Arantxa Chávez, clavadista olímpica: “No hay imposibles si uno tiene el deseo”
La clavadista demuestra fortaleza y gallardía en el arranque de un nuevo ciclo olímpico que está repleto de sentimientos encontrados.
A mediados del 2024, Arantxa Chávez vivió un punto de inflexión que estuvo cerca de cambiarle la vida. Se quedó a nada de lograrlo, pero la competencia fue intensamente complicada y le tuvo que decir adiós a la opción de asistir a los Juegos Olímpicos de París 2024.
El golpe la aturdió y estuvo cerca de tirarla por completo, pero encontró resistencia y fortaleza para salir adelante y comenzar desde cero.
“Fue un golpe muy fuerte porque yo ya me había visualizado allá, y me surgieron muchas preguntas sobre qué seguía para mí en el futuro, si quería seguir en los clavados o no, y la verdad sí pensé en retirarme”, recordó en charla con AM.
Pero después de la tormenta viene la calma, y así lo vivió Arantxa, quien se dio una pequeña pausa para replantearse las cosas y seguir adelante en los clavados, una disciplina que practica desde los siete años de edad.
Consciente de que todo pasa por algo, dicho proceso le ayudó a comenzar una nueva faceta en su vida como entrenadora de los nacientes talentos que tienen el interés de crecer en su disciplina.
“Ahorita solo estoy entrenando por las mañanas y el resto del tiempo me encargo de ayudarles a mis compañeros a entrenar, darles consejos y ayudarles a que ellos también puedan vivir una parte de las experiencias que yo tengo a lo largo de mi carrera”.
Los Ángeles 2028… ¿El último ciclo?
Después de vivir los ciclos de Londres 2012, Río 2016, Tokyo 2020 y París 2024, la experiencia es un punto esencial en la preparación de la nacida en la Ciudad de México.
Motivada por el acercamiento de Rommel Pacheco con todos los deportistas, además de apoyar el regreso del nombre de la Olimpiada Nacional, el ciclo de Los Ángeles 2028 es uno que se toma con calma.
“Me siento más tranquila porque ya sé qué es lo que necesito para mejorar en cuanto a alimentación y técnica. Antes uno cree que son sacrificios, pero no es así, porque es lo que uno requiere para mejorar y poder trascender en el deporte”.
Con especialidad en el trampolín de 3 metros, Arantxa revela que el ciclo de los XXXIV Juegos Olímpicos que ya comenzó, será el último de su carrera como clavadista profesional.
“Voy a buscar este ciclo y yo creo que sí será el último. Quiero cerrar un capítulo muy grande en mi vida porque los clavados me lo han dado todo, desde bonitas experiencias hasta un gran crecimiento personal”.
Sin miedo al retiro
Alejado de lo que se pensaría, Arantxa no le tiene miedo al retiro y no deja de lado la preparación académica.
Además de ser Licenciada en Negocios y Comercios Internacionales, ya está encaminada a terminar la Maestría en Gestión Deportiva, con la cual pretende ayudar al crecimiento de los deportes acuáticos en León, Guanajuato y México.
“Guanajuato tiene mucho potencial y me gustaría poder aportar algo de lo que yo creo que se puede implementar. Me abrieron las puertas y me acogieron como una más y estoy muy agradecida por la ayuda que me han dado en mi carrera”.
Disfrutará el capítulo final
Con una nueva vida en el horizonte, Arantxa Chávez se dedica a disfrutar el momento al máximo y a no exigirse de más.
Por lo pronto, su siguiente ambición es colocarse entre las mejores del mundo y llegar al Campeonato Mundial de Natación que se celebrará en Singapur entre el 11 de julio y el 3 de agosto del presente año.
“Es mi siguiente meta y lo que quiero lograr. Ya estoy cerrando mi carrera y quiero disfrutarlo al máximo. El siguiente año ya se vienen los Juegos Centroamericanos y demás competencias, pero ahora solo me enfoco en el Mundial”.
Así, ella planea seguir siendo parte del crecimiento del deporte femenil en México, pues todavía ve una mejora en la difusión.
“Creo que aún hace falta difusión. Sí veo que se está mejorando en ese aspecto, pero faltan más deportes como clavados, voleibol y basquetbol. Así podremos ver a nuevas generaciones creciendo y poniendo en alto el nombre de nuestro país”.
Por último, Arantxa Chávez, quien es capitalina de nacimiento, jalisciense por adopción y leonesa por convicción, le agradece a su familia y círculo cercano la historia que ha escrito con ahínco en poco más de dos décadas de trayectoria.
“A veces no había patrocinadores y ellos eran mis patrocinadores, entonces agradecerles mucho porque me impulsaron muy fuerte en toda mi carrera”.
Consciente de que puede ser ejemplo para las más jóvenes, manda un último mensaje.
“Si uno se lo propone, por más que haya gente que diga que no se puede, los sueños sí se cumplen. No hay imposibles si uno tiene el deseo y nunca se den por vencidos”.