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Recuerdan de Josué su fiel servicio a Dios

Josué Rendón, sacristán de la Parroquia del Señor de la Salud en el Barrio Arriba y servidor de Dios, falleció recientemente

Escrito en Obituarios el
Recuerdan de Josué su fiel servicio a Dios
Josué Baruck Rendón López fue monaguillo y sacristán. Foto: Leopoldo Medina.

Un personaje del Barrio Arriba, Josué Baruck Rendón López recién fallecido era sacristán de la Parroquia del Señor de la Salud en el Barrio Arriba, se le extrañó en la marcha de monaguillos. Él inició como tal y siempre sirvió a Dios.

Se le conocía en su barrio como Josué, nació el 17 de septiembre de 1997 y murió el 17 de febrero de 2025. Su casa está a unos pasos del Templo de San Nicolás Tolentino. Desde pequeño tuvo inclinación por el catolicismo. Su mamá, Sanjuana López, lo llevó con el padre Valerio Muñoz Durán a los 6 años a iniciarse como monaguillo.

Le apasionó mucho y a partir de allí, sus pasos siempre se encaminaron hacia Cristo.

Quince años dedicado a la catequesis. Foto: Leopoldo Medina.

Brindó sus servicios a varios templos hasta su último aliento, siendo sacristán de la parroquia del Señor de la Salud desde el 21 de septiembre de 2017

Realizó sus estudios primarios en en la Yermo y Parres; la secundaria en el Colegio Patria.

“Al concluir la secundaria, le pregunté si quería irse al Seminario, hacer allí la prepa y ser cura. Me pidió que lo dejará hacerla por fuera. Cada día estaba más adentrado en la iglesia.

“Estudiaba mucho, y más para dar catequesis, que era una de las tareas que más le apasionaban”, contó su madre Sanjuana López.

Impartió catequesis por 17 años y siempre se le vio activo en su parroquia, cumpliendo su misión, además de participar en los eventos y festejos ahí celebrados.

Triste recuerda, la reciente partida de Josué. Foto: Leopoldo Medina.

Su camino para servir a Dios

A los seis años inició su camino con el padre Valerio Muñoz Durán, del Templo de San Nicolás Tolentino, hasta que este falleció en 2008. Se pasaba todo el día en el templo, dicen quienes lo conocieron: “Era muy aplicado y respetuoso”.

La muerte del cura Valerio, le pegó duró en el corazón, expresa la mamá de Josué.

Josué estuvo después como monaguillo en San Francisquito, con el padre José; luego pasó a la parroquia del Señor de la Salud, cuando era vicario Juan Antonio Lázaro.

El curso de Catequesis lo realizó en el templo de la Divina Providencia. Con el tiempo y la llegada del Padre Chava, nacido en el Barrio Arriba, se integró paulatinamente y cumplió como sacristán y catequista.

Desde muy pequeño comenzó con su servicio a Dios como monaguillo. Foto: Leopoldo Medina.

Sus aficiones

Entre sus aficiones que más disfrutaba destacan la fotografía y los arreglos florales, en especial los realizados para los templos o agrupaciones, así como para comerciantes del Mercado Allende, que rendían tributos a varias vírgenes y santos.

Además le gustaba tocar la guitarra, tenía amigos en la estudiantina de la prepa y en grupos artísticos diversos, a quienes invitaba a los festejos religiosos.

Josué Baruck Rendón López cumplió en servir a Dios. Descanse en paz.

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