Hasta “El Káiser” se acercó al llanto.
Rafael Márquez tuvo una despedida soñada con las dos camisetas que le dieron brillo.
Por un lado, la ovación de parte de 70 mil aficionados del Barcelona, muy conscientes del papel que tuvo Rafa en la etapa más gloriosa del club, entre 2003 y 2010. Y por otro lado, el último juego con el León, partido que no se empañó con la goleada.
Para el capitán de la Fiera el homenaje comenzó justo a las ocho de la noche. Fue anunciado por el sonido local y recibió aplausos con calma y con absoluta sinceridad en el calentamiento.
Márquez respondió alzando los brazos y se quedó pensativo cuando las pantallas del Camp Nou proyectaron los sus mejores momentos como culé.
La fiesta se interrumpió con el silbatazo inicial del juego por el Trofeo Joan Gamper. Rafa y el resto de la defensa esmeralda sufrieron ante Messi, Neymar y compañía de inmediato y encajaron tres goles en los primeros 45 minutos del juego.
Paradójicamente, Rafa, quien ayer dejó definitivamente de ser jugador del León, fue el mejor de la Fiera. Se aplicó como pocas veces con sus pases largos, convertidos en la única vía ofensiva del arrollado León, y se aplicó en la marca lo más que pudo, aunque la marea catalana lo arrastró varias veces, como al resto de los verdiblancos.
En el segundo tiempo, se quedó en el campo lo justo para ser nuevamente ovacionado. Salió al minuto 50, relevado por Derley. No se tenía planeado otro reconocimiento, pero la afición sacó los recuerdos más agradables del mexicano y los correspondió poniéndose de pie para aplaudirlo otra vez.
Rafa no esperaba algo así y se emocionó al máximo. Se abrazó con Mauro Boselli y con Piqué y trotó hacia la banda con los brazos en alto, hasta que las lágrimas se asomaron. Miles de culés corearon su nombre y los 300 fanáticos verdes completaron el honor con aplausos y hasts la petición de no dejar al equipo.
Así fue el adiós de Rafa del León. Una hora después del juego, por fin cambió el perfil de su cuenta de Twitter y se declaró ya no jugador de la Fiera, sino del Hellas Verona.
Como en Barcelona, dejó títulos, sonrisas y mucha clase. Al León le toca ahora al menos buscar quien lo releve en el liderazgo del club, pues hoy nadie se atreve siquiera a ocupar su lugar.

Por Redacción AM

Escrito en León el 19/8/2014 · 00:00