Coordenadas
Cuando te miro y siento el obsequio de tus ojos negros, la fuerza de tus manos pequeñas que sostienen mi universo, me doy cuenta del sentido que trajiste a mi vida como un obsequio entre tus brazos, como si le hubieras arrancado al infinito un pedazo de su cielo para mí.
Cuando te miro y siento el obsequio de tus ojos negros, la fuerza de tus manos pequeñas que sostienen mi universo, me doy cuenta del sentido que trajiste a mi vida como un obsequio entre tus brazos, como si le hubieras arrancado al infinito un pedazo de su cielo para mí. Y feliz, anhelo y deseo para ti las posesiones más preciadas.
Quiero que siempre tengas un recuerdo bueno que te ilumine, un sol o una estrella de plata radiante que vele por ti, un cobijo, una guarida, un hogar en un punto del universo, el eco de un corazón en tu memoria agradecido por ti.
Que siempre tengas la seguridad de unos besos frescos en tu mejilla, y te sobren los afectos, porque no hay nada mejor que sentirte resguardada en otro ser, en otros sentimientos que te alberguen sin condición alguna, que te den la pertenencia de un lugar reservado.
Te obsequio mi amor como baluarte y asidera de tus manos, para que nunca se sientan vacías, quiero que cabalgues el mundo con la certeza que hay un sitio para ti, que sientas la compañía de un alma franca, y se escriba tranquila y sin sobresaltos tu historia en las líneas de tus manos.
Y desde esa tierra fecunda en donde nada está de sobra, te edifiques, repases las miradas y los latidos que repitieron tu nombre esperándote sin condiciones, y en esa aceptación silenciosa, te dualices y florezcas sin prisas bajo el cielo protector.
Quiero dictarte mis coordenadas y mi ubicación precisa, para ser localizada cuando requieras sentir el corazón colmado, la confianza de un cariño imperecedero, el arraigo de la sangre y de los lazos que te alienten a abrazar al mundo entero, dispuestos a validarte por siempre.
Aunque no existan rutas escritas, mapas llenos de líneas y distancias, sabrás encontrarme. No es necesario que tengas la latitud norte o sur de mi mundo, porque te encuentras en él fundido, y te resultará muy sencillo encontrarme.
Solo escucha dentro de ti las veces que dije amarte, silencia el ruido para que te envuelvas en el sonido de esas palabras almacenadas. Porque tú, posees mis coordenadas, yo las imprimí con mis labios para poder quedarme contigo.
Opinión en tu buzón
Deja tu correo y recibe gratis las columnas editoriales de AM, de lunes a domingo
