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Por la tierra del sarape

Esta ciudad del norte del País recibe al año, como destino de negocios, más de un millón de visitantes

Escrito en Opinión el

Más de una veintena de museos y centros culturales, además de nuevos recorridos por la ciudad a bordo de un tranvía turístico, le sacuden a Saltillo su vocación como destino de negocios automotriz y acerero, el cual recibe al año más de un millón de visitantes de este segmento.
Más allá de su tradición textil, del delicioso pan de pulque o de su afición beisbolera, entre los habitantes de la capital coahuilense, situada 73 kilómetros al suroeste de Monterrey, es frecuente escuchar cómo la ciudad ha crecido y evolucionado en los últimos 10 años. Los saltillenses hablan con orgullo sobre su moderna vialidad, sus puentes y pasos a desnivel; los centros comerciales, su alternativa de spas, hoteles cinco estrellas y algunos restaurantes prestigiosos como Don Artemio, uno de los mejores para saborear el típico cabrito.
Flor del desierto
Un recorrido por el Museo del Desierto (Mude), al este del Centro de la ciudad, da al viajero un panorama completo sobre la biodiversidad de Coahuila.
El museo se estrenó en 1999 y desde entonces es un referente cultural saltillense. Está dividido en cuatro pabellones y un área exterior, donde los visitantes pueden ver réplicas de esqueletos de dinosaurios que habitaron la zona hace más de 70 millones de años e incluso un esqueleto original de un Velafrons coahuilensis, un espécimen que se caracteriza por su cabeza con una cresta que semeja una vela, hallado en el municipio de General Cepeda.
En otros pabellones, algunos objetos dan cuenta de la vida de la gente del desierto a través de objetos y piezas de arte, mientras que al aire libre pueden verse ejemplares vivos de osos negros, perritos de la pradera o borregos cimarrón. Es imperdible una visita al área de cactáceas, donde hay plantas a la venta.
Toma nota: el complemento natural de una visita al Mude es una expedición al yacimiento paleontológico Las Águilas, situado en el ejido Porvenir de Jalpa, en General Cepeda, a unos 80 kilómetros de Saltillo. El atractivo principal es ver más de 200 huellas fosilizadas de dinosaurios.
Corazón saltillense
La estrella del Centro Histórico, en las calles Hidalgo y Juárez, es la Catedral de Santiago, que combina estilos arquitectónicos como barroco y churrigueresco. Fue fundada el 25 de julio de 1745 y frente a su atrio es común ver desfilar séquitos nupciales y quinceañeras. Justo al lado, destaca el Casino de Saltillo, que desde hace 1900 es el escenario de las celebraciones sociales más distinguidas.
Enfrente está la Plaza de Armas que al centro luce la Fuente de las Ninfas, colocada ahí en 1910 para celebrar el centenario de la Independencia de México; a unos cuantos pasos, dentro del Palacio de Gobierno, un mural que cuenta la historia del estado destaca a dos célebres coahuilenses: Francisco I. Madero y Venustiano Carranza. En la parte posterior al Palacio de Gobierno, se ubica la Plaza de la Nueva Tlaxcala, antiguo punto de encuentro entre los españoles y tlaxcaltecas.
Si se cuenta con suficiente tiempo, una sugerencia es caminar por la calle Victoria hasta llegar a la Alameda Zaragoza, el jardín más importante del Centro, o visitar Casa Purcell, en la calle Hidalgo, donde hay exposiciones temporales de arte contemporáneo.
Toma nota: los sábados y domingos, a un costado de la Catedral, sale el tranvía El Saltillense, que propone recorridos por la ciudad más allá del Centro. Parte a las 10:00, 12:00, 15:00 y 17:00 horas, y hace paradas en el Museo del Desierto, la Plaza Comercial Sendero y el Instituto Tecnológico de Saltillo.
De alas mexicanas
Por la calle Hidalgo, rumbo al Museo de las Aves de México (la siguiente parada propuesta en este recorrido), el viajero puede detenerse en la Casa del Artesano, donde se muestran las tradiciones del estado: la producción de sarapes, conservas, o licores de frutas como manzana y membrillo. Al lado está la tienda y taller El Sarape de Saltillo, que tiene a la venta textiles ejemplares.
En la entrada del museo, situado en Bolívar 151 en el antiguo colegio de la iglesia de San Juan Nepomuceno, la escultura de un águila real recibe a los visitantes. En su interior, desde 1993 se exhiben más de 2 mil 500 ejemplares de aves mexicanas, que representan el 73% de las aves del País. Se proponen recorridos que en su mayoría son guiados por niños y jóvenes.
Toma nota: el próximo 4 de diciembre, como parte del programa Noche de Museo, el espacio abrirá de 20:00 a 22:00 horas. El proyecto fue diseñado para los viajeros de negocios, se realiza dos miércoles al mes en un museo diferente de la ciudad y la entrada es gratuita.
Forjada por el agua
“En este lugar el capitán Francisco de Urdiñola siguiendo el ritual de ley fundó la ‘Villa de Santiago del Saltillo del Ojo de Agua’ el 25 de julio de 1555 por mandato del virrey de España don Luis de Velasco el primero”, se lee en la placa afuera de la ermita que resguarda el famoso saltillo de agua que, se dice, dio origen a la ciudad. En su interior, los visitantes pueden beber del agua fundacional y posteriormente, dirigirse a la Parroquia del Santo Cristo del Ojo de Agua, la primera de la ciudad.
Unos cuantos metros calle arriba está el Mirador de la Plaza México, el sitio para contemplar una vista panorámica de la ciudad, flanqueada por el Cerro del Pueblo y la Sierra de Zapalinamé. El sitio tiene importancia histórica pues ahí acampó el Ejército estadounidense durante la Batalla de la Angostura, en 1847, librada en contra de las tropas mexicanas.
Toma nota: mientras se espera el atardecer en el mirador, una sugerencia es comprar unas “conchitas”, delicia callejera típica de Saltillo que combina elote en grano, queso derretido, queso rallado y chiles en vinagre con unas frituras de maíz.

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