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Desenterrando los ‘otros datos’

La postura del gobierno federal de afirmar que hay una campaña para desprestigiar al régimen de la Presidenta Sheinbaum, minimizando o negando que haya campos de exterminio como el de Teuchitlán, provoca indignación, por querer negar la realidad de decenas de miles de paisanos desaparecidos.

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Desenterrando los ‘otros datos’

La postura del gobierno federal de afirmar que hay una campaña para desprestigiar al régimen de la Presidenta Sheinbaum, minimizando o negando que haya campos de exterminio como el de Teuchitlán, provoca indignación, por querer negar la realidad de decenas de miles de paisanos desaparecidos. La enorme tarea de los colectivos de búsqueda, que por años buscan los restos de sus familiares y amigos, es de gran valía y de reconocer, pues han hecho lo que los gobiernos en sus tres niveles, omisos, dejaron de hacer. Los funcionarios públicos siguen dejando de averiguar hoy por miedo, lo que en todo el País se conoce: ubicaciones de ranchos, grupos delictivos, delitos de alto impacto, mecanismos sofisticados, pues el crimen está ya en todos los rincones de nuestra vida.

El origen, lo sabemos, está en una sociedad con grandes inequidades sociales y allí somos todos responsables por no construir una sociedad más justa. Pero también lo está, en un sistema de gobierno que, plagado de corrupción y de complicidades, permitió que el mal tomara posesión del territorio nacional y de las instituciones, llegando hasta el financiamiento abierto de la política. El colmo fue, la política de “abrazos, no balazos” que institucionalizaba la estrategia de tolerar y de aliarse con el mal. El problema, es que provocaría con el paso de los años, que este proceso fuera irreversible, imposible de cambiar y llegáramos al punto actual, en el que está presente en forma de campañas financiadas, extorsiones, secuestros y robos en todos los lugares y en todos los tiempos.

Las estadísticas que han presentado los gobiernos de AMLO y de Sheinbaum, fueron mostrando que disminuían los muertos, pero dejaban de decir que se incrementaban los desaparecidos. Es imposible dejar de ocultar la realidad. Era la sonrisa burlona del ex Presidente AMLO afirmando siempre que él tenía “otros datos”, la que terminó por mostrarse como mentiras que se convirtieron en realidades. La narrativa de que “hay campañas pagadas”, “nosotros tenemos otros datos”, “es la oposición que nos ataca”, “son traidores a la patria”, “es la derecha”, ofenden al sentido común y a la gente pensante, pues no se puede “ocultar el sol con un dedo”. No es asunto de ideologías o de partidos políticos, es la realidad absoluta que vemos en todos lados.

El desafío enorme, histórico, es reconstruir este maravilloso País, para que dejemos de ver a diario, hornos crematorios, campos de exterminio, historias de muerte y que nuestros jóvenes tengan un futuro promisorio basado en la educación y en trabajos honrados, con leyes que generen equidad. Es que el gobierno federal reconozca la realidad y convoque a todos los actores y a todos los pensamientos, para juntos reconstruir al País de esta tragedia humana que nuestros ancestros nunca imaginaron ver. Que deje nuestra Presidenta Claudia de repetir la estrategia de López Obrador, de que tiene “otros datos”. Hoy, no se puede ignorar u ocultar la realidad que brota desde los desentierros de tantas fosas clandestinas, de campos de entrenamiento y de exterminio. Que en cada palada de tierra surjan huesos, zapatos, ropa, indicios de seres humanos que cayeron en las trampas del reclutamiento forzado.

Lo que me duele, es que insista la Presidenta en ignorar la realidad y querer llevar sus discursos a ideología, insistiendo que todo son campañas políticas, cuando no se puede ocultar la realidad. Debe concentrar su enorme legitimidad y talento en reconocer la realidad y convocar a todos a la reconstrucción. Con una economía que tiene ya rasgos de recesión y en donde el margen presupuestal no tiene ya remanentes para mega obras, la Presidenta tiene que buscar la concordia de todos. Cuando PEMEX sigue en quiebra y las pensiones y programas sociales ahogan el presupuesto; frente al gigante Trump que denuncia la alianza de nuestro gobierno con el crimen, es cuando más necesitaría el régimen, trabajar con todas las fuerzas políticas. No veo otro futuro, sino el construido por todos, cuando el amor establezca límites. Cuando los abrazos que expresan fraternidad, se den en el cumplimiento cabal de las leyes. Es la única herencia social que podemos dejar a las siguientes generaciones, en estos días, en que las madres buscadoras, desentierran los “otros datos” que tanto ocultó López Obrador.

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