Suena la alarma en Estados Unidos
En un editorial publicado en el New York Times, cinco ex secretarios del Tesoro Norteamericano advierten que su democracia está “bajo asedio”.
En recuerdo de Carlos Urzúa, el ilustre Secretario de Hacienda que se atrevió a disentir.
En un editorial publicado en el New York Times, cinco ex secretarios del Tesoro Norteamericano advierten que su democracia está “bajo asedio”. Robert E. Rubin, Lawrence H. Summers, Timothy F. Geithner, Jacob J. Lew y Janet L. Yellen, afirman que la embestida del equipo de Elon Musk al sistema de pagos del Gobierno Federal de EE.UU es ilegal y de alto riesgo por la información que ahí se maneja.
Los cinco ex tesoreros fueron funcionarios durante administraciones demócratas. Robert Rubin y Lawrence Summers con Bill Clinton, Timothy F. Geithner y Jacob Lew con Barack Obama y Janet Yellen con Joe Biden. Como decimos en lengua vernácula: “el más chimuelo, masca rieles”. Son expertos economistas con larga experiencia en asuntos públicos y negocios privados.
Donald Trump en su alterada forma de gobernar, entró a la chequera federal para observar cada gasto de los más de 6 billones de dólares (trillions) que se ejercen del presupuesto. Comenzó por dar de baja el gasto del USAID, (Fondo de ayuda a causas mundiales) y proponer a todos los funcionarios federales que se quisieran retirar, darles un sueldo anticipado. Elon Musk sintió que estaba administrando Tesla o X, con el serrucho en la mano.
El problema es que sólo el Congreso puede hacer modificaciones al presupuesto. La ley de gasto público la violaron jóvenes adjuntos de Musk, que entraron como Juan por su casa a las cuentas más delicadas de la administración. Por eso reclaman los ex tesoreros que ilegalmente socavan los compromisos del gobierno. Al hacerlo rompen con las leyes y su constitución. Atentan contra la democracia y la seguridad de datos que debe preservar por ley el gobierno.
De inmediato jueces federales ordenaron que parara el asedio al presupuesto. Dicen los ex tesoreros que “aún el presidente no tiene la autoridad unilateral para negarse a realizar los pagos del presupuesto”. Trump, como si fuera un presidente priista o morenista, por sus pistolas quiere sacar la motosierra -al estilo de Javier Milei- la diferencia es que hasta el argentino tuvo que modificar la ley antes de hacer cortes generales.
El presidencialismo en Estados Unidos como en México tiene la mayor carga de poder. Eso lo supieron Washington, Jefferson, Madison y Hamilton. Los primeros arquitectos de la construcción republicana de las 13 colonias cuando se independizaron. Por eso diseñaron el equilibrio de poderes. Sin contrapesos, presidentes como Trump o López Obrador se convierten de inmediato en autócratas. La democracia les sirve para llegar al poder pero de inmediato “dictan” decretos, leyes, tarifas y cuanta locura amanece en su cerebro. Es notable el narcisismo en su personalidad y el ansia insaciable de poder.
Cierta ventaja de Estados Unidos es que aún existe la división de poderes. Si Trump quiere brincar la raya, su partido sufrirá un gran daño en la siguiente elección. Tal vez la mitad de los norteamericanos quieran un reyezuelo que les baje impuestos y les diga que volverán a ser “grandes”. Los más lúcidos valoran el poder de las instituciones y su democracia.
El grito de alerta de Rubin, Summers, Geithner, Lew y Yellen despertará conciencias. Cada uno de ellos colaboró en construir la economía más exitosa del mundo. Lástima que los ex tesoreros republicanos callen.
Opinión en tu buzón
Deja tu correo y recibe gratis las columnas editoriales de AM, de lunes a domingo
