Encontrar la horma de su zapato no fue una labor sencilla para Salvador Suárez Mendiola, a quien el destino tenía preparado ser director de una empresa de calzado.
“Nunca pensé en ser zapatero, la verdad salió de rebote… sin embargo al momento que comencé a aprender del oficio me enamoré de los zapatos. Comencé a apasionarme del mercado”.
El director de Italmoda, quien tiene la licencia de fabricación de Levis y Dockers en México, comparte que el momento clave de una historia de 28 años en la industria zapatera fue apostar por marcas reconocidas, entrar a las tiendas departamentales y tener la filosofía de que no existe crecimiento empresarial si no hay un desarrollo humano.
Recuerda que en 1987, como sucede ahora con quienes comienzan un negocio, la gente le decía que emprender en el sector calzado era una idea mala y con poco futuro.
“Por tal razón aprendí que siempre va a ser difícil, mas no imposible para emprender. Cuando tienes pasión, dedicación y un equipo de gente responsable que todos los días te ayuda a crecer juntos, las cosas siempre irán bien”.

¿Cómo se involucra en la industria del calzado?

Un tío nos invitó a hacer negocio, y pensó que por ser de León era zapatero. Me asocié con dos cuates que sí sabían de zapato y así comencé hace 28 años. Yo quería ser otra cosa, tenía otro enfoque aunque trabajaba como gerente en una tenería. Pero la verdad pensaba en otras cosas.

Una vez que emprende, ¿cómo fueron esos primeros años?
Fueron muy difíciles, comenzamos con 12 personas produciendo 20 pares diarios. Hemos tenido unos cinco cambios de planta, yo estaba ya asustado desde el tercero porque a mí me habían dicho que fabricante que se cambia tres veces o más es igual a una quiebra y hasta ahora la hemos librado.

¿En qué momento llega el comienzo de su éxito empresarial?
Son diferentes las etapas que hemos vivido, muy fuertes, ha sido un camino muy de gallo-gallina, siempre hemos tenido un espíritu conservador. Mi papá nos decía que más valía dormir bien comiendo frijolitos, que no poder dormir después de haber comido filete… Siempre hemos ido bajo nuestros propios recursos, despacio y caminando de frente.

¿Para usted cuál es el parteaguas de Italmoda?
Cuando empezamos a vender a las tiendas departamentales que nos cambiaron el chip y los niveles de exigencia. Otro paso importante fue cuando obtuvimos la licencia de Dockers y posteriormente la de Levis, mostrando así al mercado que podíamos hacer marcas internacionales con calidad mundial.

¿Cómo fue su entrada a tiendas departamentales?
Nuestra primera incursión a departamentales fue a Palacio de Hierro. Luego tuvieron que pasar ocho años para hacer lo mismo con Liverpool y de allí siguió Sears y Coppel, ya son 20 años ininterrumpidos en tiendas departamentales.

Respecto a la alianza con Levis, ¿cómo surgió?
La alianza con Levis se dio gracias a la recomendación de Liverpool con la gente de la empresa americana. En aquel tiempo hacíamos 100 pares diarios, pero superamos todas las pruebas de higiene, seguridad y de calidad.

¿Superaron sus expectativas las licencias?
Sí, las marcas nos absorbieron. El mercado nacional nos veía con muy buenos ojos, estábamos generando rentabilidad, y aunque nuestra marca Par Uno funcionaba, no lo hacía a los niveles de Dockers y Levis. Ciertamente guardamos la marca en un cajón unos cuatro años, parecía como cajón de muerto porque sentía que no lo íbamos a abrir, pero retomamos ese concepto porque nos da mucha ilusión recibir nuestra propia marca y lo que más nos gusta de Par Uno es que estamos convencidos de que podemos crear moda, generar diseños trascendentes para México y el mundo.

¿Está convencido de qué lo suyo era ser zapatero?
Sinceramente daré una respuesta que tengo desde hace muchos años tatuada, es un convencimiento: al mundo venimos a a ser felices y yo creo que la felicidad se logra compartiéndola, hemos intentando ser una empresa que crezca junto con, no a costa de. Quizá y no es lo que hubiera querido hacer, pero la clave para la felicidad es disfrutar lo que uno hace y amarlo y no necesariamente hacer lo que uno quiere.

¿Cuál fue la principal herencia de su padre?
El darte cuenta que si quieres buscar la felicidad, primero tienes que saber que si no es compartida no es plena. Mi padre era un hombre con mucha lealtad a sus amigos y tenía una cualidad muy grande y que nos dejó como ese legado: nadie tiene derecho a ver a nadie hacia abajo, pero tampoco de ver hacia arriba. Trataba con el mismo respeto al torero o al mozo de espadas.

¿Cuáles son los momentos más representativos en la vida de Salvador Suárez Mendiola?
Primero: el nacimiento de mis tres hijos que le cambiaron el sentido a mi vida y el segundo cuando murió mi padre Salvador Suárez Inda. Fue un momento difícil, esos dos son los más marcados hasta ahora en mi vida.

¿Existe un objetivo pendiente en su vida?
Sí, el poder demostrar plenamente que puedes tener una empresa altamente eficiente y profundamente humana al grado de poder ser emulados en caso de lograrlo; ese sería el objetivo más importante en términos de negocio.

¿Qué es lo que más le molesta en la vida?
Hay una frase que me gusta mucho y es “No hay caminos para la paz, la paz es el camino” de Gandhi y sin duda es importante analizarla porque el mundo que estamos viviendo hoy lleno de injusticia, de violencia es en cierta forma culpa de todos y si no asumimos un papel más responsable y comprometido en donde realmente compartamos los logros con la gente que nos acompaña en este proceso, no puedo considerar que se haya tenido éxito. Yo creo que una persona para tener éxito tiene que ser eficiente y profundamente humana.

¿Cómo visualiza en el mediano plazo a la industria del calzado?
Veo a la industria del calzado en México con un panorama por un lado muy complicado, el mercado nacional en una recesión que nos va pegar muy fuerte a todos los fabricantes, pero al mismo tiempo siento que se está presentando una coyuntura muy interesante que si sabemos aprovechar podemos dar la vuelta a la “tortilla” porque el consumidor norteamericano -que es el más grande del mundo- está volteando a México de una manera muy fija como posibilidad de sustituir fabricación de China e India. Y si nos preparamos y atendemos bien, generando alianzas con cadena de proveedores y compradores podemos convertirnos en un verdadero proveedor como nunca ha sucedido.

¿Cuál es su opinión del mercado asiático?
En el mercado asiático no puedes generalizar a todos los fabricantes. Seguramente hay muchos que traen una competencia tremendamente desleal, pero hay muchos otros que traen el mejor calzado del mundo. Por tanto no puedes vivir de justificar completamente un posible fracaso de tu empresa por una competencia desleal.

Por Redacción AM

Escrito en León el 5/3/2015 · 00:00