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Debate al desnudo

Nuestra clase política nos mostró, en vivo y en directo, su catálogo de vicios y perversiones. En la Constitución se expresa la aspiración a un México democrático y republicano, que ahora es confrontada por una runfla de prevaricadores dedicados a estafar ciudadanos.

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Debate al desnudo

Esta semana los mexicanos asistimos, en la Cámara de los Senadores, a la muestra más patética de la degradación de la política mexicana. Lo peor es que aún no podemos saber con certeza, si esto significa haber tocado fondo. La situación se encuentra tan mal, que aún se podrían encontrar abismos más profundos.

Por lo pronto nuestra clase política nos mostró, en vivo y en directo, su catálogo de vicios y perversiones. En la Constitución se expresa la aspiración a un México democrático y republicano, que ahora es confrontada por una runfla de prevaricadores dedicados a estafar ciudadanos. Como siempre, solo un puñado de parlamentarios se salva.

Los partidos políticos decidieron inmolarse ante sus electores, en la forma más pública posible. Morena nos mostró su capacidad de deslegitimarse mientras mostraba su propensión a cometer actos de soborno y chantaje en contra de los senadores seleccionados para obtener la mayoría calificada que necesitaban para aprobar un encarguito presidencial. Inician el sexenio mostrándonos su indigna lealtad a un autoritarismo destrampado e incontrolable, en sus últimos estertores y ocurrencias. 

Movimiento Ciudadano nos presentó una estampa de vértigo y desorientación, cuando perplejos, no acertaban a saber si han sido víctimas de la privación ilegal de la libertad de uno de sus legisladores por parte del oficialismo, o se trató de una simple traición acordada por su propio judas. La inseguridad ha sentado reales en la bancada naranja que parecía sólida.

El cadáver tricolor contempló todo con cara de palo. Sus más avezadas huestes lo han abandonado, convirtiéndose en tránsfugas hacia lo que piensan que será un nuevo PRI todopoderoso. ¡Un paraíso para los políticos transas y chocarreros! 

Pero la traición en su más descarada dimensión se presentó en las filas del PAN. Los místicos del voto y eternos evocadores de la democracia interna, fueron dolorosamente traspasados por los dardos de la estupidez y la cursilería. La intervención del presidente y senador panista quedará para los anales del parlamento mexicano como ejemplo de una equivocación funesta. Decidió debatir con el traidor en turno, desnudando sus recuerdos y vivencias íntimas, mostrando su pobre inteligencia. Parece que él y Yunes sí eran amigos (rueda una lágrima).

Suplicante por un voto, narraba en cadena nacional los viejos tiempos veracruzanos, cuando acompañado de sus compinches jarochos departían en la cafetería más tradicional del lugar, pactando la distribución de puestos políticos para toda la feliz familia porteña. Realizó una de las confesiones públicas más descarnadas de la pudrición política que nos asuela. Tras los acuerdos, ténganlo por seguro, había negocios.

El discurso desde el estrado senatorial es una losa que destruye, de plano, toda la trayectoria que Acción Nacional labró en años de brillante retórica y lúcidos discursos vertidos en el seno del Congreso, por una cauda de parlamentarios ilustrados, afilados y valientes. Cargando a cuestas el vergonzoso pacto de reparto de posiciones gubernamentales en Coahuila; el presidente nacional del PAN continuó manifestando públicamente sus cuitas, al punto del llanto:

- ¿Por qué no nos avisaste? Hubiera sido mejor que te hubieras comunicado conmigo o con nuestro amigo Creel, siempre tan amable y atento, para ponernos al tanto de tu traición. Penoso relato de novia despechada.

Imagino los rostros del viejo panismo. De esos que aún profesan el ideario del sobrio y técnico Gómez Morín, ante el espectáculo que acababa de presentar el dirigente panista. Habría que recorrer la historia y preguntarse cómo llegaron hasta las filas del PAN Moreno Valle, los Yunes, los Joaquín, los Aispuru, los López Valdez, etc. ¿Por qué se han mantenido en la cima de la dirigencia partidaria múltiples miembros de la envilecida LXII Legislatura, la de los moches, donde aprendieron a transar y robar de la mano de Manlio? A muchos gobiernos estatales y locales, salvo raras excepciones, los tienen convertidos en sofisticados mecanismos para la corrupción y el abuso. Esgrimen como pretexto, que como todos roban para luego comprar votos, ellos no se pueden quedar atrás. Y muchos han sido exitosos: son ricos y ganan elecciones. ¿Por qué las fiscalías anticorrupción no funcionan? Porque operan para el pacto de impunidad que tienen celebrado entre todos estos corifeos. 

El PAN ha pagado el más alto precio. De golpe, esfumó el encanto que aún conservaba y su futuro. Se pusieron en evidencia sus incapacidades, al punto de poder ser presidido por un tarado perverso que ha ayudado a construir, en lugar de una escuela de ciudadanía, una estructura corrupta para extraer recursos públicos desde todas las posiciones de gobierno que se puedan ocupar. Eso es lo que queda.

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