabajo”, señaló Francisco.
Tuvo cinco hermanos: Arturo (finado), Lisa, Chela, Rogelio y Lalo.
Ya consolidado financieramente conoció a la que sería el amor de su vida: doña Carmen Romero Ibarra, con quien procreó a seis hijos: Anita, Alma, Daniel, Francisco, Sergio y Alejandro.
Además de 17 nietos y tres bisnietos que ayer le recordaron con la canción “Como recuerdo a mi padre” al final de la misa.
“Era un hombre muy piadoso, honesto, que nos dejó un gran legado: la unidad de la familia y el amor al prójimo. Le encantaban las corridas de toros, era fiel seguidor del club León”, recuerda su hijo Francisco.
Pero el destino le jugó una mala pasada. Tras una caída, don Daniel sufrió una embolia y su estado de salud se fue deteriorando con el paso del tiempo.
Este domingo 11 de enero dejó de existir a los 75 años dejando un gran dolor entre sus seres queridos.
Al mediodía de ayer la capilla de la funeraria fue insuficiente para dar cabida a los familiares y amigos a los que se les repartió rosas blancas.
Sus hijos y nietos escucharon con gran devoción el mensaje del padre Juan Antonio Rodríguez Lázaro, del templo del Señor de la Salud (en la colonia León II), quién los exhortó a seguir el ejemplo de don Daniel.
“El Señor probó a don Daniel desde la fe a través de su enfermedad y largo padecimiento. Ahora ya descansa y está bajo el amparo del Señor, ya no está expuesto al dolor. Fue un hombre honesto. Han recibido las enseñanzas que les dejó a lo largo de su vida”, añadió el sacerdote.
Al final de la homilía su ahora viuda, con voz entrecortada, recordó a su compañero de vida como un esposo ejemplar, un papá responsable y muy unido con su familia.
“Desde que nos casamos nos juramos amor hasta que la muerte nos separara y así ha sido; siempre me demostró un inmenso amor. Le pido que desde el cielo me siga dando sabiduría y fortaleza para seguir adelante con mi familia”, señaló doña Carmelita.
Ayer a las seis de la tarde se ofició la misa de cenizas en la parroquia de San Juan de Los Lagos, donde fueron depositadas.

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