El saque es mortífero. De costa a costa, IPN logra vencer a las Águilas. Hay caras de tristeza, pero más de impotencia. Se fueron varios puntos en el juego y eso les costó la derrota. Se dan las manos, se abrazan y se hablan fuerte. Después, una fila recta y horizontal que mira de frente al rival. Las pupilas sobrepasan la red divisoria y los aplausos se dejan sentir: es la señal del respeto que se hace presente por quien fue mejor. 

“Es un fogueo increíble que va formando el carácter de cada jugadora”, dice Fernando Alonso Vizcarra, quien después de firmar la ficha del juego y recoger las credenciales de su equipo, aborda su historia personal y de la academia de la cual forma parte desde hace más de una década. 

“Las Águilas de Mazatlán ya lleva doce años como academia. Es un proyecto que comenzó como algo pequeño, pero ha ido creciendo a pasos agigantados. En parte, eso se debe a que tenemos una metodología que se basa en la prueba y el error”. 

En conjunto con las Leonas, Mazatlán está representado por ambos equipos. La ayuda es mutua y eso aminora un poco más las consecuencias de las adversidades, tal como sucede al filo del mediodía del tercer día del Nacional 2024 en el Poliforum León. 

“Nosotros, como entrenadores, les dejamos una tarea, que consiste en que ellas, después del juego, estén conscientes de sus errores y los anoten en una libreta. Todos las vamos revisando y así vamos mejorando”. 

El crecimiento es vital para las organizaciones. La estructura es sencilla: quienes entran a la academia y buscan trascender en el voleibol, se inician en las Águilas, pero una vez que el fogueo ha sido suficiente y la experiencia abona en su estilo de juego, ascienden a las Leonas, que, dicho  sea de paso, en el 2023, fueron las campeonas de su categoría en este evento. 

Además de su crecimiento deportivo, el personal es uno que abona mucho más a la labor de las academias. Este tipo de experiencias es lo que forja su carácter y las hace crecer como personas. 

“Viajamos 10 horas y, en total, de todas las categorías, somos siete equipos. En sí, no tenemos patrocinios, y todo el costeo de este viaje, que son alrededor de 300 mil pesos, fueron apoyos de los padres de familia, de nosotros como academia y de los mismos ‘chavos’, quienes también salieron a botear”. 

El esfuerzo en conjunto es su principal característica, y llevándola como estandarte esencial en su camino, tratarán de recoger experiencia y aprendizaje en su nueva aventura por León. 

“En tres de nuestras categorías buscamos mucha experiencia y aprendizaje, pero en lo que es la 2005-06, sí venimos por una medalla”, sentencia Fernando. 

Así pues, con esta historia de vida, Águilas y Leonas representan a Mazatlán en el Festival Nacional Infantil y Juvenil de Voleibol 2024, donde León se erige como una sede satisfactoria que ‘amenaza’ con repetir en 2025.