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Hay diálogo 

Está contento y optimista, en general, el empresariado mexicano, ya que, lo dicen pública y privadamente, existe un muy buen diálogo con el actual Gobierno.

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Hay diálogo 

Está contento y optimista, en general, el empresariado mexicano, ya que, lo dicen pública y privadamente, existe un muy buen diálogo con el actual Gobierno. Es decir, actualmente no sólo los oyen, sino que los escuchan. Hacen caso a sus propuestas y sugerencias. Cosa muy diferente a lo que acontecía en el anterior sexenio, en el que eran convocados a Palacio Nacional a escuchar monólogos largos y aburridos, de puro "yo, mí, me, conmigo" y ni su opinión les solicitaban. Al revés: los oían, pero no los escuchaban. Esto se notaba a leguas en las malas decisiones que se tomaron, sobre todo en el tema económico.

Nos parece que señalar la importancia de que exista este diálogo resulta muy positivo, ya que se presenta en momentos inéditos para México.

Nunca, por lo menos desde 1846 (invasión norteamericana) habíamos tenido afuerita de nuestras aguas territoriales, como lo tuvimos antier, la presencia de un poderosísimo súper portaaviones norteamericano de propulsión nuclear, con autonomía de VEINTICINCO AÑOS. Leyeron bien, el USS NIMITZ -cuya visita recibimos- no requiere recargar combustible durante 25 años. Esta nave fue avistada justo en los límites de nuestras aguas territoriales del Pacífico.

Es un supercarrier, un portaaviones de los más grandes del mundo, alcanza los 333 metros de largo, pesa más de CIEN MIL toneladas, alcanza una velocidad impresionante de CINCUENTA Y OCHO kilómetros por hora, producto de sus 260 mil caballos de fuerza de propulsión, y es la base flotante del Escuadrón Aéreo CVW-17, de larga y distinguida carrera bélica, desde la Guerra de Corea hasta la de Irak.

El poderío bélico de un supercarrier como el descrito es de consideración y el que ande patrullando una nave así nuestras costas equivale a decirle al Gobierno, ahora tan abierto al diálogo: "hablo en serio". Dicho habíamos ya que la tregua de 30 días, aunque cae dentro de la categoría de logro, es uno que por su temporalidad debe considerarse el preludio para adicionales y quizá diferentes exigencias por parte del anaranjado inquilino de Mar-a-Lago.

Existe coincidencia que lo que realmente quiere el aspirante a dueño de Groenlandia, Gaza, el Canal de Panamá y convertir a Canadá en otro Estado de USA, es hacer añicos el T-MEC y elaborar un nuevo Tratado que incluya mejores términos para Estados Unidos. Mientras llega a ese punto de partida nos hará todo tipo de fintas -respaldadas con amenazas concretas y creíbles como la presencia del USS NIMITZ en nuestras costas-, imprimiéndole realismo a su promesa de que habiendo declarado a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas queda justificada su búsqueda, detención o aniquilación dondequiera que se encuentren.

Con misiles aire-tierra, o bombas inteligentes, podría desde el NIMITZ neutralizar a los "enemigos de Estados Unidos", destruir sus guaridas e infraestructura en general. Claro, una cosa es lo que puede hacer y otra muy diferente lo que hará: el problema es que este señor es tan alocado que su siguiente movimiento nadie lo podrá adivinar, excepto sus más cercanos colaboradores. Y ante este panorama no puede nuestro Gobierno hacer otra cosa más que planear para lo previsible dentro de una cierta lógica comercial. Cuando cambie el juego, y creemos que cambiará para cuando venza el plazo de los 30 días, probablemente la planeación tendrá que ajustarse.

A lo que vamos es que resulta mucho más fácil que México -como PAÍS- se acomode a los retos que nos planteará Trump manteniendo la flexibilidad y fuerza que da actuar en CONJUNTO con los demás sectores de la población, en especial el empresarial, pues éste crea empleos y es el que mantiene las relaciones mutuamente beneficiosas con el empresariado norteamericano, que posee la capacidad de plantearle al Gobierno de Trump los efectos nocivos de las medidas económicas que amenaza con implementar.

Por ello hoy destacamos los beneficios del diálogo EMPRESARIOS-GOBIERNO que se ha abierto y del que ha tomado la batuta el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, a quien ya le tocó vivir en el pasado sexenio la negociación del primer T-MEC.
No importa que Trump lo haya insultado, creemos que lo hizo para de rebote mentarle la madre al ahora anterior inquilino de PN.
En este round seamos, pues, positivos y optimistas.

 

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