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PERSPECTIVA

Fuga de cerebros y capitales en EU

Las causas de lo que vivimos hoy tienen raíces enormes en el pasado. Tomemos un ejemplo.  Lo que aquí escribo tiene una de sus causas en la Guerra Civil Española. Suena extraño pero no lo es. 

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Fuga de cerebros y capitales en EU

Las causas de lo que vivimos hoy tienen raíces enormes en el pasado. Tomemos un ejemplo.  Lo que aquí escribo tiene una de sus causas en la Guerra Civil Española. Suena extraño pero no lo es. 

Don Vicente Lascurain, miembro de la Gran Generación de intelectuales republicanos refugiados, dedicó su vida al periodismo en México. Por una encrucijada forjó la idea de lo que hoy es AM. Cada español refugiado aportó ideas, ciencia y trabajo. La cultura en México cambió por la España republicana que llegó al país para enseñar, investigar  e invertir su ingenio europeo en empresas editoriales, escuelas como el Madrid en la CDMX o la fundación del Colegio de México.   

Nuestro país no tendría el destino de hoy sin esa migración luminosa. 

Lo comento porque hoy en Estados Unidos hay dos fenómenos de migración impensables. De nuestro vecino emigran cientos de científicos e investigadores hacia otros países. También hay miles de capitales en fuga hacia paraísos fiscales de millonarios que no quieren arriesgar patrimonio ante la locura del nuevo gobierno trumpista. Temen inflación y recesión o, como dicen los expertos: estanflación. 

Los científicos, ofendidos por los recortes económicos  en las universidades y en los centros de investigación, deciden ir a Europa donde tendrán recursos y libertad para realizar su trabajo. La migración apenas comienza a llegar a Francia, donde hoy valoran más el conocimiento. Para Alemania, Francia e Inglaterra es una fortuna recibirlos. 

Es el pasado invertido. Antes EE.UU era un imán de cerebros con sus más de 100 universidades de calidad, con sus centros de investigación en Princeton, Caltech o el MIT. Qué decir del NIH, Instituto Nacional de la Salud. El sueño de cualquier investigador era llegar a los laboratorios Fermi o a Berkeley para investigar genética. Con Donald Trump llegó la ignorancia supina, aquella que pertenece a quienes, pudiendo saber, prefieren ignorar.  

La misma historia de  fuga de capitales latinoamericanos y de otras partes siempre tenía destino a cuentas norteamericanas. Entre argentinos, mexicanos y venezolanos, puede haber  unos 500 mil millones de dólares en ahorros e inversiones inmobiliarias, como inversiones de viuda o en los mercados de valores. 

Según el periódico The Telegraph, a Inglaterra y Europa llegan grandes capitales en cuentas que van desde 10 hasta 100 millones de dólares. Los ricos tienen miedo del rompimiento institucional de su país. Así como salieron miles de capitales de México con Echeverría y López Portillo, hoy huyen de Trump en EEUU. La constante es la misma: gobernantes populistas diseñan políticas económicas por ocurrencia, sin fundamento científico de lo que hacen.

Si las mujeres y los hombres más brillantes del país con mayor capital intelectual y docente huyen porque no les gusta lo que ven; si grandes capitales salen es porque pueden conseguir mejores expectativas lejos de autócratas enloquecidos que creen ser dueños del destino de sus países o del mundo entero, como hoy es Trump.

Qué personaje con algo de cordura puede intimidar a sus principales socios comerciales como México y Canadá; pelearse con sus aliados de 8 décadas en Europa, Japón y China. 

Qué orate puede decir que el Primer Ministro de Canadá es sólo el gobernador del estado 51 de la Unión Americana. Por último, qué líder desquiciado puede decir que Ucrania provocó la guerra con Rusia. Lo más temible, qué personaje puede creer que va a someter o alinear a Vladimir Putin a su voluntad. Pura locura. Sólo falta que invada Groenlandia.

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