Miguel Alemán Velasco apela a la sabiduría de los viejos para manifestarse resuelto a emitir diagnósticos.
“Entonces, la sabiduría es importante en cualquier opinión y declaración política, y aunque estoy dedicado a los negocios, no dejo de hacer política”.
El ex Gobernador veracruzano es anfitrión de la ceremonia conmemorativa del 30 aniversario luctuoso del ex presidente Miguel Alemán Valdés, su padre.
En la biblioteca de la fundación que lleva su nombre se apretujan amigos, algunos jarochos y un puñado de políticos priístas. Del “nuevo PRI”, nadie pasa lista.
En primera fila, el ex gobernador de Querétaro, Enrique Burgos, y el polémico ex consejero electoral Sergio García Ramírez. Al otro lado, de la mano de su esposa, envuelto en un impecable traje gris oscuro, el almirante Francisco Saynez.
El orador, Jacobo Zabludovsky, desgrana las aportaciones de Alemán Valdés, el “cachorro de la Revolución”. El constructor del Viaducto, de la autopista México-Cuernavaca; el primero en ser recibido en Washington, el primero en hablar ante el Capitolio, el que otorgó el voto de la mujer en las elecciones municipales.
A 30 años de la muerte de su padre, Alemán Velasco ve un México más fuerte, más libre.
“Con una nueva generación de jóvenes que me hace recordar cuando yo era más joven que el Presidente y, de repente, llegué a ser de la misma edad del señor Presidente y ahora soy más viejo que el señor Presidente. Es más, soy más viejo que el Papa”, completa.