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Agradece todo el silencio

Margarita González aprendió a existir con debilidad auditiva, y siempre ha salido adelante por sus medios.

Escrito en León el
Agradece todo el silencio

Una piedadense que se ha destacado por su labor como activista a favor de los derechos de las personas con discapacidad, es Margarita González Puga, quien hace tres años comenzó su lucha de sensibilización.
Su tarea no surgió de la casualidad, Margarita es una persona con discapacidad auditiva desde hace 24 años. Su problema comenzó cuando iba a mitad de la carrera de docencia en la Normal de Morelia. “Sin motivo, un día empezó un zumbido en el oído derecho y creí que era normal pero cada vez era más fuerte y acudí al médico quien me detectó atrofia coclear; luego me practicaron una cirugía, pero al tiempo también presente el mismo síntoma en el oído izquierdo y en un año deje de escuchar”, detalló.
Ante tal situación, cayó en depresión pero aún tenía la esperanza de encontrar una cura. Visitó otros médicos quien sólo le daban falsas esperanzas, además empezaba a tener problemas en la universidad por la pérdida de la audición, lo que provoco la baja de sus calificaciones: “Yo siempre fui una alumna de 10, dedicada a mis estudios y muy participativa, pero ante la impotencia y depresión preferí dejar la carrera”, relató.
Luego de diez años aceptó su condición y retomó sus estudios, “mi vida dio un giro de 180 grados y tal vez perdí una capacidad pero gane habilidad: me volví muy perceptiva”, comentó.
Años más tarde rediseñó sus prioridades y dejó fuera aquellos sueños y planes forjados, se le dio la oportunidad de ir a trabajar a Saltillo donde fue incluida por las personas que la rodeaban. Sin embargo la discriminación también fue una experiencia desagradable que le tocó vivir.

Volvió a nacer tras tomar coraje suficiente
“Renací de las cenizas como el Ave Fénix”, afirmó Margarita, convencida de que seguirá en pie de lucha por la inclusión de personas con discapacidad, “luego de sufrir discriminación saque el coraje para demostrar que puedo hacerme valer como persona, a veces los miedos no sólo son tuyos si no implantados por una sociedad indiferente”, expresó.

Explica su comunicación  interpersonal
No sabe el lenguaje de señas, pero aprendió a leer los labios de las personas, (quienes deben hacerlo de forma pausada), asimismo supo descifrar el lenguaje no verbal de quien estaba a su alrededor, es decir, la postura, movimientos y gestos.
Una de las realidades en la que hizo énfasis es la falta de instituciones especiales para personas con discapacidad auditiva, asegurando incluso que hay pocos intérpretes del lenguaje de señas en el país, y los que hay radican en grandes urbes, sin mencionar el elevado costo de estos estudios.

Tecnología le ayuda
La tecnología sin duda ha sido una herramienta que cambio la vida de Margarita, ya que antes se valía de otras personas; ahora puede comunicarse por mensajes de texto en el celular o chateando en la computadora. Esto le permitió ampliar su visión y su círculo de amigos.
Otra ventaja para las personas con discapacidad auditiva son los semáforos peatonales. Su familia siempre le ha brindado el apoyo, y agradeció a sus hijas Andrea y Laura, con quien siempre tuvo una comunicación natural “siendo apenas unas bebés sabían cómo hacerse entender conmigo”, refirió.
Actualmente es maestra en la Escuela Arnulfo Ávila en esta ciudad, donde también destaca la ayuda de sus alumnos. Al cabo de estos años, buscando sobresalir por sus medios, Margarita concluye sus vivencias en una frase “agradezco el silencio, porque me enseñó a vivir el presente.

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