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OPINIÓN

Colegio Lourdes, 85 años educando

Esta institución educativa de tradición y excelencia en León fue fundada en 1940 por el presbítero Jesús Lira, quien se caracterizó por su rigor, dureza, disciplina y vanguardia en la educación de sus alumnos.

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Colegio Lourdes, 85 años educando

La semana que termina fue de festejos desde el domingo pasado en la zona del Templo de la Virgen de Lourdes, ubicado en la calle Juárez esquina con Mariano Escobedo, por el novenario conmemorativo del día 11 de febrero, día principal; y enseguida por el 85 aniversario de la fundación del Colegio Lourdes, A.C., conocido también como Instituto Lourdes y popularmente como “Escuela del Padre Lira”.

Esta institución educativa de tradición y excelencia en León fue fundada en 1940 por el presbítero Jesús Lira, quien se caracterizó por su rigor, dureza, disciplina y vanguardia en la educación de sus alumnos. Si bien en otra oportunidad, en este espacio abordé algunos excesos en los métodos del propio religioso, los frutos y avances educativos sobresalientes lo compensaban con creces, a tal grado que es indudable el agradecimiento y satisfacción de los padres de familia al ver el avance y temple en la formación de sus hijos.

Y los propios educandos que egresábamos de aquellas aulas lo demostrábamos en los ulteriores planteles de grados superiores a donde avanzábamos, sorprendiendo a los maestros y demás compañeros por los conocimientos adelantados que llevábamos asimilados.

Específicamente, en el año 1964 culminamos los estudios de sexto año de enseñanza primaria, y fue quizá la actividad más ardua, difícil y demás de toda esa etapa; pero además, nos correspondió cursarlo bajo la batuta directa del propio clérigo y con el auxilio del entonces joven maestro Ismael González Hernández, ambos ya fallecidos. El padre Lira no escatimaba en adquirir los mejores instrumentos y equipo didáctico, pues contábamos con laboratorios de Química y Física, para la teoría y la experimentación, con microscopios, mecheros de Bunsen, probetas, variedad de matraces, filtros, agitadores magnéticos, magnetos, centrifugación, condensadores, cristalizadores, embudos, goteros, morteros, pipetas, vasos y vasijas, y muchas sustancias debidamente clasificadas.

Pero recuerdo como algo sobresaliente un modelo del cuerpo humano, muy moderno para su época, auxiliar en las clases de anatomía, todo transparente con las piezas de los órganos vitales, removibles para mejor precisión.

Las clases de Gramática Española y Aritmética y Geometría contaban con el apoyo de textos que usaríamos hasta la secundaria en otras escuelas, como el de Emilio Marín (cuarto libro) y el de José E. Rozán; verdaderos textos de avanzada para ese grado, de tal suerte que el primer grado de secundaria fue como un repaso de lo que ya sabía desde el último año de primaria, lo que me redituó en puras calificaciones de excelencia.

Todavía lo recordamos compañeros de aquellos años como algunos que puedo mencionar: Guadalupe Alcalá, Bulmaro Jiménez, Roberto Celis Luna, Octavio Celis, José Luis Origel Badillo, los hermanos Zambrano (aún vive Alfonso), Montelongo, Mariano Méndez (QEPD), entre otros.

El domingo 9 de febrero, la misa de 11 a.m. fue concelebrada y estuvo a cargo de la honrosa presencia de Mons. Felipe Padilla, Obispo Emérito de Ciudad Obregón, Son., orgullo leonés que también fue egresado del Colegio Lourdes, y ejerció su sacerdocio en este Templo, de donde emigró ya con su designación por el Papa San Juan Pablo II en 1992, cuando tenía 47 años, como Obispo asignado a Huajuapan de León, Oax. Al terminar la ceremonia, tuve el honor de recibir de sus manos un reconocimiento como alumno destacado de esa escuela, con el testimonio del Sr. Cura Rodrigo Barceló, entusiasta organizador de los festejos. Al día siguiente, el Arzobispo de León, Su Excelencia Jaime Calderón, encabezó la misa de aniversario y, después de un desayuno, otorgó reconocimientos a otros exalumnos, como a Jorge Arturo Zepeda, Pbro. Monseñor Fidel Hernández, Ian Mares, Jorge Hernández y Juan Manuel Oliva, entre otros.

Hubo gran fiesta con las tradicionales verbenas y kermés, con la participación de grupos musicales y danzantes autóctonos como el grupo “Ángeles Guadalupanos” de la comunidad Villa del Señor, dirigidos por el Maestro Fernando Rodríguez Andrade, ataviados con vistoso vestuario y brillosos y sonoros machetes.

Actualmente, el Colegio va viento en popa forjando a estudiantes sobresalientes en diversas actividades, engrandeciendo nuestra ciudad. ¡Felicidades, querida escuela!

LALC

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