RAMBUTÁN
Origen: Asia
Cualidad: Contiene mucha agua

De lejos parece un erizo de color rojizo, pero en realidad el rambután es una fruta muy benéfica para el organismo, aunque desconocida.
Pariente del también peculiar litchi, es originaria de  Malasia, pero también se cultiva en Centroamérica y se puede adquirir durante todo el año.
Es ovalada, pequeña y sus característicos pelos, erguidos cuando es recién recolectada, se suelen marchitar unos días después.
En su interior tiene una semilla dura. Su piel es marrón púrpura y su pulpa, de carne translúcida, tiene un tono blanco vidrioso. Su sabor es similar al del litchi: azucarado y con cierto parecido a la uva.
Es fácil de comer: basta con partirla a la mitad y quitarle la semilla central. Tiene un excelente aporte de propiedades de entre las cuales destaca su contenido de agua, un 82% por 100 gramos de fruta.
El rambután también aporta la vitamina C y las del complejo B que son hidrosolubles. Contiene un alto índice de
potasio y magnesio, que favorecen la actividad muscular normal e intervienen en el equilibrio del agua, dentro y fuera de las células.
Posee poco sodio, lo cual la hace recomendable para personas que padecen hipertensión. Coadyuva en el tratamiento de afecciones gripales, fortalece huesos y dientes, favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones, además de ser muy rica en antioxidantes.
Como un extra, su aporte de fibra ayuda a mejorar el funcionamiento intestinal y le da propiedades laxantes.
No se aconseja a personas que padecen problemas de riñón por su alto contenido en potasio. También tiene un elevado contenido de hidratos de carbono.

CHIRIMOYA
Origen: América
Cualidad: Posee vitaminas B

Pese a un aspecto exterior amenazante, casi reptiliano, con una piel gruesa de color verde, la chirimoya es una fruta bastante amigable, fuente de numerosas propiedades beneficiosas para la salud.
El fruto del chirimoyo es la especie de mayor importancia
económica y de efectos medicinales más comprobados de la
familia de las anonáceas.
Tiene un sabor dulce ligeramente ácido que recuerda a la
piña, el plátano y la pera, además es muy aromática y su pulpa se considera muy refrescante.
No necesita de ningún tratamiento culinario para ser consumida: sólo se parte en mitades y se come con una cuchara.
Los expertos la recomiendan por su efecto tonificante y vigorizante. Es también abundante en vitaminas, destacan en especial la E y las del grupo B, ya que ninguna fruta fresca posee tan alto contenido de vitaminas B1, B2 y B6.
Otras bondades son su aporte de fibra y de potasio, su riqueza en fósforo y hierro, cierta cantidad de calcio y niveles bajos de sodio, todos requisitos de un alimento saludable.
Por su función diurética, su consumo es recomendable en todas las edades, en especial para deportistas y para estudiantes.
Al ser fuente de potasio, las personas con insuficiencia renal deben tener cuidado en su consumo, pero por otro lado será beneficioso para los que tomen diuréticos que eliminen el potasio.
En individuos que son susceptibles al estreñimiento, el probarla por primera vez puede ocasionarles alteraciones intestinales.
Esta reacción se intensifica si se consume en el postre tras una comida copiosa.
Aproximadamente 100 gramos de esta fruta aportan 80  calorías; tiene alto contenido de azúcares y poca grasa.

Por Reforma

Escrito en Opinión el 19/5/2013 · 00:00