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Cobran maxitasas por minicréditos

Los micropréstamos que ofrecen bancos e intermediariosfinancieros a las personas de bajos recursos, cuestan más caros que las tarjetas de crédito. En ocasiones los intereses superan el 220% anual

Escrito en León el
Cobran maxitasas por minicréditos

Pasaron cuatro años para que Karina Ojeda Rocha pagara un préstamo que adquirió en Banco Azteca en 2011, pues apenas el año pasado liquidó el adeudo. 

Fueron 3 mil 500 pesos los que Karina necesitaba para que su papá regresara a Tijuana a trabajar, por lo que acudió a Banco Azteca donde tardaron 24 horas para entregarle el dinero.

Karina firmó un pagaré, una póliza de seguro de vida obligatorio y documentos que la comprometían a pagar 8 mil pesos por el préstamo de 3 mil 500 pesos, en un plazo de 80 semanas.

Previo al préstamo, personal del banco visitó el domicilio de Karina en la colonia San Miguel para realizar un inventario de muebles en garantía del crédito.    

“Los abonos quedaron como de 100 pesos cada 8 días, a mí se me hizo bien barato, pero cuando me empecé a atrasar con un día, ya eran más intereses y jamás pude bajarle a la cuenta; terminé pagando 16 mil pesos, porque me volví a atrasar varias veces”.

Karina trabaja en un fábrica de calzado en San Miguel y tiene un sueldo de 1,400 pesos semanales, que apenas le alcanzan para cubrir los gastos de sus hijos y el sostenimiento de su casa.

Cuando se atrasó en los pagos, empezó a recibir requerimientos y citatorios jurídicos en su trabajo y en su casa.

La presión la obligó a empeñar sus alhajas y a vender algunos muebles, para saldar el crédito con Banco Azteca que llegó hasta los 16 mil pesos.

Karina compartió el dolor afectivo que sintió al desprenderse de una cadena con un Cristo de oro que su abuela le regaló antes de que falleciera. 

También le dolió vender los muebles que había adquirido, en su mayoría en abonos.

Crédito rápido... pero caro

Una situación parecida a la de Karina Ojeda Rocha la viven miles de personas que se endeudan con los bancos y empresas especializadas en microcréditos.

Establecimientos como Banco Azteca, BanCoppel, Banco Ahorro Famsa y Compartamos Banco se posicionan en el Buró de Entidades Financieras de la Condusef, como las instituciones más costosas en el mercado.

El Costo Anual Total (CAT) de estas instituciones supera en ocasiones el doble de la tasa de interés de bancos tradicionales como Banamex, Bancomer, Banorte, BanBajío, Inbursa, Scotiabank, Santander y HSBC. 

Es tan caro el CAT de los minipréstamos, que supera al de las tarjetas de crédito. El CAT incorpora el pago total de intereses y comisiones de un crédito.

De acuerdo con el simulador de préstamos de la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef), el CAT más alto es el de la empresa Crédito Familiar, que alcanza el 222%.

Le sigue Financiera Independencia con CAT de 163%, Banco Famsa con 135%, Azteca 123% y Compartamos 103%.

Las quejas

En el primer trimestre del 2016, la Condusef registró 16 reclamaciones contra Banco Azteca, dos para Banco Ahorro Famsa y una en contra de BanCoppel. 

Los reportes son por no respetar convenios de pago, inconformidad con el saldo del crédito y cobro de comisiones no pactadas en los contratos. Además, los clientes expresan inconformidad por el cobro de intereses moratorios y por servicios no reconocidos ni solicitados.

Estos bancos establecen un interés moratorio sujeto al préstamo. Por ejemplo, Banco Ahorro Famsa tiene una tasa de interés mensual del 5.7% hasta 10% según el crédito otorgado y un interés moratorio del 7% más IVA. 

Seguro obligatorio

Una condicionante al adquirir un crédito con Banco Azteca, es pagar un seguro de vida con un valor de mil 115 pesos que se carga al pago del préstamo semanal.

En BanCoppel la tasa de interés es del 60.75% anual y un interés moratorio del 3% mensual. Los pagos son mensuales.  

Compartamos Banco ofrece créditos grupales formados de 7 a 20 personas (principalmente mujeres), con una tasa de interés del 90.4% anual.

Los financiamientos de Compartamos están condicionados a solicitar como mínimo 7 mil pesos por persona, que deben cubrirse en 4, 5, 6 u 8 meses.

Una táctica son los abonos semanales, acelerando los cortes de pago y con ello la carga de interés ordinario/moratorios.

Los créditos grupales son solidarios; es decir, cuando una persona no paga, el resto de los integrantes deben cubrir el adeudo.

Nadie regula la tasa de interés

El delegado de la Condusef en León, Vicente López Portillo Covarrubias, confirmó que los bancos Famsa, Azteca, Coppel y Compartamos tienen las tasas de interés mas elevadas en comparativo con bancos tradicionales.

Explicó que la tasa de interés no está regulada por alguna institución gubernamental ni por la Ley, pues la ajusta el mercado por la oferta y la demanda.

Comentó que los abonos de algunos créditos son simulados, pues lo que parece un pago “chiquito” resulta mayor en un esquema de cobertura semanal, ya que genera un corte inmediato y un interés veloz por los periodos cortos, a diferencia de una amortización mensual. 

El funcionario destacó que estas entidades financieras tienen un alto índice de cartera vencida, porque van dirigidas al sector de clientes de menores ingresos.

Las altas tasas de interés, las comisiones y los abonos semanales son una estrategia que han seguido estas empresas para minimizar el riesgo y mantener el equilibrio financiero.

Prohíben ventas ‘atadas’

El Delegado de la Condusef aclaró que luego de la promulgación de la Reforma Financiera en 2014 “se prohíben las ventas atadas”, esto en el caso de Banco Azteca que condiciona a los usuarios a pagar un seguro de vida al adquirir un préstamo.

Vicente López Portillo exhortó a denunciar ventas ‘atadas’ ante la Condusef y presentar sus reclamaciones, además de consultar y asesorarse sobre qué institución ofrece un producto accesible. 

Dijo que los usuarios deben preguntar el CAT del crédito, pues adjunta comisiones, intereses y cobros o gastos adicionales.

TESTIMONIOS

'¡Ya no sé que hacer!’

El esposo de Sara Rodríguez solicitó hace más de un año un crédito en Banco Azteca por 10 mil pesos. Hasta diciembre del año pasado el saldo se había incrementado a 26 mil pesos.

Sara platicó que a los pocos meses del préstamo llegó un requerimiento domiciliario de pago, y fue hasta ese momento en que se enteró que su pareja debía dinero.

“Yo no sabía, me enteré por los papeles que llegaron a la casa y como ya debía en otros lados, salimos mal cuando le reclamé y terminó por irse de la casa, pero me dejó con la deuda y no la he podido pagar”.

El último documento que recibió Sara en su domicilio exigía el requerimiento de 26 mil pesos. Durante más de un año, Sara ha llevado cantidades pequeñas, pero no ha logrado que baje el adeudo; ahora teme que el banco embargue sus muebles. 

“¡Ya no sé que hacer!”, confiesa desesperada. “He buscado a mi marido para que pague, pero nomás me dice que sí, que va a ir a arreglar al banco, pero mientras lo poquito que tengo lo llevo y es puro dinero regalado porque no baja la cuenta”. 

Las cantidades semanales o quincenales que Sara abona a Banco Azteca no superan los 200 pesos, pues con el sueldo como empleada doméstica apenas le alcanza para la despensa de su mamá y tres hijos, así como los gastos escolares y personales. 

‘El abono está pesado’

Montserrat Rico Sánchez paga a BanCoppel 580 pesos cada mes por un préstamo de 5 mil pesos adquirido en febrero del año pasado. A la fecha sólo le quedan dos mensualidades para finiquitar su adeudo. 

La mujer  comentó que pagará más de 3 mil pesos de intereses durante los 14 meses establecidos, por lo que comenzó a descuidar otros compromisos de su casa y personales por tener el pago puntual y evitar que se incremente la cuenta.

“Tuve una situación muy difícil el otro año, me quedé sin trabajo, se me juntaron unos compromisos y no vi otra más que Coppel, y muy rápido me prestaron, pero sí está bien pesado el abono”.

En otro caso, José Encarnación Aguirre tiene cuatro años tramitando préstamos en BanCoppel, y gracias a sus pagos puntuales ha mantenido la línea de crédito abierta, aunque reconoció que el interés es muy elevado. 

“La primera vez saqué mi tarjeta y compré una cama y dos ventiladores. Como fui muy puntual me ofrecieron 2 mil pesos de préstamo y como debía los servicios de mi casa y no tenía para la despensa, pues lo acepté”.

Luego del primer crédito otorgado, José Encarnación dijo que le ofrecieron 5 mi pesos por su puntualidad, por lo que aceptó el crédito para saldar un adeudo que tenía con un pariente.

Encarnación comentó que cuando terminó de pagar el segundo crédito personal de Bancoppel le ofrecieron 20 mil pesos, los cuales no aceptó. 

“Yo sólo he pedido cuando tengo una necesidad, porque con mi pensión no me alcanza para cosas que surgen de la familia y en la casa, pero pedir nomás porque me ofrecen no, es difícil cuando he tenido préstamo porque me la he visto bien duro para dar el abono”.

 ‘¡A lo que lleva una necesidad!’

En julio del año pasado, Martha Landeros solicitó 2 mil pesos en Banco Ahorro Famsa para comprar útiles escolares a sus hijos. A la fecha su adeudo creció a 10 mil pesos, pues sólo dio el primer abono.

“Eran 300 pesos cada 15 días los que tenía que llevar, pero me quedé sin dinero. Con lo que gano apenas para mis hijos y los gastos de la casa, por eso dejé de dar, ahora ya ni sé cómo hacerle”.

Martha platicó que Famsa le ofrece liquidar su adeudo de 10 mil pesos con 3 mil 600 pesos; sin embargo, aseguró que no tiene las condiciones para conseguir la cantidad. 

Mientras que Enedina Hernández en diciembre del año pasado terminó de saldar un adeudo de 3 mil pesos que debía desde hace dos años a Banco Ahorro Famsa, pues durante este tiempo se atrasó con varios pagos quincenales, incrementado su adeudo hasta 10 mil pesos.

Los requerimientos jurídicos de pago presionaron a Enedina para pagar su deuda.

Comentó que el convenio al que llegó con Famsa fue pagar los 10 mil pesos congelados en pagos fijos.

“Fue lo mismo, lo único que pasó fue que se paró el interés, pero terminé pagando más de los 3 mil pesos que les debía, el triple les pagué, los interés y más que eso. ¡A lo que lleva una necesidad! Sale más caro”.

El dinero que Enedina había solicitado fue para invertir en productos cosméticos por catálogo que finalmente no tuvo éxito en sus ventas. 

Inician negocios

Guadalupe Valadez y María de la Luz Juárez emprendieron pequeños negocios con los microcréditos. Aunque la tasa de interés que pagan es alta, han sido cumplidoras en sus pagos para obtener otros préstamos del Banco Compartamos. “Lo más difícil fueron los primeros pagos cuando iniciaba la tienda, pero después fue más sencillo porque ya salía para el abono de las ventas de la tienda”, contó Lupita, quien puso un local de abarrotes. Mientras tanto, la señora Juárez invirtió en surtir su puesto de botanas en el Jardín de San Juan, en El Coecillo.

Comparten préstamos

Hace cuatro años, Alma Bonilla Acosta fue invitada por su hermana para integrarse a un grupo de 16 mujeres que buscaba adquirir un crédito en Compartamos Banco. 

Con ese préstamo grupal, Alma inició un negocio de venta de trajes de baño y zapatos. Cada cuatro meses renueva su crédito con el grupo de mujeres para surtir mercancía.

Cuando una de las mujeres deja de pagar su préstamo, el resto de las integrantes del grupo debe cubrir el adeudo.

Desde que pidió su primer préstamo, Alma y otras compañeras han pagado en tres ocasiones el adeudo de otras mujeres. Pese a ese inconveniente, ha seguido renovando su crédito, para mantener su negocio.

La primera vez, las 17 mujeres tuvieron un crédito grupal de 102 mil pesos (6 mil por cada una), con el 90% de interés. El crédito se infló a 193 mil 800 pesos, que se pagó entre 14 mujeres, porque tres se retiraron. 

“Nos hacen firmar un documento de compromiso solidario para cumplir con el pago de todas en caso de que alguien no tenga para dar su abono”.

Cada ocho días, Alma deposita la parte de su pago. Ella reconoce que a largo plazo termina pagando el doble del préstamo, pero es una alternativa de crédito rápido para su negocio.

Aplazan respuesta

AM buscó vía telefónica a personal de las empresas Coppel S.A de C.V. y Grupo Famsa S.A. de C.V., para solicitar una entrevista en relación a la operación de las líneas de créditos económicos que ofertan.

Sin embargo, se solicitó hacer la petición por correo electrónico ([email protected] y [email protected]) sin tener un tiempo estimado de respuesta por personal de los corporativos.

A su vez, se tuvo contacto por varias ocasiones con personal de atención a clientes de Banco Azteca S.A., Institución de Banca Múltiple, quienes canalizaron la solicitud de la entrevista vía telefónica a Grupo Salinas y posteriormente empleados direccionaron la llamada a TV Azteca, S.A.B. de C.V. sin lograr una comunicación con personal de la empresa.

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