Deja Marcela Ovalle legado en el periodismo
Marce Ovalle será recordada por sus seres queridos y conocidos como una persona ejemplar en diversos aspectos.
León, Guanajuato.- Marcela Del Carmen Isabel Ovalle Orrantia, mejor conocida como Marce Ovalle, será recordada por sus seres queridos y conocidos como una persona ejemplar en diversos aspectos, como madre, amiga, vecina, compañera de trabajo y maestra.
La querida maestra Marce fue la tercera hija del matrimonio formado por Consuelo Orrantia Valenzuela y José Ovalle Díaz, quienes procrearon cuatro hijos: Zandra, José, Marcela, nacida el 16 de julio de 1949 en la CDMX y Mario (qepd).
Se casó con José Antonio Rosales Sánchez, con quien procreó a su único hijo Fernando Rosales Ovalle, luego de unos años de matrimonio se divorció; tiempo después conoció a Bolívar Contreras, un ecuatoriano radicado en CDMX con quien se casó y de quien después enviudó.
Trayectoria profesional de Marce Ovalle
Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, toda su vida estuvo ligada a las letras, la redacción y la literatura.
Formó parte del equipo de corrección de estilo del Periódico AM y fue docente fundadora de la Universidad Meridiano (Umeri) de la misma casa editorial. Paralelo a esas actividades, se dedicó a la corrección de estilo de libros y tesis de alumnos y exalumnos.
Su hijo Fernando Rosales destacó que por su actividad su mamá aportó a la sociedad aprendizajes y buenos consejos por lo que él siempre le decía que era una maestra que enseñaba para la vida, no para las aulas.
Quienes la conocimos y estuvimos cerca de ella sabemos que su interés en las demás personas era genuino”.
Agregó que lo que más disfrutaba era la lectura de libros, periódicos, revistas, documentales históricos y todo lo que tenía que ver con política.
“Era 100% cafetera, lo primero que hacía al levantarse era preparar la jarra de su café favorito. En ocasiones también disfrutaba una copa de vino tinto o lambrusco o mezcal de mazapán, caminar por la colonia Bugambilias era otro de sus placeres, para platicar con los vecinos y personas que atendían los negocios a los que iba”.
Resaltó que fue una gran madre, un ejemplo de resistencia, coraje y fortaleza, tenía claros y definidos sus ideales, creencias y era suficientemente madura para entender las formas de pensar diferentes y no confrontar, sino enriquecerse.
“Fue una mamá muy consentidora a la que tengo todo qué agradecerle. Siempre se ha dicho que los papás no traen "manual", pero ella dio todo e hizo todo para inculcarme lo que me pudiera servir para la vida. Para mí fue y seguirá siendo una madre excepcional, a quien recordaré como una mujer luchadora y una mujer llena de anécdotas, vivencias y fuerza”.
Colegas del trabajo como María Dolores Torres Camacho, directora de Servicios Educativos de la Universidad Meridiano resaltó la importancia de su figura en el plantel.
“Era una mujer ejemplar, compañera y amiga, amante de las letras, donde su sabiduría fue clave para despertar la creatividad e inteligencia dormida de nuestros estudiantes. Su legado perdurará en nosotros por siempre”.
Marce Ovalle falleció el 8 de febrero, en su casa, en donde su hijo pudo estar junto a ella para despedirla.
Posteriormente se realizaron los servicios funerarios donde sintió el amor y agradecimiento de su familia, amigos, vecinos, compañeros, excompañeros de trabajo y sobre todo el de una gran cantidad de alumnos y exalumnos de la Universidad Meridiano que acudieron a despedirla y a agradecer todo lo que en vida les dio.
Familiares de Marce Ovalle
Durante la despedida estuvieron sus hermanos Zandra, llegó procedente de Los Cabos, y José de Toluca.
Zandra Cecilia, la mayor de sus hermanos, destacó que Marce tuvo una personalidad especial, siempre supo hacia dónde iba y lo que quería, tuvo mucha influencia en los sobrinos y fue la tía consentida.
“Tuvo el don de despertar cariño en las personas con las que coincidió en sus trabajos y cuando se dedicó al magisterio, tuvo la satisfacción de ser madrina de varias generaciones, tiene cientos de ahijados”.
Juan Manuel extrañará su presencia y las largas llamadas telefónicas en las que conversaban de cualquier tema.
“Sus juicios eran profundos y válidos, me agradaban sus opiniones certeras y atinadas, Marcelita siempre será mi hermanita amorosa, siempre afecta a aprender y a transmitir lo que sabía para que sus alumnos se beneficiarán, su pasión era estar cerca de ellos y aunque ya sentía molestias las ignoraba por el gusto de estar con sus estudiantes muchos de los formó como periodistas”.
Su vecino y amigo Armando Araiza, conmovido, relató que conoció a Marce hace más de una década y su amistad se consolidó en minutos.
Desde que la conocí se me hizo una mujer ejemplar en todos los sentidos, yo no soy fácil de hacer amigos pero ella tenía un don, era sencilla, con gran capacidad intelectual y aprendizaje de vida, eso facilitaba una buena charla”.
Destacó que la recordará como un auténtico ser de luz y su gran calidad humana.
“Marcelita fue una persona muy especial, aunque se autollamaba ermitaña, era la más sociable, saludaba a todo mundo, fue una vecina ejemplar, mamá ejemplar y amiga ejemplar”, finalizó Armando.
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