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Inés Mata Ornelas, una vida de dedicación

Fue por 40 años director técnico del equipo amateur San Pío X, sacristán por 50 años y por 15 años elaboró rebozos.

Escrito en León el

A sus 81 años de edad, Inés Mata Ornelas, fue por 40 años director técnico del equipo amateur San Pío X, dedicó 50 años a la sacristía del Señor de La Piedad, además de estar durante 15 años elaborando rebozos, sin contar que está integrado a Caballeros de Colón.
En el cuarto de sus recuerdos, que es parte de su domicilio, donde pasa gran parte del día, afirma que tiene su televisión, porque le gusta el futbol y no le gusta que le cambien de canal, además de que figuran fotografías de anécdotas del futbol amateur local.
Cómo no recordar el año de 1981, en el 25 aniversario de su equipo San Pío X, en el que trajo a esta ciudad al primer equipo de Pumas de la UNAM, estando como entrenador Bora Milutinovic, asesorado éste por Miguel Mejía Barón, mientras que entre sus filas jugaba el piedadense Gustavo Vargas.
El partido se desarrolló en el estadio Juan N. López, que se encontraba ubicado donde ahora hay una tienda departamental, siendo el resultado final a favor de Pumas 3 por 1.
Inés Mata es originario de San José de La Paz, Jalisco, se casó como Elisa Sandoval Reyes, con quien procreó a 11 hijos, en el año de 1956, Inés se interesó en que los niños de esa época tuvieran una actividad en que distraerse.
Había un equipo amateur llamado Santo Domingo, pero Inés en compañía de Francisco Hernández toma el equipo y le cambian de nombre, llamándolo San Pío X, que era patrocinado por la iglesia, precisamente por el padre Rafael Pegueros.
Inés Mata crea la liga infantil “Vanguardias” con la finalidad de hacer torneos competitivos para los niños, pero además apoyó a los jóvenes, formando equipos en las categorías de Primera, Primera Especial, Intermedia.
Entre sus filas tuvo a jugadores como Guillermo Hernández ‘El Barril’, Luis Murillo, Pedro Villegas, Carlos Rizo, José Sandoval, Jesús ‘El Sordito’.
Señala Inés que los partidos en los que siempre se consideraban clásicos, era con equipo como los Conchos, Vanguardia y Coloniales, porque estos equipos tenían de igual manera una platilla de buenos jugadores.
Entre los jugadores que recuerda que tenía en sus filas y después jugaron en equipos profesionales, están: Guillermo Hernández, (Reboceros), Andrés y Gustavo Vargas, (Cruz Azul y Pumas), Cabinho, Salvador Hernández, Octavio y José Ibarra.
Dice que uno de los enfrentamientos duros era San Felipe y San Pío X, por tratarse de jugadores que pertenecían a los cantores y acólitos de la parroquia.
Otro de los partidos fue contra Los Conchos en el campo de Guanajuatillo, donde Seferino Ortega, entrenador rival, hizo correr a los jugadores del San Pío X a punta de pistola; así mismo contra la Quesera, donde también los corrieron a pedradas.
Don Inés Mata, además del interés del futbol amateur, fundó el Colegio de Árbitros, esto, ante una huelga de los árbitros activos, que no querían “pitar” los partidos; de ahí surgió Miguel Vargas y los tres hermanos conocidos como “Puchula”, que acudir a la Ciudad de México para recibir capacitación.

¡LE ROBARON 14 BICICLETAS!

Inés Mata recuerda que por estar al pendiente de dirigir a sus jugadores y atender su trabajo como sacristán en la parroquia del Señor de La Piedad, tenía que desplazarse en bicicleta, la que dejaba en los campos; le robaron al menos 14 de ellas, pero compraba una cada que la perdía.
José Luis Mata, hijo de Inés, recuerda que 5 de los 6 hijos varones de Inés, se incorporaron a los diferentes equipos del San Pío X, esto por las edades, pero nunca fueron beneficiados por su padres, ya que abastecía a los mejores jugadores con zapatos nuevos de futbol, antes que entregarle a sus hijos.
“Siempre buscaba estar bien con los mejores jugadores del cuadro, nosotros nos quedábamos en la banca, esperando a ver si no incluía en la lista de los que jugarían en cada partido”, dijo José Luis.
Ibarra, otro de los jugadores que lo acompañó en la entrevista, dijo que Don Inés tenía carisma para dirigir los partidos, “se ganó el cariño de todos los que integrábamos el equipo, fue padrino de primera comunión de algunos de los jugadores”, dice.
Ramón Garduño, gran amigo de Inés, recordó que conjuntamente trabajaron para que el equipo San Pío X, tuviera como sede local una cancha en la unidad deportiva J. Jesús Romero Flores, consiguiendo con las autoridades de ese momento la cancha número 5.
Al cuestionar a Inés sobre qué lo movió para atender a tantos niños y jóvenes en el futbol, hace una pausa y señala que fue una actividad laboriosa acudir a los campos, llevar aguas y tortas, realizar su labor en la iglesia, pero sobre todo “la satisfacción de poder encausar a ellos (niños) por una línea deportiva y del bien”, dijo.

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