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Parque Hidalgo: testigo silente de la historia y emociones de Pachuca

El parque Hidalgo ha sido por muchos años punto de referencia y reunión para los pachuqueños que lo identifican como un símbolo de la ciudad.

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Parque Hidalgo: testigo silente de la historia y emociones de Pachuca

El parque Hidalgo, emblemático y verde rincón de Pachuca, resguarda en sus senderos y árboles la memoria colectiva de generaciones.

Ubicado en el terreno que antiguamente ocupaban las huertas del Convento de San Francisco, este espacio ha sido, desde hace más de un siglo un punto de encuentro para niños, jóvenes y enamorados; representa un verdadero refugio de nostalgia para los pachuqueños.

La historia del parque Hidalgo se remonta a 1861, cuando las instalaciones del convento de san Francisco fueron expropiadas en cumplimiento de las Leyes de Reforma y entregadas al ayuntamiento de Pachuca.

De inmediato se decidió convertir las huertas y el antiguo panteón de san Rafael en un espacio público. Un documento del Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado, fechado el 4 de octubre de 1862, registra un contrato entre el síndico del ayuntamiento, José María de los Cobos, y José Luis Revilla, para construir un paseo al estilo de la alameda de la Ciudad de México.

Este documento detalla la planificación de andadores, fuentes, monumentos y jardines, aunque las obras no se concluyeron en los términos del contrato original.

SUS NOMBRES

Años más tarde el ayuntamiento retomó el proyecto y hacia 1882 o 1883, el parque fue inaugurado con el nombre de "Parque Porfirio Díaz", rivalizando en belleza con otros parques de la República.

Sin embargo, tras la Revolución Mexicana y la caída del dictador, en 1911 la asamblea municipal renombró el parque en honor a Miguel Hidalgo, convirtiéndolo en el parque Hidalgo, como se le conoce hoy.

Durante la década de los 50 los andadores del parque eran terraplenes compactados, escenario donde muchos aprendieron a andar en bicicleta, alquiladas en un local junto a una fuente de sodas atendida por la familia Rojo. En el centro del parque, el gran kiosco, donado por la colonia americana en 1920, se convirtió en un punto de referencia.

SEDE DE LA FERIA

El parque Hidalgo también fue el epicentro de la Feria de San Francisco, cada 4 de octubre, llenándose de juegos mecánicos, puestos de comida y artesanías, y las coloridas loterías públicas.

En noviembre se transformaba en un espacio de estudio al aire libre, donde estudiantes repasaban para sus exámenes finales.

Este parque es más que un simple espacio verde, es una urna de historias y recuerdos. Aquí se fraguan las primeras citas amorosas, con manos sudorosas y corazones grabados en la corteza de viejos árboles. La imagen del parque se asocia imperceptiblemente con momentos íntimos y trascendentes de la vida de muchos pachuqueños.

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