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Maestros batallan con grupos numerosos

Uno de los principales problemas que afectan la calidad educativa en el estado es la cantidad de estudiantes que los maestros deben de atender en sus

Escrito en Opinión el

Un diagnóstico de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló que uno de los principales problemas que afecta el desempeño de los maestros en las escuelas públicas son los grupos numerosos.
En su reporte derivado de la revisión de la Cuenta Pública 2011, la Auditoría Superior de la Federación señala que se realizó un diagnóstico en las escuelas públicas de nivel básico del estado y que se aplicaron 105 cuestionarios a profesores y 48 a padres de familia para conocer su percepción respecto de la calidad educativa y la gestión escolar.
Respecto de los cuestionarios aplicados a los padres, el 26.5% manifestó que el elevado número de alumnos que tienen los grupos escolares de sus hijos impide que los profesores impartan sus clases adecuadamente.
El 14.3% de los padres consideró que la educación de sus hijos es regular o insuficiente.
Adicionalmente el 91.8% afirmó que habla con sus hijos sobre las actividades escolares; el 77.6% lee con sus hijos en su casa; el 93.9% hace la tarea con ellos; el 91.8% asiste a las reuniones escolares y el 81.6% de los padres mantiene comunicación con los maestros.
El 49.5% de los docentes afirmó que la escuela no dispone de las instalaciones y equipamiento suficientes y para el 81 % las condiciones físicas de la escuela eran malas o regulares.
Asimismo, consideran que al interior de la escuela los principales factores, por orden de importancia, que afectan la calidad educativa, son: los grupos numerosos, seguido de la falta o insuficiente mobiliario y equipamiento; mientras que fuera de la escuela la insuficiente atención de los padres por la necesidad de trabajar de ambos padres.
El 78.1% de los maestros manifestó que el involucramiento de los padres en el aprendizaje es bajo o inexistente.
En cuanto a la capacitación que reciben los docentes, el 25.7% indicó que no está orientada a las necesidades educativas prioritarias; además, únicamente el 58.1% considera que los cursos son adecuados y están orientados a mejorar la calidad.
La nueva Ley de Educación en Guanajuato establece que al ciclo 2019-2020 no podrá haber grupos de más de 35 alumnos.

LEÓN

El grupo es de 46 alumnos

En la Escuela Primaria Urbana “General Lázaro Cárdenas” de San Juan de Abajo, acuden a tomar clases alumnos de al menos seis colonias distintas, entre ellas San Joaquín donde hay por lo menos 8 mil familias, según declaró el director del plantel Rubén Abraham Hernández García.
Los 12 salones de la escuela tienen en promedio 46 estudiantes cada uno, por lo que es importante crear más espacios para atender la demanda educativa, mencionó.
“Sí tengo problemas ya que la población escolar es alta, porque vienen alumnos de San Juan de Abajo, Valle de San José, de la colonia 10 de Mayo y de San Joaquín, que es la población muy alta, por eso en ocasiones no respeto lo que marca control escolar, todos los grupos son de 45 alumnos, en algunos rebaso y tengo 46 ó 47, tengo excedentes de 2 a 3 alumnos por grupo”, precisó el profesor.
Para la profesora Guadalupe Moreno Ortiz, directora de la Escuela Primaria Urbana “Albino García” ubicada en la colonia El Potrero, una de las principales carencias de los planteles educativos del nivel básico es la falta de personal en las áreas tanto docente como administrativa.
“Más que las bancas, más que las instalaciones o la infraestructura de la escuela, lo que nos urge en las escuelas primarias es personal, aquí nos urgiría una psicóloga, una trabajadora social, una enfermera, personal administrativo, porque yo me la paso la mitad del ciclo escolar, si no es que más, haciendo oficios, pasando calificaciones, respondiendo papelería, o sea, el directivo se enfoca más a lo administrativo desgraciadamente que a lo pedagógico”, recalcó la directora de la escuela.
“Para este año tenemos un máximo de 40 alumnos por aula, sin embargo, en algunos grados tenemos de 45 a 46 alumnos, en los de primer grado estamos ya respetando que entren 40 niños, se supone que de aquí a 5 años, el nivel va a ser 35 como máximo, por eso vamos a ir bajando gradualmente”, concluyó.

GUANAJUATO

‘No los atienden’

En la Escuela “Carlos Montes de Oca” de Guanajuato capital todos los grupos son superiores a 40 alumnos.
Lucía Martínez es maestra de tercer año, atiende a 42 alumnos en un aula muy pequeña, no alcanza a ver todos los contenidos, no alcanza a conocer a los alumnos y lo peor es que tampoco a todos los papás, resume.
Además la carga administrativa se multiplica pues por cada niño se debe llevar un registro de sus avances.
En la misma escuela da clase la profesora Marisol Velázquez atiende a 40 alumnos de tercer grado y comenta: “Es muy difícil trabajar con grupos mayores de 40, a veces el espacio es muy complicado pero como maestro te tienes que dividir en 40 ó 43”.
Y la atención personalizada a cada niño es importante porque a veces los niños traen problemas alimenticios, o de violencia familiar que sumados con la desatención resultan en el mal desempeño.
Karina Delgado y Ma. del Rosario Caudillo son madres de Lot Silvana y de Fátima América, respectivamente, alumnas de la escuela en mención y coinciden en que son demasiados niños los que hay en cada grupo.
“Es un poco complicado por ejemplo en este caso en esta temporada que hace mucho calor es sofocante que los niños estén en esos salones, eso influye para que no aprendan”, comentó Karina.
“Para mí sí está mal porque no los atienden como debe de ser, porque luego mientras se atiende a los de acá los de allá están brincando, están jugueteando y no los atienden, los grupos debían ser más pequeños”, comentó Ma. del Rosario.

CELAYA

La disciplina se vuelve incontrolable

Estudiar en un grupo de 45 alumnos afecta el rendimiento escolar y provoca estrés.
“Es un reto muy grande, en primer lugar porque la capacidad e infraestructura de la escuela es una parte que perjudica bastante, los niños se sienten amontonados, tienen calor, se pegan uno con otro, en cuanto a lo que es el espacio; por otro lado hay niños que tienen necesidades educativas muy importantes y con el número excesivo de alumnos no puedes atenderlos como  uno quisiera, los atiendes sí, pero no con la atención que en dado momento requieren, es necesario que se reduzca el número de alumnos para que ellos tengan un mejor aprendizaje”, comentó Alejandra Cardoso, profesora de la Primaria “Emeteria Valencia”.
Los padres de familia argumentan que no se les brinda la atención necesaria, lo que genera distracción en los niños, o que se les dejan trabajos que no se les revisan por falta de tiempo, además de que se encuentran amontonados y resulta incómodo estar en su lugar y con ello no pueden desarrollar sus actividades adecuadamente.
La disciplina se vuelve incontrolable por la hiperactividad de los alumnos, algunos sufren agresiones de compañeros y los maestros no se percatan.
“Es incómodo por el espacio, además de que no se les da la atención adecuada, los niños se distraen y la maestra no los puede controlar”, dijo Laura Ramírez, madre de familia.
Alejandra Medina Morales, directora de la Primaria “Emeteria Valencia”, manifestó que resulta imposible tener un aprendizaje adecuado en un grupo de 45 alumnos, representa incomodidad del aire y espacio.
Afirmó que si se tienen grupos de alumnos grandes sería importante tener maestro auxiliar, ya que el desgaste es muy fuerte.
“La atención que requieren algunos, no es posible, debido a la gran cantidad de alumnos, un grupo de 35 alumnos como máximo, para que la atención se vuelva accesible”, agregó Avelina Quemada Alonso, directora de la Escuela “Morelos”.

SAN FRANCISCO DEL RINCÓN

No sabe de grupos pequeños

Con 16 años en la docencia, la maestra Sandra Victoria Fuentes Puente dice que nunca ha trabajado con grupos pequeños, en cada grupo ha tenido al menos 40 alumnos y ha llegado a estar al frente de grupos con hasta 45 estudiantes, lo que sin duda es un reto.
“He trabajado con grupos de hasta 45 alumnos, actualmente tengo un grupo de sexto con 42”, comenta la maestra de la Primaria “Margarita Maza de Juárez”.
AM.- ¿Cómo puede mantener en control a 45 alumnos?
Maestra.- Pues lo que siempre he llevado a la práctica es mantener el interés de los alumnos, con grupos tan grandes no puedes improvisar, así es que con tiempo preparo mi clase y el material para presentarles y ocupar los tiempos, la planeación hace que la clase sea dinámica. Además en este grado los niños son adolescentes y les gusta platicar, tienen inquietudes y en la medida que uno hable con ellos, la relación te permite también que entiendan.
AM.- ¿Qué hace más difícil el trabajo en estos grupos?
Maestra.- Bueno, se hace difícil porque estamos conscientes de que hay alumnos que requieren de más atención, pero en lo personal trato de inculcar a los niños el que se apoyen unos a otros, los trabajos en equipo, la integración, eso ayuda mucho para poder otorgar tiempo a quienes más lo ocupan.
AM.- ¿Se presentan casos de bullying en estos salones?
Maestra.- El término implica muchas cosas, creo que depende del grado y el interés que le pongamos. Aquí sí hay burlas, pero se habla con los alumnos y yo al menos les explico que lo que no quieres recibir no lo debes de hacer. Nunca han existido agresiones físicas o burlas que sobrepasen el límite de los niños, no se permiten en mi salón, estos niños están en una edad en que no se permiten gritos o golpes, se logra más hablando con ellos y enfatizando los valores desde casa porque ahí reciben las bases de su educación en este sentido.
AM.- ¿Qué es lo que más necesitan los alumnos para su aprovechamiento escolar?
Maestra.- En mi experiencia, definitivamente el apoyo de los padres, es increíble pero hay casos en que no conozco a los papás. Tengo un niño muy capaz que se estaba descuidando porque él quiso trabajar, cuando logré hablar con sus papás se dieron cuenta de la situación y el niño cambió totalmente, desarrolló esa capacidad. No debemos olvidar que la educación la formamos un equipo de tres: padres, alumnos y maestros.

IRAPUATO

‘Estamos apretados’

Areli Noemí Rosales García, de 9 años, despierta temprano para llegar a la Escuela “Emiliano Zapata”, en El Guayabo, comunidad de Irapuato, donde toma clases a diario con otros 36 compañeros, en un aula móvil de 2.5 metros de ancho por 12 de largo.
“Estamos apretados, no puedo escribir bien y luego están los libros unos arriba de otros, no me gusta, me distraigo mucho, nos ponemos a platicar porque estamos cerquita”, dijo sonriendo mientras lanza una mirada cómplice a sus compañeras.
Así están los niños de cuarto año desde hace tres meses, en aulas móviles estrechas, donde el calor es asfixiante y el frío los hizo sentir “como en un congelador”, dijo Alejandro Valtierra Suárez, maestro de este grupo.
“Los otros salones estaban cuarteados, logramos que los tiraran y que nos construyeran otros, van a hacer cuatro aulas nuevas donde vamos a tener a los niños”, comentó.
Durante seis meses, tuvieron que tomar clases bajo los árboles, que con la falta de mobiliario para realizar las actividades, la deficiencia de un drenaje en la institución y las malas condiciones, disminuyeron el nivel de aprendizaje de los niños.
“Uno trata de dar las clases como se haría en cualquier salón normal, pero no se puede, porque los alumnos se están moviendo, se están acomodando, platican, tienen calor y nos piden salir, aparte de que tienen que ir hasta su casa para hacer del baño, con malas condiciones hay muchas distracciones”, señaló el docente.
“El grupo de quinto año tiene más de casi 50 niños, eran dos grupos de cuarto año pero el maestro de uno se jubiló, entonces nos falta un maestro, se conformó un solo grupo y ahora están en uno de los salones grandes, pero de todos modos la atención que les da uno como maestro es muy poca, no alcanza uno a resolver dudas de todos”, confesó.
En un recorrido se pudo ver a los niños de diferentes grados, de los seis que se tienen, escribiendo y realizando las actividades de las clases en el suelo, debajo de los árboles o sentados al exterior de su aula, sin la presencia del maestro.
“No se puede trabajar así, y nos quieren evaluar de esta manera a nosotros, a los maestros, y dicen que la culpa es de uno como docente que son los niños los que no aprenden, nos comparan con Finlandia, pero, ¿usted cree que hay salones o baños así en las escuelas de Finlandia?”, declaró Valtierra Suárez.

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