Buscar

Dr. Juan Manuel Cisneros Carrasco

Escila, Caribdis y Elon Musk… 

La historia de Escila y Caribdis representa que, aunque las innovaciones tecnológicas pueden ser vistas como una forma de avanzar hacia el futuro, cada paso hacia este progreso debe implicar una navegación cuidadosa, para evitar esos peligros que acechan en aguas desconocidas.

Escrito en Opinión el
Escila, Caribdis y Elon Musk… 

Escila, una criatura de doce patas y seis cabezas que devoraba marineros que se acercaban demasiado a las rocas, y Caribdis, quien tragaba y escupía grandes cantidades de agua creando vórtices y remolinos mortales, fueron, según la mitología, dos monstruos que habitaron un estrecho paso marítimo en las cercanías de Sicilia y Mesina, representando una amenaza brutal para los navegantes. 

Los aventureros, como el famoso Odiseo, se enfrentaban a un dilema: acercarse a Escila significaba perder algunos hombres, pero intentar evitarla y pasar cerca de Caribdis representaba la destrucción total. Esta historia representa la dificultad de elegir entre dos opciones peligrosas y la inevitabilidad del riesgo en algunas decisiones y, con esta carga simbólica, es que enmarco los dilemas que representa Elon Musk (y otros personajes más) por el afán de “transformar el futuro” a través de tecnologías disruptivas. 

Ya sea detrás del presidente de Estados Unidos, o como sugieren algunos, siendo el verdadero titiritero del estado americano, Musk ofrece una serie de caminos, alternativas o decisiones que sitúan a la humanidad (sí, con este alcance) en un estrecho espacio entre las oportunidades que sus innovaciones brindan y los peligros que estas conllevan.  

Pongamos como ejemplo Neuralink, un proyecto que busca ofrecer tratamientos revolucionarios para enfermedades neurológicas graves, pero que puede representar preocupaciones acerca de la privacidad mental y las posibles manipulaciones que podrían derivarse del acceso directo al cerebro humano, sumado al riesgo físico asociado a los procedimientos invasivos que conlleva la implantación de interfases cerebrales y que además conduce a la pregunta: ¿quién controlará la información que se extraiga de la mente humana? 

El proyecto Starlink, con su afán de conectar al mundo entero con internet satelital y mejorar la accesibilidad en lugares remotos, ayudando incluso en zonas de conflicto, representa una innovación positiva, sin embargo, la centralización de este poder en manos de una sola empresa plantea cuestionamientos sobre la soberanía tecnológica y control de la información, pues existe riesgo cuando hay una sola entidad con el dominio de recursos fundamentales. 

Hablando de Tesla y sus vehículos autónomos, que prometen reducir los accidentes de tráfico, salvar vidas y mejorar la ecología global, son representantes de los riesgos de fiabilidad al hacer que los errores humanos se magnifiquen y sean más letales al depender de manera total de una máquina. De igual manera esta automatización masiva representa una eliminación potencial de millones de empleos en sectores como el transporte y logística, creando un caldo de cultivo para la inestabilidad social.  

Por último, la inteligencia artificial, un campo en el que Elon ha sido pionero y crítico, encarna esta alegoría de manera más compleja: la inteligencia artificial puede mejorar nuestras vidas, optimizando la producción, resolviendo diagnósticos médicos complejos o incluso proporcionando soluciones a problemas fundamentales de la humanidad, pero al mismo tiempo representa una amenaza existencial, pues si no se regula adecuadamente, el poder económico y político concentrado sin precedentes, el reemplazo de millares de trabajadores humanos y en el peor de los casos la presencia de sistemas autónomos que no respeten los valores fundamentales, la vigilancia masiva o el uso bélico de esta tecnología, son riesgos tangibles que pueden llevarnos a una nueva forma de opresión. 

La historia de Escila y Caribdis representa que, aunque las innovaciones tecnológicas pueden ser vistas como una forma de avanzar hacia el futuro, cada paso hacia este progreso debe implicar una navegación cuidadosa, para evitar esos peligros que acechan en aguas desconocidas. Musk, hasta ahora, no ha evidenciado decantarse puntualmente por alguna de las dos figuras: el de asegurar la creación de un futuro mejor a través de la disrupción, o la necedad de ser disruptivo aún con el costo de que los riesgos asociados terminen siendo más destructivos que los problemas que intenta resolver.  

La capacidad de encontrar el equilibrio entre los beneficios y los peligros determinará si el legado de sus innovaciones será uno de avance y esperanza o de sufrimiento o caos. Los ciudadanos, ahora sí de todos los rincones, debemos ser el fiel que mantenga el orden, la justicia y el respeto hacia la humanidad. Es tiempo.

 

Médico Patólogo Clínico. Especialista en Medicina de Laboratorio y Medicina Transfusional, profesor universitario y promotor de la donación voluntaria de sangre.

 

 

 

 

Escrito en Opinión el

Opinión en tu buzón

Deja tu correo y recibe gratis las columnas editoriales de AM, de lunes a domingo

Opinin