A pocos días de cumplir 70 años de su llegada a León como refugiado, el empresario y filántropo estadounidense de origen polaco Czeslaw “Chester” Sawko, falleció esta semana en Chicago, a los 83 años.
Sawko y su esposa Stella Synowiec, siendo niños, fueron dos de los casi mil 500 niños y mujeres que fueron asilados en la antigua Hacienda de Santa Rosa durante la II Guerra Mundial a partir del 1 de julio de 1943, cuando llegó el primero de dos contingentes.
Aunque tras la guerra, Chester Sawko se fue a radicar a Estados Unidos, mantuvo en su recuerdo los vínculos con la tierra que lo acogió: fue benefactor de la Casa del Niño Don Bosco, fundador de la Clínica Stella en Guanajuato y de la escuela primaria que lleva su nombre en la colonia Agua Azul.
Chester Sawko llegó a Santa Rosa con 13 años, procedente de Siberia; donde había sido llevado por los rusos como muchos miles de sus connacionales tras la invasión alemana a Polonia. Su llegada a México fue descrita por él como “el paraíso”, tras una travesía llena de penurias y sufrimiento.
Luego de tres años de estancia en Santa Rosa, Sawko fue llevado a Chicago por unos tíos que radicaban allá. A los pocos años fue enlistado en el Ejército estadounidense y participó en la Guerra de Corea, tras la cual trabajó en una fábrica de resortes automotrices.
La inventiva de Sawko le sirvió para patentar un resorte que fue rápidamente apreciado por la industria automotriz, lo que le permitió instalar tres fábricas y convertirse en millonario.
De corazón generoso, Sawko empleó buena parte de sus recursos para apoyar a otros exrefugidos, divulgar la historia del exilio polaco en México e impulsar la cultura polaca en Estados Unidos. Fue benefactor del Museo Polaco en Chicago y la Fundación Copérnico, entre muchos otros proyectos.
Su testimonio se recoge en el documental “Santa Rosa. Odisea al son del mariachi”, proyectado este sábado en el Teatro María Grever. Descanse en paz.

Por Redacción AM

Escrito en Opinión el 29/6/2013 · 00:00