Al concluir sus estudios de secundaria, la Generación 2012-2015 del Instituto Laguense, participó en una Misa de Acción de Gracias y luego en un Acto Académico donde los 86 egresados recibieron el certificado que acredita el termino satisfactorio de este nivel.

Luego de haber agradecido al Creador en el templo de la Merced, los recién egresados, en compañía de sus padres y familiares, se dieron cita en la Casa de la Cultura, para recibir la documentación y presenciar reconocimientos hechos a algunos de ellos por algunas distinciones y honores.

Para hacer entrega de los reconocimientos, estuvieron presentes el Hno. Héctor Javier Ramírez Alanís, director general; los representantes de la sociedad de padres de familia Claudia Guadalupe Castro y Óscar Macías; la coordinadora de la sección secundaria Laura Zobeida Castañeda Rentería y el Hno. Ramiro Montaño Sánchez, difusor cultural.

El Hno. Director Héctor Javier Ramírez Alanís dirigió un emotivo mensaje a los ahí presentes, en el cual recordó que ser Lasallista es un estilo de vida “... es ser portadores de una herencia espiritual y llevar todo lo que aprendimos y vivimos a nuestra casa, con las personas que viven con nosotros, con nuestros amigos y así como a las personas que no tienen los recursos que nosotros y que podamos compartir algo de lo que Dios nos ha dado”, dijo.

Posteriormente citó una reflexión en la que propuso hacer del Instituto Laguense y de los hogares de los alumnos un “espacio entre banderas”:

“En Australia es costumbre que en las playas turísticas exista un área llamada entre banderas (between flags), lo cual garantiza al turista que es un área de paz y tranquilidad, pues existen salvavidas que aparte de su función de prevención, para los bañistas, intervienen para cualquier acción que pueda crear violencia en las playas, el espacio entre banderas está protegido por personas comprometidas, vigilantes y atentas”, relató.
Y luego les propuso un reto: “ Les propongo el reto de hacer de nuestro colegio y de nuestra casa un 'espacio entre banderas' espacio que nos haga ser responsables de nuestros actos tanto fuera como dentro de la institución, nos haga respetar a nuestros compañeros y maestros, evitando apodos, prejuicios o esterotipos, nos haga establecer un programa antiviolencia que favorezca en todo momento la paz, establecer el amor a la cultura de la vida y no de la muerte, aprender a conocer y manejar nuestro caracter para solucionar nuestros conflictos y problemas, involucrar a nuestros papás y familiares en las diferentes actividades, participar responsablemente en las diversas actividades de la escuela, estar atentos y vigilantes cuando un amigo tiene problemas, está enfermo o tiene alguna necesidad”, explicó.

Y luego recordó que el señor de La Salle creó estas escuelas como una alternativa de espacio de convivencia, aprendizaje desarrollo espiritual para una sociedad que en ése momento se encontraba en crísis, por lo que hoy, dijo, “nos toca a nosotros responder para que nuestras comunidades sean un espacio donde se genere libertad de pensamiento, aceptación a las diferentes formas de pensar y una comunidad fraterna donde convivan y se comprometan en paz las diferentes riquezas que le integran, buscando simpre potencializar el servicio a grupos menos favorecidos, trabajando por el equilibro y la paz en nuestras comunidades es la manera como paso a paso encaminaremos a nuestra nación a recobrar el esplendor del México con el que soñaron nuestros antepasados...”. Añadió.

Enseguida, el presídium hizo entrega de los certificados de secundaria y reconocimientos por  distinciones y honores, como aprovechamiento, puntualidad y asistencia, al buen desempeño en actividades especiales, a la templanza, a la fortaleza, a la bondad y el reconocimiento “San Juan Bautista de La Salle”, la máxima distinción otorgada por el Instituto Laguense, otorgada al terminar su secundaria al alumno, que a criterio de sus profesores y directivos se ha desenvuelto más íntegramente participando en la comunidad escolar, en las actividades de la sección e institución, por ser buen deportista, artista, excelente compañero y que vive cristianamente, al cual se hizo acreedor  Mateo Albarrán Sánchez.

Por Redacción AM

Escrito en León el 17/7/2015 · 00:00